Capítulo 2

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Por fin el día del exterminio hacia llegado a su fin, los pecadores podían respirar tranquilos y comenzado a salir de nuevo a las calles de Pentagram City.

Carmilla logró respirar con alivio, habían logrado sobrevivir a su primer exterminio. La pequeña ángel seguía con vida, herida y cansada pero viva, la pobre no había logrado conciliar el sueño a pesar de su visible agotamiento, acechada por el miedo de que si se dormida Adam o Lute regresarían para acabar el trabajo y pese a los intentos de Carmilla por tranquilizarla, al final se quedó despierta, hablando un poco con ella.

Comenzó a levantar los muebles que impidan el acceso al sótano improvisado, al quitarlos todos golpeó la trampilla "Odette, Clara, el exterminio ya paso" las aviso "Ya podéis salir mis amores" la trampilla tardo poco en abrirse y de ella salieron ambas chicas, que no tardaron en saltar a los brazos de su madre, aliviadas por que aquella pesadilla hubiera acabado.

Fue Clara la primera en darse cuenta de la presencia de la niña "¿Quien es ella mamá?" pregunto acercándose a ella.

Vaggie se limitó a observarla, atenta a cualquier signo de amenaza. Clara se detuvo frente a ella, a un par de pasos de distancia y se sentó en el suelo para que se pudieran ver directamente "¿Como te llamas canija" pregunto en español para molestarla.

"No soy canija" respondió en español de vuelta.

"No pensé que sabrías español" se excusó "Creí que solo te quedarías mirándome esperando que te explicara" trato de excusarse pero solo lo estaba empeorando.

"Lo que mi hermana quiere decir es, ¿como te llamas?" la médico salvo Odette, acercándose también a la chiquilla.

"Niñas esta es Vaggie, Vaggie estas son Clara y Odette, mis hijas" presento Carmilla, así evitaba que la pequeña dijera su nombre con aquella terrible pronunciación.

"¿Que hace ella aquí?" pregunto con curiosidad Odette.

"Ella no fue capaz de matar a un pecador y los otros ángeles la han expulsado" expreso con tristeza Carmilla, mientras que Vaggie solo agachó la cabeza y trató de contener sus lágrimas.

Ambas hermanas se miraron entre sí, compartiendo una mirada de incredulidad"Ni si quiera podemos mantenernos a nosotras como vamos a cargar con un lastre, y encima un ángel" expreso con desagrado Clara.

"Por mas que me duela decirlo, Clara tiene razón" dijo Odette "Ella es un ángel, un exterminador, podría matarnos"

"Se que más cosas no nos están yendo muy bien, pero solo llevamos aquí unos años" las tranquilizó su madre "Además ella no es capa de matar y yo no soy capa de dejarla a su suerte, si alguien descubre que es un ángel tratarán de matarla" ambas chicas reflexionaron, aquello era verdad y aunque estuvieran en el infierno ellas no eran monstruos.

"No podrían" dijo repentinamente Vaggie, los que llamó la atención de las otras tres mujeres.

"¿A que te refieres con no podrían?" pregunto Carmilla.

"Los ángeles no pueden ser dañados con armas demoniacas, ni si quiera creía que era posible ser herida hasta que..." Vaggie no continuó hablando, el mensaje están implícito sin tener la necesidad d d decir nada.

Aquellas palabras dieron una idea a Carmilla "Vaggie, ¿los demonios solo pueden morir por armas angelicales?" la pequeña asintió levemente.

"Sus almas solo se destruyen con un arma angelical, pero si no se les mata se pueden recuperar aún que obtendrán una cicatriz, es ls única forma de morir para siempre" aquella información hizo que una sonrisa se formara en el rostro de Carmilla, ya sabía que negoció iba a comenzar en el infierno. El mismo que la hizo llegar allí en primer lugar.

"Chicas ya se como sobrevivir en el infierno" anunció a sus hijas con una sonrisa "Debemos darnos prisa e ir a recoger cuantas armas angelicales podamos" dijo con firmeza "Clara cendras conmigo por las armas, Odette quédate y cuida de Vaggie" ambas asintieron, cuando su madre tenia una idea era algo brillante.

Tal como dijo ella h una de sus hijas salieron rápidas a las calles, recogiendo lanzas y cuchillos que las exterminadoras habían dejado clavadlas en los cadaveres o tiradas sin cuidado en el suelo teñido de sangre, por suerte por aquella zona casi no estaba transitando la gente, seguramente la mayoría había fallecido en la carnicería de hacía unas horas.

Mientras en aquel refugio Odette vigilaba a Vaggie, la pequeña no hacía mucho, por no decir nada, seguía sentada en el suelo, apoyada contra la pared y con aquellos vendajes rápidos que Carmilla le había colocado.

"¿Por que las vendas?" pregunto Odette ha arta del silencio.

"Por que me han atacado" respondió seca la angel.

"¿Por que?" insistió de nuevo.

"Por no matar a un pecador" mismo tono y sin cambio facial, aquella chica era dura o estaba muerta por dentro fue lo que pensó Odette al ver que mi fraccionada no para bien ni para mal.

"¿Quien?" dijo de nuevo, esta vez obtuvo una reacción, la pequeña apretó sus puños y pudo ver como reteñía sus lágrimas, pero no respondía, supo que de seguir presionado la niña acabaría llorando y eso era lo último que quería. Se acercó hasta sentarse a su lado, luego paso su brazo por detrás y la hizo apoyarse en ella para después acariciar levemente su brazo, no era el mejor confort del mundo pero pareció bastar a la pequeña que se acurrucó a su lado.

Carmilla y Clara col vieron un par de horas más tarde, traían una carretilla, que sabe Dios de donde la habían sacado, cargada de lanzas y cuchillos, además de las que traía Clara en sus manos.

"¿Para que tantas armas mamá?" pregunto Clara dejando las que traían en sus manos en el suelo, junto a la carretilla.

"Vamos ha hacer lo que mejor se nos da, armas" explicó su madre como si fuera lo más obvio del mundo "Los demonios solo pueden morir si son heridos con armas angelicales, vamos a forjar armas de fuego con el metal de los ángeles y así crear un mercado que todos querrán y dela que seremos los únicos con mercancía"

Las hermanas se quedaron algo sorprendías, era una gran idea, el único inconveniente era "Mamá, no tenemos ni el equipo para una forja, ni los conocimientos sobre cómo funciona el metal angelical" razonó con algo de tristeza Odette.

"Puedo conseguirlos materiales, nuestras primeras armas no serán de tanta calidad pero nos ayudarán a obtener fondos para mejoras" ánimo su madre "Y podemos hacer ensayo y error hasta averiguar cómo funciona el metal"

"Yo puedo ayudar con ello" intervino Vaggie.

"¿Sabes cómo forzar metal angelical?" pregunto Clara algo impresionada.

"A los ángeles exterminadores se le adiestra para crear y manejar gran cantidad de armas" explicó con simpleza "Tú me has ayudado a seguir con vida así que yo te ayudaré a conseguir dinero"

Carmilla se acercó a Vaggie y acarició levemente su cabeza, agradecida por que compartiera sus conocimientos con ellas.

Este sería el inicio de su nuevo imperio de armas. Y esta vez no permitiría que nada saliera mal ni que sus seres queridos salieran lastimados

Familia CarmineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora