Capítulo tres

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TW:suicidio


Tercera noche


De nuevo se encontraba en su jornada laboral en el estadio Akron, habían pasado casi dos horas de su llegada y nada raro había pasado, se sentía solo.
Todo en las cámaras se veía bien, ya casi llegaba la hora en la que se irían sus compañeros, todo en el estadio se veía bien, no escuchaba ningún ruido fuera de lo común; todo bien.
La mejor forma que tenía de perder el tiempo para que se le fueran las horas más rápido era estar en su celular, pero últimamente no podía buscar nada que no fuera sobre Alexis.
Su galería estaba repleta de cosas de Alexis; fotos de él, notas periodísticas, videos de sus goles, videos de saludos que mandaba...
Incluso le parecía bastante raro que nadie se cuestione la extraña desaparición de Vega.
Salió a hablar con Jair un tiempo, sin distraerlo de su trabajo. Hasta que terminó y llegó el momento de que se fueron los intendentes, despidiéndose de ellos.

Incluso hasta en TikTok había buscado cosas sobre Vega, encontrando solamente una cuenta antigua no muy conocida propia de Alexis, donde subía videos sobre sus entrenamientos, su día a día, sus amigos, sus partidos, y hasta bailes. Sin saberlo, Roberto se había vuelto adicto a dichos videos, deseando con toda su alma tener más de ellos.
Los veía una y otra vez, sin fin, disfrutando de su voz, de sus bailes, de su cuerpo, de sus ojos... esos ojos que deseaba ver en la vida real.

Estaba perdido en los videos del joven Vega, pero una alarma lo sacó de su concentración.
Vio en las cámaras y habían unos jóvenes tratando de entrar por la parte de atrás, corriendo rápidamente hacia allá.

"¿Hola?" Alumbró con su lámpara, viendo a dos jóvenes totalmente de negro pero con la cara descubierta. "No pueden estar aquí." Dijo recto.

"Somos youtubers, échenos la mano para tener un video bien perro." Los jóvenes no tenían ningún tipo de cámara o celular consigo, así que rápidamente descartó esa idea.

"No, lo siento. No pueden estar aquí." Dijo de nuevo, esta vez con la voz más dura.

Los contrarios comenzaron a mascullar cosas entre ellos, acercándose cada vez más a Roberto, cosa que lo hacía retroceder.
La temperatura disminuyó y se escuchó un grito agudo en la parte de la cancha, resonando por todo el lugar, todos miraron en esa dirección, sorprendiendo tanto a ambos jóvenes como a Roberto.

"Váyanse, por favor." Dijo últimamente y los vio correr despavoridos.

Rápidamente, Roberto se dirigió a la cancha, que fue donde se escuchó aquel grito.
Salió un poco, temblando un poco por el frío.
Sólo la luna aluzaba y la linterna de Roberto estaba baja.

Había una persona parada en medio de la cancha. Una persona bastante conocida para Roberto.
Rápidamente subió la linterna, deseando poder verlo, sin lograrlo, ya que el otro desapareció al instante.

Caminó hasta su oficina de nuevo, llegando y acostándose en el catre que le habían permitido llevar para no tener que seguir durmiendo en el piso.
Se tapó bien, puso su alarma y la alarma de movimiento de las cámaras, así durmiendo más tranquilo.





"No, Alexis, no nos puedes hacer esto." Decía preocupado su entrenador.

"No quiero jugar hoy, profe, por favor. No me siento bien." En realidad si quería jugar, claro que quería, era una semifinal contra el Cruz Azul en el Akron, ya estaba bien de la descalabrada por culpa de Isaac, ya habían pasado casi dos meses y medio de eso.

"Alexis, estás en la alineación titular, ya no se puede cambiar eso."

"Meta a Isaac, por favor, yo no quiero jugar." Decía con lágrimas inundando sus ojos.

El Fantasma Del Estadio AkronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora