Capítulo uno

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Primera noche



La primera noche de trabajo de Roberto había llegado, llegó temprano, a las ocho y media y comió tortas que le invitaron sus compañeros, teniendo una interesante plática.

"¿Si te dijeron por que todos los que trabajan ese horario se van, o no?" Dijo Jair.

"Pues me dijeron que era por el cansancio pero sabe, ¿por qué?"

"Ah es que dicen que se aparece alguien, según eso era un güey que quería jugar pero lo rechazaron y sé suicidó, igual nadie sabe bien qué pedo" eso lo había dejado asombrado.

"Oh, no pues ni idea, ojalá no se me aparezca el chamuco a mí" comentó con gracia, haciendo que todos largaran carcajadas.

"No pero, si ten cuidado, carnal, por que dicen que en este horario espantan"

"Sí, no hay pedo, yo estoy curtido"

Unos minutos más pasaron, llegando así la hora de comenzar a trabajar, así que Roberto se fue a su área, llevándose consigo lo que le habían dado para la noche.
Una linterna, un taser, una navaja y un cinturón donde puso todo eso.

Estaba sentado, en su silla, en su oficina, observando las cámaras y al mismo tiempo veía su teléfono, cuando escuchó un leve sonido proveniente del baño de afuera.

"¿Quién es? No es gracioso, güey"

Ya hace un rato se había ido el intendente que estaba limpiando ahí donde estaba él.
Nadie respondió, así que decidió comenzar a buscar, puerta por puerta, nada. Llegó a la última puerta, empujó un poco para abrirla pero al instante de cerró de golpe, dándole una gran sorpresa, claro, Roberto no tenía miedo, sólo estaba sorprendido, él no creía en esas cosas así que atribuyó todo al sueño.
Escuchó como alguien en la planta de arriba llamaba su nombre, así que salió de los baños.

"Mande" gritó Roberto.

"¿Qué pasó güey?" Jair respondió.

"¿Me hablaste?"

"No, yo no fui, pero no escuché a nadie más hablarte, ¿por qué?"

"Oh, no, nomás es que escuché como si alguien me hablara"

"Nosotros te dijimos que espantan"

"Miedo que me asalten, güey, esto que, ni que me fuera a hacer algo o que" ambos rieron. "Bueno ya, a chambear"

Y después de eso ambos siguieron con su trabajo, El cansancio ya estaba tomando factura, pero ya pasaban de la una de la mañana, faltando cada vez menos para que Roberto se fuera, así que decidió tomarse unos minutos para tomarse una monster. Ya le estaba dando frío, así que por encima del uniforme se puso una sudadera azul. Se terminó su monster y por las cámaras vio una figura desconocida moverse en un pasillo de la planta alta, así que decidió subir a observar.
Ya se habían ido todos los que estaban con él, por eso se le hizo raro ver esa figura.
Subió las escaleras y entró al pasillo en donde estaba esa figura, intentando prender la luz, sin lograrlo.

Escuchó un sonido leve, la luz se había prendido, y con esta, una escoba que estaba recargada cerca de un cuarto de conserje cayó al piso, haciendo un ruido seco que lo sacó de su concentración, estaba ya harto de que frustraran su trabajo, así que no muy inteligentemente 'habló' con aquel fantasma.

"No se quien eres, ni cómo te llamas, pero yo no te estoy haciendo nada. Te agradecería si dejas de estar mamando conmigo, que ando trabajando y ocupo no distraerme" ni siquiera sabía por qué estaba hablando con un fantasma que él ni siquiera creía que fuera verdad.

El Fantasma Del Estadio AkronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora