Año 200 D.E. (Después de la Explosión)La respiración de Helene se convertía en jadeos entrecortados mientras ajustaba con manos temblorosas la máscara de protección contra la radiación, se le adhería a la piel con una mezcla de incomodidad y un sabor salado.
La linterna acoplada a su casco proyectaba una luz débil, apenas suficiente para iluminar el angosto túnel en el que se encontraba, el corredor de concreto se extendía hasta que se perdía en la oscuridad. Cada paso resonaba con un eco siniestro en las paredes, un recordatorio constante de la desolación que ahora acompañaba a la humanidad.
Habían transcurrido doscientos años desde aquella serie de explosiones nucleares que marcaron el principio del fin. Los reactores nucleares colapsaron simultáneamente, como si una mano invisible hubiera sincronizado los relojes del apocalipsis. La atmósfera se contaminó con una rapidez aterradora, pintando el cielo de grises. Los sobrevivientes se vieron obligados a buscar refugio en las entrañas de un mundo subterráneo.
Todo lo que Helene conocía se encontraba bajo tierra. Nació en tiempos oscuros, en un mundo donde la lucha por la supervivencia era una constante. Los suministros escaseaban lentamente y la radiación persistía en el aire, acechando cada rincón de lo que alguna vez fueron ciudades. Ahora, solo quedaba Subterra, el último refugio de la humanidad.
Los líderes de cada comunidad luchaban a diario por mantener el orden en medio del creciente miedo por la escasez de recursos. Helene se detuvo frente a una gran compuerta, la válvula fría bajo sus dedos crujió al girarla y el cierre se abrió con un susurro metálico, revelando un par de ojos verdes que brillaban con una mezcla de alivio.
—Pensé que no vendrías.
—Nunca falto a nuestras citas —Aunque la sonrisa de Helene quedaba oculta tras la máscara, él sabía que le sonreía.
Respiró hondo y ajustó el haz de su linterna, iluminando la figura de Paxton en medio del estrecho túnel. Este lugar era su pequeño secreto, notó cómo él relajaba sus hombros al cerrar la compuerta detrás de ellos, sellándolos lejos de los otros pasadizos. Su corazón comenzó a latir más rápido cuando él se acercó, reduciendo la distancia entre ellos. Llevaban ya un tiempo reuniéndose en ese túnel.
Ella se deshizo de su máscara, sintiendo cómo el sudor acumulado le empapaba los mechones y los adhería incómodamente a su piel. Esperó la típica respuesta de Paxton, alguna de sus bromas cargadas de doble sentido que solían hacerla reír sin importar la situación. Pero esta noche, algo era distinto en él; lo notaba alterado, sus movimientos eran impacientes, su mirada esquiva. Lo conocía lo suficientemente bien para darse cuenta de que algo lo perturbaba.
La amistad entre ellos había florecido de manera inesperada desde hacía tres años, al compartir un tomate deshidratado. En Subterra, los alimentos no solo eran una necesidad básica; a menudo, se convertían en el eje central de las relaciones humanas, tanto para bien como para mal. Helene había sido testigo de cómo algo tan sencillo como las proteínas enlatadas podían forjar alianzas o desencadenar conflictos mortales. Pero en aquel momento, un tomate los había unido, algo que iba más allá de la supervivencia.
—¿Qué has traído? —susurró ella, su voz apenas audible sobre el zumbido constante del generador cercano.
—Siempre tan curiosa —respondió él con una sonrisa juguetona en su rostro mientras se agachaba para buscar algo en su mochila. Helene se sentó a su lado, sus ojos siguieron las sombras que las linternas proyectaban en el techo.
La luz jugaba con los contornos de su figura, mientras él la observaba de reojo, sus ojos de un verde intenso cambiaban de tonalidad. Siempre le había dicho que tenía ojos de gato; algunos días, el color era más penetrante que otros. Y a pesar de que cualquier chica podría caer rendida a sus pies, en Subterra el amor no era una elección, era un lujo que muy pocos podían permitirse.
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El Proyecto Alice (ONC 2024)
Science FictionLa supervivencia es solo el comienzo. Dos siglos después del holocausto nuclear que devastó la Tierra, la humanidad se aferra a la vida en Subterra, la última civilización. Un mundo dividido en castas, donde nadie es libre para amar o decidir. He...