Después de dos meses, a Park Jimin por fin le habían asignado un nuevo roomie y lo único que deseaba era poder llevarse bien con él, pero cuando el atractivo y popular capitán del equipo de básquet, Min Yoongi, llegó al dormitorio no pudo evitar sen...
Los entrenamientos de Yoongi habían comenzado nuevamente, habían pasado ya casi tres semanas desde que Jimin le permitió ver su tatuaje. Y ahora mirar al chico lo hacía sentirse nervioso, no quería volver a tener ese tipo de pensamientos. Aunque cada cierto tiempo solía recordar lo bonita que era la piel del chico, pero rápidamente invadía su mente con pensamientos aleatorios solo para olvidarse de ese recuerdo.
Pero por ahora, el entrenamiento de hoy invadía por completo sus pensamientos, lo cual agradeció infinitamente.
El entrenador les dio diez minutos de descanso, así que se sentó en una de las gradas, con su uniforme para entrenar completamente sudado.
—Creo que el entrenador nos hará entrenar hasta quedar inconscientes sobre la cancha.—
—Vamos Jk, no seas tan cobarde.— Jk, quien en realidad se llamaba Jeon Jungkook, era uno de los mejores amigos de Yoongi y el Swingman del equipo.
—Claro, eres igual de sádico que él.— Se quejó Jungkook mientras secaba el sudor de su frente.
—Sádico o no, nos llevó a las nacionales.— agrego Kim Seokjin, quién también era mejor amigo de Yoongi.
—Sera mejor que se acostumbren, entrenaremos hasta que los pies nos sangren y nos salgan callos en las manos.— Dijo Yoongi mientras hacía nuevamente la media coleta en su cabello que solía hacerse siempre que jugaba para que no le bloqueara la vista.
—¡Ahhg!.— Jungkook se quejó nuevamente, está vez tirándose sobre la grada, totalmente abatido.
—¿Haz hablado con Suni?.— Pregunto Seokjin, quien estaba sentado a su lado derecho, tratando de regular su acelerada respiración.
Yoongi negó con la cabeza. —No, eso se terminó definitivamente, creo que fue lo mejor, estará bien con Namjoon, quizás ese idiota por fin se controle.—
—Imposible, ha salido con media universidad y nunca cambia.— Añadió Jungkook aún recostado en la banca.
—¿Y como van las cosas con tu nuevo roomie?— Pregunto una vez más Seokjin.
—Bien, el… es un chico bastante diferente pero creo que nos llevamos bien.—
—¿Diferente?.—
—Supongo… no lo sé, no es como nosotros o cualquier otro chico simplemente es diferente.—
—No será un desquiciado como Dax, ¿Cierto?.—
—No, él es bastante normal, bueno, eso creo… no lo sé, tal vez solo son ideas mías.—
Seokjin miro a su amigo con una de sus cejas alzadas, pero no dijo absolutamente nada.
El entrenador hizo sonar su silbato para indicar que el descanso había terminado. Los tres chicos regresaron a la cancha y entrenaron alrededor de dos horas más.
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