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Ha-ri es una de las chicas más bellas del instituto Hyosan, causando que muchos se enamoraran de ella, entre ellos, Su-hyeok, un ex-bully muy popular, sobre todo entre las chicas.
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Ha-ri asimiló que le tenía que contar todo a Su-hyeok, no se podía ir así como así, sin dejar rastro de ella.
—Entonces... Hasta aquí todo? Hasta aquí a llegado nuestra historia de amor?—preguntó Su-hyeok.
Ha-ri asintió con los ojos cristalizados.—Lo siento...—
La morena solo se fue a casa, llorando a mares, se fue a dormir con los ojos hinchados.
La mañana llegó, y el sol apareció por la ventana de la habitación Ha-ri, ella intentó con todas sus fuerzas quedarse en Corea y no ir al internado de Estados Unidos la mañana siguiente. Pero todo era inútil, sus padres lo tenían muy claro, ella iba a ir al internado, algo que ella no sabía es que solo serian dos meses y se iría del internado para volver a su casa.
Llegó el día en el que Ha-ri se tenía que ir hacia al internado, las llamadas y mensajes de Su-hyeok hacían que su teléfono sonara todo el rato.
Llegaron al aeropuerto, y Ha-ri subió, ahí leyó mensajes que le dolieron. E hicieron recordarle los buenos momentos con Su-hyeok.
"Te ame tanto que cuando tú te ibas y te chapabas a Han, te perdonaba"
"Supongo que tocará que cada uno siga con su camino y ninguno de los dos vuelva a mirar atrás"
"Haga lo que haga, te veré en todas las chicas con las que este"
"Por mucho que lo intente, nunca te olvidaré, te amo, Ha-ri"
Al leer esos mensajes comenzó a llorar, ganándose la atención de varios pasajeros.
Llegue a Estados Unidos y fui directa al internado, en el que me arrebataron el móvil, sin darme la oportunidad de apenas contestar a Su-hyeok.
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Ha-ri se encontraba en su habitación, mirando con tristeza por la ventana mientras los días pasaban lentamente en el internado al que sus padres la habían enviado. A pesar de sus intentos desesperados por resistirse, dos meses habían transcurrido desde que la separaronS de Su-hyeok, el amor de su vida. Cada día, su corazón dolía más al recordar los momentos felices que compartieron juntos.
La noticia de su inminente matrimonio con un hombre llamado Du-min había llegado como un golpe devastador. Sus padres habían decidido que era lo mejor para el futuro de la familia, ignorando por completo los sentimientos de Ha-ri. Aunque protestó con todas sus fuerzas, fue en vano. El poder y la influencia de sus padres eran demasiado grandes para resistirlos.
Pero los problemas de Ha-ri no se limitaban a la imposición de un matrimonio no deseado. Su-ri, la enemiga de Su-hyeok, había intentado hacerle la vida imposible. Después de que Ha-ri y Su-hyeok se separaron, Su-ri vio la oportunidad de acercarse nuevamente a Su-hyeok y trató de volver con él, sembrando dudas en su mente y manipulando la situación a su favor.
Su-hyeok, por su parte, se encontraba en una encrucijada emocional. Aunque intentaba seguir adelante con su vida y su carrera como actor, no podía sacar a Ha-ri de su mente. Cada noche, se encontraba perdido en los recuerdos de su amor perdido, lamentando las decisiones que los separaron.
Mientras tanto, Han, un antiguo pretendiente de Ha-ri, aprovechó la confusión y la desesperación de Ha-ri para intentar ganarse su afecto una vez más. Sin embargo, sus intentos fueron en vano, por que ella estaba en el internado, y ya que el corazón de Ha-ri seguía perteneciendo a Su-hyeok, sin importar cuánto intentara olvidarlo.
A medida que pasaban los días, Ha-ri luchaba por reconciliar su situación actual con los recuerdos del pasado. Aunque se esforzaba por cumplir con sus deberes como esposa, su corazón seguía perteneciendo a Su-hyeok. Cada vez que cerraba los ojos, podía ver su sonrisa y sentir su cálido abrazo, recordándole lo que había perdido.
En medio de su dolor y desesperación, Ha-ri se aferraba a la esperanza de que algún día encontraría la fuerza para liberarse de las cadenas que la ataban a un matrimonio sin amor. Mientras tanto, Su-hyeok continuaba luchando con sus propios demonios internos, deseando desesperadamente una segunda oportunidad para estar con la mujer que siempre había amado.
El destino había separado a Ha-ri y Su-hyeok, pero sus corazones seguían unidos por un vínculo que el tiempo y la distancia no podían romper. En medio de las obligaciones impuestas por sus familias y los recuerdos persistentes de su amor pasado, ambos luchaban por encontrar la fuerza y la valentía para seguir adelante, esperando el día en que finalmente pudieran estar juntos nuevamente.
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Segundo capítulo del día, los que siguen la historia ya pueden estar contentos.
