Capítulo seis

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Quinta noche





Eran casi las ocho y Roberto se terminaba de alistar para su camino al Akron. Empezaba a hacer un poco más de frío, así que llevó ropa más caliente, cómoda y capas de más.

Al rededor de las ocho quince se subió a su carro y prendió viaje al estadio.
Llegó a los cuarenta minutos y se hicieron las nueve en lo que se estacionó y caminó a la entrada.
Se topó de nuevo con aquel hombre, lo vio fumar mientras salía del estadio inmenso.

"Hola, buenas noches." Saludó Roberto.

"Buenas noches." Respondió amable el hombre y caminó hasta su carro.

Entró y caminó directo a su oficina, ocupaba entrar al baño.
Lo hizo y después se miró al espejo, planteándose si era buena idea o no el hacer lo que estaba a punto de hacer.
Respiró hondo y suspiró fuerte, saliendo decidido del baño.
Checó las alarmas, que ya estaban activadas y las desactivó.

Salió de su oficina y recorrió el estadio hasta llegar a los vestidores, sólo con su linterna y su celular en su mano.
Al entrar, todo estaba normal, las luces apagadas, el silencio ensordecedor y todo en su lugar.
Prendió una luz y caminó hasta ponerse frente al espejo de un lavamanos.

"Alexis." Habló fuertemente mirando al espejo.
"Alexis." Volvió a hablar al no verlo ahí.

Escucho un ruido y volteo en dirección hacia él, era Alexis.

"¿Qué quieres?" Preguntó la voz sombría y fría de Vega.

"¿Qué chingados me hiciste?" Preguntó acercándose a él, desesperado.

Vega volteó su rostro hacia arriba, con una sonrisa plasmada en él. Roberto agarró su mandíbula y lo regresó, obligándolo a que lo mirara.

"No te hice nada que tú no quisieras." Respondió burlesco, aún con el agarre fuerte en su mandíbula.

"¿Por qué estoy todo puteado, entonces?"
La pregunta le sacó una leve risa a Alexis y respondió.

"Pues... si sabes que estoy muerto ¿no?" Preguntó con obviedad.

"Sí, no me gusta pensar eso." Respondió avergonzado, soltando de a poco la cara del menor.

"Bueno. Al ser un cuerpo sin energía ni alma, cualquier cosa, persona o lugar al que me acerco, se va a quedar sin energía. Mira." Explico y después se soltó por completo del agarre de Alvarado.

Caminó hasta la luz que estaba prendida y está comenzó a parpadear, bajo la mirada curiosa del contrario.
Regresó a donde estaba antes y volteó a ver a los ojos de Roberto con una sonrisa inocente.

"Entonces ¿esto va a pasar cada vez que estemos cerca?"

"Depende qué tan cerca estemos."

"Cerca como... la vez pasada." Volteó hacia abajo.

"Ah, así pues sí." Respondió volteando sus ojos con diversión.

"Okey... que no vuelva a pasar." Habló con nerviosismo.

"¿No te gustó? Yo sentí que sí." Dijo burlesco.

"N-no, o sea, no. O sea, no me gustó... que quedé así." Sus nervios le entumecían la lengua.

"¿Así cómo?" Preguntó acercándose al otro.

Sintió su aire yéndose de su cuerpo y empujó levemente a Alexis para poder salir de ese lugar, se sentía asfixiado.
Caminó sin mirar atrás y llegó a su oficina, respirando hondo y tratando de regular sus sentimientos. Alexis abrió la puerta y entró, viendo como la respiración de Roberto se aceleraba de nuevo. Tenía su cabeza baja y sus ojos cerrados.
Se acercó a él y pasó sus brazos por sus hombros, deslizándolos por ahí, recargando su cabeza en el hombro derecho del contrario, el cual subía y bajaba.

El Fantasma Del Estadio AkronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora