V

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Pedri

Llegamos del bar al que habíamos ido a petición de Gavi, Ansu y Balde.

Nos reíamos literalmente de cualquier estupidez que veíamos.

O de tan solo mirarnos nos hechabamos a reír a carcajadas.

Llegamos a casa y Diana abrió.

Todos pasaron por alto que Val estaba dormida en el sofá y siguieron haciendo ruido.

- Shhh, callaos que Val está dormida - susurré mientras la señalaba.

Ellos asintieron y fueron a la cocina.

Les seguí poco después de ver la libreta sobre la mesa de centro en la sala.

Al revisarla ví que tenía varios dibujos muy bien hechos y muy hermosos.

Entre ellos uno de hoy, ya que llevaban la fecha.

Era la luna reflejada en el agua del mar.

Se veía hermoso.

Al igual que ella.

La mire un rato, pero después al notar que parecía un acosador, fui a la cocina con los demás.

- Toma, bebelo para que no te de tanta resaca mañana. - Dijo Diana dándome el café.

Le bebí mientras ellos seguían conversando.

Al terminar todos subieron a sus habitaciones pero Diana se quedo observandome al ver que me dirigía hacia Val.

- ¿Qué haces? - Dijo al ver que me agachaba.

- Voy a subirla a su habitación.

- ¿Cómo?

- La voy a cargar.

Me miró sorprendida al ver cómo tome a Val en brazos como una princesa.

Subí las escaleras con ella y Diana me señaló cuál era su habitación.

Abrí la puerta y al cerrarla la empujé con el pie.

La recosté en su cama con mucho cuidado.

Y justo cuando estaba por alejarme para irme sentí que sujeto levemente mi mano.

- Quédate...- murmuró.

- Val, estás dormida, no puedo, no estás conciente. - Dije levemente mientras alejaba mi mano de la suya.

Pero solo estaba haciendo que mi mano sintiese frío, jamás pensé que me agradara tanto el tacto de una persona. Jamás.

- Eres Pedro, entonces quédate. - susurro abriendo sus ojos, le brillaban a pesar de que no entraba luz.

- Mañana no lo recordarás, estás dormida todavía Val, en otras circunstancias tal vez lo haría. - Dije mirándola a los ojos.

Ella jaló levemente de mi mano atrayendome hacía ella.

- Porfavor, quédate - Dijo suplicando.

Sus ojos decían algo indescifrable, como si quisiera decirme algo pero no podía, y a pesar de que el alcohol seguía en mi sistema estaba bastante conciente de que no estaba bien.

Asentí con la cabeza y me quite mis zapatos, alze la manta y ambos nos metimos en esta.

Ella recargo su cabeza en mi pecho y mi pulso se empezó a elevar.

- Te... Te molesta que durmamos así? - susurro con pena.

Tarde en responder mientras recuperaba mi voz y mi aire.

Amor de verano || Pedri González // +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora