Capítulo 12.

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-No puedo creer que en serio la vayas a dejar dormir en el suelo -le reprochó Aurora a su hermana una vez más.

-Es lo que quiere.

-Abi, te recuerdo que quieres enamorarla, no hacer que te odie.

-La quiero, pero es que soy demasiado orgullosa como para rogarle por algo que ella necesita.

-¿Sabes? Te quiero, pero si hiciera una lista de todas las malas actitudes que tienes, jamás terminaría.

-Se supone que soy la hija de una demonia, es algo lógico.

Aurora suspiró y lo único que hizo fue desearle a su hermana pasar una linda noche, debía mantenerse serena o de lo contrario su hermanita la llevaría al borde de la locura.

Aurora no quería permitir que Dafne durmiera en el suelo, así que bajo al vestíbulo y llamó su atención.

-Oye, no tienes por qué dormir en el suelo, hay un lugar para ti.

-Viniendo de tu parte esa invitación, si acepto.

Aurora no estaba para cuestionar nada de las actitudes de Dafne, suficiente tenía con las de su hermana. Así que le indicó a Dafne donde podría dormir antes de irse.

-¿Aquí? -preguntó Dafne.

-Sí, justo aquí -respondió Aurora mientras sonreía.

-Pues... Gracias.

-Pasa una linda noche Dafne.

Esa noche, Abiggail intentó hablar con su madre, pero esta simplemente no aparecía. Eso empezaba a frustrarla hasta que de repente escuchó una voz que llamó su atención enseguida.

"Esa chica me mintió, pero no puedo con la tentación"

Abiggail guardó silencio y prestó atención a aquella voz, porque era obvio que esa era la voz de Dafne, aunque parecía estar mezclada con otra voz que se le hacía bastante familiar a Abiggail, pero que no podía relacionar con nadie en ese momento.

Escuchó lo siguiente hasta aproximadamente la media noche:

Ya deja de pensar en ella, Dafne, el sol se ha ido, solo intenta dormir.
Pero está aquí, justo a mi lado, no deberías necesitarla para esto.
No puede ser que con mirarme hace que quiera entregarle mi cuerpo, destruiría mi defensa si algún día me mira fijamente el tiempo suficiente.
¿Me estoy enamorando o Salem tiene razón y siempre lo he estado?
Ojalá que nunca cambie lo que sea que ella siente por mí.
¿Por qué siento temor si parece que ella ya sostiene mi corazón en sus manos? ¿Por qué si es poco el tiempo que llevamos de conocernos?
Recuerdo sentir sus manos jugando con mi cabello en más de una ocasión.
Su aroma me hace desear que sea toda mía.
¿Por qué ella tendría mi corazón? No recuerdo haberlo entregado.
Ella es esa mirada que me persigue.
Siguen mis pensamientos actuando de forma involuntaria... Siento que ella está destinada a hacer parte de mi vida.
Pero, ¿por qué?
Es egocéntrica y abusa del poder...
Quisiera que alguien me explicara esto, porque ahora no quiero alejarme.
Ella es como una luna para mis noches... Ojalá algún día ella me llame su mundo. Porque este sentimiento se siente como un déjà vu y fácilmente me domina.

Las voces callaban por un momento, pero después se repetían. Abiggail estaba confundida pero en su subconsciente sonreía. Cuando dejó de escuchar esa voz pareció haberse desanimado.

Pero a la mañana siguiente tendría otra pequeña sorpresa relacionada con Dafne.

En la mañana y estando aún perdida en sus sueños, Abiggail decidió abrazar una almohada, pero resultó no ser una almohada.

Abbigail se despertó sobresaltada al sentir algo en su cama. Sin dudarlo, empujó instintivamente, haciendo que la persona en la cama cayera al suelo con un golpe sordo.

-¡Ouch! ¿Qué demonios estás haciendo? - Dafne se levantó furiosa, frotándose el lugar adolorido.

-¿Qué haces aquí? -preguntó Abbigail, con los ojos entrecerrados, aún aturdida por el sueño -. ¿Pensé que el piso era más cálido?

Dafne, visiblemente molesta, esquivó la pregunta y se quejó de lo mal que había dormido.

-Al menos yo no hablo incoherencias mientras duermo -no pudo evitar replicar Abiggail, pensando en que escuchó a Dafne hablando dormida

Dafne continuó quejándose, sugiriendo que al menos Abbigail debería tener una chimenea en el vestíbulo.

-No es mi culpa que decidieras dormir en el suelo, metro y medio -respondió Abbigail con una sonrisa burlón.

-¡Mido 1.55! -corrigió Dafne, visiblemente molesta.

-Vaya, qué gran diferencia. Aun así, tengo que bajar la mirada cada vez que tengo que verte -bromeó Abbigail.

-Lo mejor viene en paquetes pequeños -replicó Dafne con un gesto desafiante.

-Como digas -respondió Abbigail, dándole palmaditas en la cabeza de Dafne -. Déjame adivinar... No vas a desayunar porque prefieres matarte de hambre antes que recibir algo de mi parte.

-No creo que sepas cocinar.

-¿Y tú si?

-Por supuesto.

-Demuéstralo, la cocina es tuya.

Dafne se sintió retada, se cruzó de brazos, pero aunque tratara de verse intimidante, pues Abiggail seguía pensando que era muy pequeña.

-Hazte a un lado -dijo empujando a Abiggail, quien solo se quedó para observarla.

Mientras Dafne buscaba algo en la alacena, Abbigail la miró burlonamente y comentó:

-Oye, ¿necesitas que te cargue para que alcances allá arriba?

-No necesito nada, soy completamente capaz de conseguir un banco para alcanzar. Eso es lo que haría una persona inteligente.

-Oh, claro, por supuesto -agregó Abiggail sin contener su risa -, tu inteligencia mide 1.55 metros, ¿verdad?

Dafne rodó los ojos, pero no se dejó amedrentar. Mientras se encargaba de bajar cosas de la alacena, algo se le cayó.

-Oye, podrías colaborar al menos levantando eso, ¿no crees?

-¡Mi pobre espalda no puede soportar estar tan cerca del suelo! Tú estás más cerca.

Dafne decidió ignorar la conversación y continuar. Se bajó del banco y tomó lo que se le cayó.

-¿Podrías irte? -le pidió Dafne Abiggail -. Me estresas y además, hace demasiado calor.

-Eso es porque estás más cerca del infierno.

Ya sin una pizca de paciencia, Dafne hizo algo sin pensarlo. Y es que cuando se dio cuenta le había lanzado a Abi una sartén, no le dio, pero esto obviamente tendría una respuesta.

Abiggail decidió mover el banco en el que estaba parada Dafne, por lo que cayó al piso.

Posteriormente, Abiggail la tomó con fuerza de ambas muñecas y se sentó sobre su abdomen.

-¡Suéltame! Impides que llegue sangre a mis manos.

-¿Y qué con eso, metro y medio?

Esa era una situación en la que no podían evitar mirarse a los ojos, sin embargo, en esta ocasión no parecía ser un recuerdo malo.

-¡Suéltame! ¿No querías que cocinara?

Dafne pensaba que en esa posición quería las manos de Abiggail haciendo presión en su cuello.

Y eso bastaría para que Abiggail se diera cuenta de una cosa, al parecer estaba escuchando sus pensamientos.

-Masoquista de escasa estatura -exclamó Abi antes de colocar ambas manos sobre el cuello de Dafne.

Dafne respondió a esto sujetando a Abiggail por su blusa. No podía tragar saliva, pero esto era lo que quería.

-¿Quieres que te muestre que tan caliente es el infierno? -preguntó Abiggail, impregnado por primera vez su mirada en Dafne sin miedo.

Esto sería el comienzo de la fragmentación de esta historia que las hará terminar en otra.

Sangre Y Poder 2 (chicaxchica) ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora