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OMNISCIENTE

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OMNISCIENTE.

Roma llegó a su casa hace dos días. Dos días en los que su — todavía— novio no apareció, pero también dos días en los que se permitía procesar su situación con el otro Enzo, por supuesto sin dejar de pensar en él.

Suponía que el uruguayo se había escapado a un telo con una mina de cuarta, pero en cierto punto el no saber dónde estaba le preocupaba un poco. Después de todo eran pareja, y ella sí tenía un poco de empatía por él, a pesar de que Enzo no la tuviera por ella.

Trató de despejarse dándose una ducha, como siempre. Era el método de relajación más efectivo que tenía al alcance.

Durante el transcurso de los últimos dos días que había pasado en su hogar en Londres, no había dejado de interactuar con 'el otro Enzo' por instagram. Ambos se habían seguido y se contaban sus cosas y sus días, obviamente con berretines de parte del morocho siempre.

Se le escapó una sonrisita al recordar la preocupación del jugador al verla en su ataque de pánico en el avión, tanto que en todo el vuelo no le soltó la mano. Lo que ella no sabía, es que Enzo hacía con ella lo que le gustaría que hubiesen hecho con él.

Por parte de Enzo, esa morocha con ojos verdes lo había vuelto loco desde que la vio con cara de culo a la salida del boliche. Agradeció a todos sus dioses por habérsela encontrado en el vuelo y haberla podido ayudar.

Enzo solía tener pesadillas casi todas las noches, la mayoría con traumas que le quedaron de su infancia, como por ejemplo el bullying y los comentarios horribles hacia él, que retumbaban en su cabeza sin parar. "Nunca vas a llegar a nada", "El gordo Enzo", entre otros. Aún con sus veintitrés años y con todos sus logros, esas burlas lo seguían atormentando, y no tenía nadie para ayudarlo. Cuando vio a Roma ponerse así en el avión, pudo de alguna forma verse a él mismo, llorando a las 4 de la mañana, con la cabeza enterrada en la almohada y sin nadie que lo acompañe.

Roma tenía ataques de pánico desde 2021, cuando se hizo famosa en las revistas más conocidas. Desde ahí, los fotógrafos y fans aparecían en su casa, tarde en la madrugada y la asustaban mucho. Por suerte, en su momento tenía a su novio cerca, que a decir verdad, nunca supo bien cómo ayudarla. Pues el uruguayo no era experto y hasta había veces que le tocaba a ella misma esperar a que pase.

Roma tarareaba una canción mientras salía del baño con una sonrisita, y su cuerpo se tensó al escuchar el sonido proveniente de las llaves de su casa.
Se vistió rápido como pudo, y con la cara totalmente transformada en enojo bajó las escaleras. Roma era una persona que siempre estaba de buen humor, pero cuando se enojaba podía destruir el mundo si así lo quisiera. Y esa era una de las cosas de ella que a Vogrincic todavía le faltaba descubrir, hasta ahora.

La mirada de bronca e incredulidad de Roma se notaba a kilómetros de distancia, como si quisiera reventarlo.

No había llegado solo.

MIAMI  ━ enzo fernández Donde viven las historias. Descúbrelo ahora