La luz tenue de la tarde se filtra por las cortinas entreabiertas, creando un ambiente acogedor en la habitación.
El sonido pegajoso de "Pocketful of Sunshine" llena la habitación mientras me muevo torpemente al ritmo de la música, Kai salta alegremente a mi alrededor.
Cuando les conté a Camille y a Oliver lo del cachorro, casi me rogaron que llevará a Kai allí. Me aseguraron que no les importaría en lo más mínimo tener un cachorro revoloteando por la casa, y que estarían encantados de cuidarlo siempre que fuera necesario.
Eso me tranquilizó enormemente, teníamos un hogar para el cachorro.
Así que, a primera hora de la mañana, Camille se ofreció a acompañarme a la veterinaria para que tuviera su primer chequeo.
La veterinaria lo examinó con cuidado, y nos informó que todo estaba bien y que solo necesitaba sus vacunas de rutina.
Ya en casa, Kai con sus patas torpes y su cola enérgica, me sigue obedientemente, creando una escena adorable y divertida mientras intentábamos seguir el ritmo de la canción, mis movimientos descoordinados y llenos de alegría.
El cachorro salta y corre alrededor de mí, atrapando mis pies con sus pequeñas patas y provocando más risas y sonrisas.
La música llena el aire con una energía contagiosa, haciéndome sentir viva.
Estaba viviendo mi mejor momento después de tanto.
Luego de un rato de bailar y jugar con Kai, finalmente me dejo caer en la cama con un suspiro de satisfacción. El cachorro me sigue, acurrucándose a mi lado con un pequeño gemido de cansancio.
Con una sonrisa aún en mi rostro, alcanzó la computadora portátil que descansa en la mesita de noche.
El corazón me late con fuerza en el pecho mientras mis dedos danzan sobre el teclado, ansiosos por expresar todo lo que estaba sintiendo.
Estos días fueron una locura, una montaña rusa de emociones y tengo la necesidad de expresarlo de alguna forma, porque si no lo hago me siento sobreestimulada con mis propios sentimientos.
Llega un punto en el que me asfixian.
Y escribir es algo que he aprendido en terapia, y me ayuda a relajarme.
Recuerdo las primeras sesiones, luego del accidente, cuando todo me resultaba tan abrumador y confuso. No sabía cómo lidiar con todas las emociones que me invadían, no tenía idea cómo explicarles a las otras personas lo que sentía.
Pero a medida que las sesiones pasaron, empecé a darme cuenta de la importancia de expresar mis sentimientos de alguna forma. Y a mi, ponerlos en palabras me ayuda a entenderlos mejor, a procesarlos y a liberarme de su peso.
Recuerdo una de las primeras veces que intenté hacerlo. Fue difícil al principio, como si estuviera luchando contra una corriente poderosa que amenazaba con arrastrarme. Pero a medida que seguía escribiendo, sentí cómo poco a poco la carga se aligeraba, cómo las palabras actuaban como una forma de alivio para mi alma atormentada.
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Emails I can't send | Max Verstappen
FanfictionAddeline es una joven inquieta y con un alma insaciable, pero tiene un pasado trágico que no la deja seguir avanzando con su vida. Cuando cumple la mayoría de edad decide viajar con la idea de crecer y dejar las heridas del pasado atrás. Esperance...