Capítulo 10

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Durmieron todo el día, abrazados y tapaditos, olvidándose de sus problemas.
Se levantaron a las ocho y media y Roberto se dio cuenta de que se le hacía un poco tarde para irse al trabajo.

Se levantó tratando de no despertar a Alexis, pero éste se despertó rápidamente.

"Hola, ya me voy." Susurró al recién levantado, que seguía tratando de analizar lo que pasaba a su al rededor.

"¿No llevas comida?" Preguntó de la nada, viendo cómo Alvarado se terminaba de cambiar.

Ahora era muy tímido, aunque hace unos días se estaba metiendo en sus pantalones.

"Compro algo de pasada." Levantó su mochila y se aseguró de llevar todo lo necesario.

Alexis se levantó de la cama, aún estaban a oscuras con solo la luz del televisor alumbrándolos.

"Te voy a extrañar." Lo agarró levemente del cuello de su sudadera y le dio un besito que dejó a Roberto atontado.

"Y yo a ti, va a estar aburrido sin ti." Lo abrazó por la cintura y lo acercó a su cuerpo.

Se despidieron y Roberto salió, asegurándose de dejar la puerta cerrada con llave, no quería que nada le pasara a su Alexis.

Llegó al estadio justo a tiempo, viendo a Adolfo en cuanto entró.

"¿Qué le hiciste a mi hijo?" Una mano fuerte se cernió sobre su brazo, apretando.

"¿Qué?" Trató de hacerse el desentendido, sin lograrlo.

"Alexis, mi hijo. Ya no lo siento, ya no está aquí. Te lo llevaste." Su voz sonaba alterada y sus ojos estaban visiblemente rojos.

"Perdón... yo. Él me pidió ayuda, yo lo ayudé. Cuando quiera puede ir a verlo, él está en mi casa, está bien, se lo juro."

"¿Qué eres de mi hijo? ¿Qué quieres de él?" Esta pregunta dejó en blanco a Roberto.

"Yo... lo quiero." Confesó mirándolo fijamente.

"Quiero verlo. Déjame ver a mi hijo."

"Sólo tengo esto." Le mostró varias fotos que le había tomado a Alexis. "Cuando tenga algún tiempo libre podemos ir a mi casa... ahí está él."

El hombre asintió y se fue en silencio.

Alvarado se metió a la oficina y puso todas las alarmas. Estaba preocupado por cómo Alexis estaría en su casa, pensaba tanto en él.

Su jornada fue tranquila, no pasó nada, no vio nada, durmió un rato antes de pararse y salir cuando llegó Adolfo, dándose una mirada cómplice.

Pasó a comprar algo para cocinar y se apuró en llegar lo antes posible a casa, sabiendo que su gordito estaba esperándolo ahí.

Llegó y cuando entró, lo vio, estaba sentado en el sillón de la sala, mirando la televisión. Estaba mirando partidos que había jugado, viendo su talento perdido.

"Amor..." se sentó a lado de Alexis y con solo la luz de la televisión alumbrándolos, lo miró a los ojos, se veían tristes, esos ojos brillosos y hermosos estaban tan llorosos que parecía que lloraría en cualquier momento.

Alexis no respondió, se subió en su regazo, abrazándolo fuerte por los hombros, llorando inmediatamente en el hueco de su cuello.

Roberto lo abrazó también, sobándole la espalda, apretando su cuerpo contra el propio, también recargando su cabeza en su hombro y oliendo ese aroma tan único, limpio, cálido.

No intentó calmar a Alexis o hacerlo dejar de llorar, dejó que se calmara solo, se terminó quedando dormido en su regazo. Alvarado se paró cargándolo y y se acostó junto con él en la cama, ni siquiera se preocupó por comer en ese momento, solo quería dormir con Alexis, sentir la calidez de su hombro abrazándolo, sentir su cuerpo junto al suyo.

Al cabo de tres horas despertaron, comieron juntos y vieron la televisión, Roberto trató de que no vieran nada de fútbol o algo que pueda poner a Alexis sensible.

Le contó la situación de su papá y acordaron algún día verlo, juntos, ya que Alexis no quería quedarse solo con nadie que no fuera Carlos.

En la noche, se despidieron y siguió la rutina que ya tenían acordada.
Tenían buenos días, les gustaba como estaban viviendo, Alexis se estaba recuperando del trauma, aún no hablaba mucho, pero podía comunicarse mínimamente. A Roberto le gustaba la compañía, no sentía nada mal. Se sentía acompañado.

No planeaban cambiar lo que tenían, Vega aún no se sentía listo para salir de la casa, todo lo que necesitaba se lo llevaba Alvarado, se distraía en la casa haciendo el aseo, cuidando de sí mismo y viendo la televisión, aunque en algún punto terminaba viendo algo de su equipo o de sus partidos. Se sentía triste por eso, extrañaba tanto el poder jugar fútbol. Veía los trofeos y fotos que tenía piojo, él le había dicho que no eran importante, pero a Vega le gustaban. Estaba pensando en decirle algún día ir a jugar juntos o que Roberto lo lleve a un partido en el estadio, sabía que se negaría, pero quería tratar de convencerlo. Amaba el fútbol, era toda su vida, no podría vivir sin él, aún si tiene que esconderse con capas de ropa y accesorios para poder ver un partido en paz. Aunque a este punto no pensaba que alguien lograra reconocerlo.
Había encontrado algunos videos hablando sobre su repentina desaparición y todas las especulaciones le parecían tontas. Decían que se había casado y se había ido del país, que incluso ya era padre, otros decían que había tenido problemas con la ley o con algún pesado de Guadalajara y tuvo que irse del país, que había tenido problemas en el club, que había tenido alguna lesión que le había arruinado la carrera. Nadie tenía idea de la realidad, nadie conectaba a los culpables, nadie sospechaba de nadie. Y él estaba tan cansado para pensar en una venganza.















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Creo q nomás habrá un capítulo más

Tengo una pregunta, cual de todos mis fics y os les gusta más??? Necesito saber 😭😭😭 mi personal favorito es en la intimidad oooo cuando cuesta tu sangre jiji díganme plis cuál es su fav

No se q escribir ya en esta historia pipipi
Espero les guste mucho.
😽😽😽

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⏰ Última actualización: Oct 07 ⏰

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El Fantasma Del Estadio AkronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora