OMNISCIENTE.
— Vamos a hacer así. — sentenció Roma. — Ya te conozco a vos. Nada de ponerme la manito en la pierna, nada de acercarte de más. ¿Me escuchaste? — le advirtió a Enzo, quien la miraba divertido sentado a su lado en la cama. — Y vamos a ver un par de películas así te orientas ¿se entendió?
— Sí, señora. — rió levemente al ver la autoridad con la que le hablaba, pero decidió comportarse y hacerle caso.
La situación era esta: los dos habían aprovechado que la mayoría de los invitados no estaban para organizarse en el tema de lo que tenían que fingir. Pues si se andaban besando por todos lados lo primero que pensaría la gente es que son unos alzados. Por eso, Roma lo estaba haciendo ver películas románticas a Enzo, empezando por las de disney, obvio.
Claramente, conociendo a Enzo, haría de todo menos ver la película, así que Roma lo advirtió y pareció quedarse bastante pillo. Eso, de alguna manera, le causó ternura.
La película Enredados, la clásica de Rapunzel, transcurrió muy bien. Enzo prestaba mucha atención y Roma anotaba los detalles. Luego de unas lágrimas por parte de Roma, pasaron a otra película un poco más distinta. 10 cosas que odio de ti, la favorita de Roma.
Enzo al principio no entendía nada, pero Roma le explicaba entusiasmada.
— Mirá, retrasado. Es así: él se enamoró de Bianca, pero ella no puede tener novio hasta que la hermana, Kat, no tenga. Entonces están armando un plan para conseguirle un novio a Kat. Es fácil.
— Bueno, tratame bien, eh. Que yo te dejo pilla en dos segundos. — señaló con su dedo en forma de advertencia.
— Callate y mirá.
Y así sucedió con las últimas 2 películas. Obviamente no las veían enteras porque estarían horas, pero se fijaban en cómo se trataban los protagonistas y qué hacían el uno por el otro. Por más ridículo que sea, no sabían cómo tratarse.
— Bueno... Lo que anoté...
— Chicos — dijo una voz aguda, bastante entusiasmada. Los dos se dieron vuelta como si estuvieran cometiendo el peor crimen del mundo, finalmente encontrándose con Julieta.
— ¿Qué? — respondieron al unísono, en un tono seco y serio. Definitivamente su presencia ya era lo más molesto del mundo.
— Ale me mandó a que les diga que mañana hay una fiesta en un yate. No se olviden.
— Bueno. — respondió Roma, sonriendo falsamente y asintiendo. Julieta, gracias a dios, entendió que se tenía que ir y dejó la habitación a pasos rápidos, como siempre.
— Iñi mi mindi i qui lis digi qui miñini hiy iñi fisti. — burló Enzo, haciendo carcajear a Roma.
— A veces me caes bien, cuando no sos un pelotudo y arruinas todo. — admitió y suspiró.
— Callate que te encanto yo, me re amas. — mordió su labio como diciendo qué hambre. Roma rodó los ojos y volvió a su cuaderno, pero sin decir ni negar nada. Obviamente le encantaba, aunque de lo segundo estaba un poco lejos.
— Llamala a Clara, quiero ver qué piensa. — cambió de tema.
— ¿Ah soy tu esclavo ahora?
— Si, te dije que la llames a Clara. Dale, andá. — lo apuró a propósito, haciendo putear por lo bajo a Enzo mientras se ponía sus chanchas y salía de la habitación en busca de Clara. Para la mala suerte de Roma, la paz se acabaría muy pronto. Pues una figura detestable se hizo presente en su habitación.
— Y nos volvemos a encontrar... — dijo Vogrincic entrando a pasos tranquilos, con sus dos manos hacia atrás.
— Lamentablemente... — dijo Roma, cerrando el cuaderno y mirándolo con asco. — ¿Qué mierda querés? Si me vas a empezar a manipu...
— A mi no me vas a tratar así. — escupió rápidamente.— Mirá Roma, yo no repito las cosas. Vos, cuando todo esto se termine, te venís conmigo y vamos a arreglar las cosas, ¿me escuchaste? — Advirtió. Roma, desde su lugar, levantó las cejas con sarcasmo y en su cara se plasmó una sonrisa de odio.
— Mirá Enzo, yo tampoco repito las cosas. Vos, a mí, no me manipulás más. — comenzó a pararse de la cama, acercándose a él. — si me conocieras, sabrías que a mí nadie me pasa por arriba. ¿Vos te pensas que lo vas a hacer?
— Si no lo haces, le voy a empezar a contar todo de vos al chico ese que estaba con vos el otro día. Y no sabes las cosas que le voy a contar...
— ¿Qué le vas a contar? ¿A ver? — preguntó irónica. — ¿Tanto te duele que alguien me sepa querer como vos no supiste y no vas a saber nunca? — la respuesta que consiguió fue un silencio que lo delataba. Golpe bajísimo. — Mirá, es el casamiento de mi hermana, por lo cual no se qué mierda estás haciendo acá. Pero dejame decirte que a la primera que la cagues, me voy a encargar de sacarte a las patadas y devolverte a tu país de mierda. ¿Me entendiste, Enzo?
Vogrincic lo único que pudo hacer es asentir e irse de la misma forma que entró. Sabía que Roma no iba a torcer el brazo nunca.
Los pasos se alejaron y Roma soltó un suspiro de alivio, viendo que justo entraba Enzo con su mejor amiga a la habitación. Estos, al verla parada y en una postura de superioridad, se miraron confundidos.
— Vino a hacerse el malo el ridículo, pero lo saqué cagando. — explicó antes de que le preguntaran algo. Clara bufó y Enzo volvió a tirarse en la cama, abriendo el cuaderno donde Roma tenía anotado todo.
— No se para qué hicimos todo esto, lo único que aprendí es que te tengo que decir amor.
— Bueno, supongo que para empezar, con eso van a estar bien, chicos. — agregó Clara. — No creo que ni Enzo ni Julieta se les acerquen... O bueno capaz Enzo si pero porque está enfermo de la cabeza. — concluyó.
— ¿Hacen falta muchas demostraciones de afecto? — preguntó resignada Roma.
— Y sí, un poco se van a tener que tocar, supuestamente son novios. Igual nada de andar cogiendo por todos lados, eh.
Los dos se quejaron y comenzaron a negarse, a lo que Clara solamente rió y dejó la habitación, yéndose a cenar con los demás. Mañana en el yate se iban a encargar de que todos los vean.
jujuuu
uno cortito porque el que viene
es bastante largo y les va a
encantarrr, comenten
nos vemos 💋💋
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MIAMI ━ enzo fernández
Fiksi PenggemarM | Salieron por un momento, pero una confusión los llevó a separarse. Seis meses después, se reencontrarían en una boda en Miami, teniendo Enzo que darle una ayuda particular a Roma. [+18]