tres.

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'Joder' pienso mientras cierro el portátil de un golpe. Las ideas se amontonan en mi cabeza y ninguna es capaz de salir con claridad. Decido ponerme un chándal y salir a tomarme un café. Son las siete de la mañana, no he dormido en toda la noche sin ningún resultado. Me siento en una terraza y disfruto del frescor en las mejillas. He salido poco abrigado e intento taparme las orejas con la bufanda.

Hace tres semanas que he vuelto de Getxo, y las paredes se me caen encima. El trabajo me tiene más agobiado que nunca. ¿Es esto lo que quiero? ¿Me gusta producir? ¿Mi sueño no era cantar? ¿Qué estoy haciendo? Cojo mi libreta y leo una a una las letras que tengo escritas desde hace un par de años. Son frases sueltas, sin ningún tipo de sentido. Voy a cerrar mi libreta hasta que un papel cae. 'Nunca dudes de tu potencial y de todo lo que eres capaz de lograr.'

Cierro la libreta de golpe. Decido pasar por casa para darme una ducha y pensar con claridad la locura que se me acaba de ocurrir. ¿Puedo? Sí. ¿Saldrá bien? Al menos lo he intentado.

Son las nueve de la mañana cuando salgo de casa y cojo el teléfono.

-Buenos días, Kiki. ¿Estabas dormida?

-Hola, cariño. No, estaba haciendo café. ¿Te ocurre algo?

-Voy para la discográfica, y no es para trabajar. O sí. No sé. Estoy cont-

-Martin, son las nueve de la mañana, es temprano, todavía no le he dado los sorbos necesarios al café como para saber de lo que me estás hablando, que por cierto, tampoco lo estás haciendo claro.

-Dejo la producción musical. Llevo mi libreta con mis ideas. Quiero cantar, Chiara. Mi sueño era cantar y enseñar mi voz, no la producción.

-Martin... ¿estás seguro? Ya sabes que el mundo de la música no es fácil, honey. Pero si es lo que quieres, tienes todo mi apoyo.

-Es lo que quiero, Kiki. Es lo que necesito.

Me quedan veinte metros para llegar y creo que estoy empezando a notar un sudor frío recorriendo mi frente, y mis pasos no son nada certeros. Cuando estoy justo en la puerta, paro, cierro los ojos y suspiro. 'Yo puedo' . Entro y puedo ver a mi jefe en la puerta de su despacho. Me hace una seña para que entre y una vez allí, le comento mi idea.

-¿Estás seguro de esto, Martin? Sabes que soy el primero que te apoya, y que va a estar a pie de cañón contigo en todo tu camino.

-Te lo prometo, Manu. Estoy al cien por cien seguro- le tiendo mi libreta y le dejo ojear página por página.

-Martin... Ven, acompáñame- le sigo hasta una sala pequeña en la que hay un piano-. Cierra la puerta. Vamos a ponerle sonido a esto ya.

Salgo por la puerta de la discográfica con ganas de llorar de la emoción. Hacía mucho tiempo que no estaba así de feliz. Me muerdo los labios y llamo a mi madre. Ahí es donde me echo a llorar. Mi madre tampoco reprimía sus lágrimas de orgullo. Ojalá durara este momento para siempre.

He quedado con Chiara en vernos sobre las dos para celebrar el día de hoy, y como Chiara tarda demasiado, me tomo la libertad de elegir el bar y pedirme una cerveza con unas aceitunas. Cuando llega, lloro de nuevo. Chiara es mi mejor amiga. Fue la primera persona que conocí en Madrid, y desde el primer momento nos volvimos inseparables. Chiara tampoco reprime la emoción y llora.

-Jo, Martin, es que me parece todo tan, buah... Estoy tan contenta por ti. ¿Entonces ya casi tienes una canción?

-Casi que tengo dos. Una ya la tenemos. Nos ha salido sola, Kiki. De siete frases que tenía, Manu ha comenzado a tocar y me ha salido el resto. Ha sido tan bonito... Creía que iba a ser un mes de mierda, pero no para de sorprenderme. Primero conocí a esos chicos en Bilbao y ahora esto.

-¿Desde cuándo no los ves?

-Pues a Paul lo vi hace poco que coincidimos en Sol. Me dijo que tenían muchas ganas de verme. A los demás no los he vuelto a ver. Puede que les hable después por si se quieren unir a la celebración. ¿Te importa?

-¿A mí? Perdone usted, pero necesito ponerle cara a todos y cada uno de ellos.

Saco mi teléfono y abro el whatsapp. Solo tengo el número de Juanjo, así que abro su chat y le escribo.

'hola juanjo, no sé si te acuerdas de mí, soy martin. Estoy con una amiga tomándome una cerveza por malasaña. te mando la ubicación y os venís, ¿no? tengo muchas cosas que contaros y que celebrar'

Abre el mensaje del tirón, y la respuesta es más inmediata aún.

'Hoooola, Martin. Creíamos que te había tragado la tierra, pero Paul nos dijo que no, que seguías vivo, pero con mucho trabajo. En media hora estamos allí'

-Y ahora es cuando me dices '¿Estoy bien peinado? ¿Tengo mala cara?'

-Qué graciosa es ella, oye. Pues no. Lo que me pasó con Juanjo es que me impresionó lo guapo que era, pero ya está. Ya se me ha pasado. Además, ¿crees que tengo ganas de meterme en cualquier cosa que conlleve sentimientos? Eres la única que sabe por lo que he pasado.

-Claro que sé cómo lo has pasado, Martin, pero eso no te puede impedir disfrutar, ni sentir. La vida son dos días, y uno es para carnavales. I mean... Déjate llevar. No puedes saber lo que te depara la vida. Deja de ser tan meticuloso, y piensa, por primera vez en ti, en lo que tú quieres, y date el tiempo y el espacio que tú necesites.

-Pero también estamos hablando sin saber. No sé si le gusto a Juanjo. Joder, no sé ni si le gustan los hombres- soltamos una carcajada y le damos un pequeño trago a la cerveza-. Si de algo estoy seguro, es que no estaba tan feliz desde hace mucho.

Chiara me abraza y me da un beso en la mejilla. Es a la única persona que dejo que me besuquee. A la media hora justa, aparecen por la esquina Álvaro, Bea, Rus, Paul, Violeta y Juanjo.

-Joder, Kiki. Que no, que no se me ha pasado.

Aguasal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora