Capítulo 21.

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—Tienes que ser tú quien secuestró a mi esposa e hija -dijo Adam a Angelo mientras le apuntaba con un arma —.¿Cómo puedes ser tan cobarde para no admitirlo y culpar a una mujer que murió hace años?

—Este cobarde está a tan solo algunos centímetros de ti mientras le apuntas con un arma, de brazos cruzados y desafiándote con la mirada —respondió Angelo con un tono de voz muy tranquilo —. No la verás, no te diré dónde está a menos que ella me lo pida.

Los demás en el casino miraban la escena mientras les parecía ridículo pensar en que Gabriella en verdad se encontrara con vida.

—Santo cielo, parece que el rumor de mi regreso genera mucha controversia -dijo Gabriella apareciendo de repente en medio del alboroto y la tensión, con mucha calma.

Las miradas curiosas se volvieron hacia la entrada cuando escucharon esa voz que cualquiera en ese lugar podría distinguir. Con cada paso firme y decidido. Gabriella Lombardi emergió de las sombras como un fantasma del pasado, desafiando las expectativas y provocando un silencio sepulcral en la estancia. Pero sin dejar de lado sus comentarios sarcásticos.

—Lamento arruinar sus planes de entierro —dijo con una sonrisa mientras todos la miraban aterrados —, pero como ven, sigo muy viva. ¿Alguien tiene algo interesante que contarme? Digo, no estoy aquí hace 19 años. ¿No me brindarán agua al menos?

El rostro imperturbable de la reina de la mafia contrastaba con la confusión y el miedo que se reflejaban en los ojos de quienes la miraban, como si hubieran visto un espectro salir de su tumba.

Su voz resonó con autoridad en el salón, rompiendo el peso del silencio con palabras afiladas como dagas.

—¿Por qué esas expresiones de terror? ¿Acaso se han encontrado con un fantasma? —inquirió Gabriella con una calma glacial, observando detenidamente las reacciones a su regreso inesperado —. Bajen las armas porque vengo en son de paz y no, aunque parezca algo imposible, no quiero que se derrame sangre —sonrió —así que, ¿qué tal si no me dan razones y nadie morirá? Esta noche.

Una sonrisa sutil curvó sus labios mientras notaba la sorpresa y el desconcierto que inundaban la habitación. La tensión se palpaba en el aire cargado de incertidumbre, como si el destino mismo estuviera a punto de desvelarse en medio de aquella confrontación inesperada.

Los murmullos y las miradas furtivas denotaban la incredulidad ante la presencia de la supuesta reina muerta.

—No, honestamente si quiero matar a alguien. Lo escogeré al azar —dijo sentándose como si nada —. O podría matarlos a todos, sería muy divertido, pero siento que venía a otra cosa.

Dirigió su mirada a Adam mientras aún sonreía.

—Ah, sí, Adam colega, ¿qué tal estás? -preguntó como si nada.

Adam, preso de una mezcla de shock y temor, se quedó paralizado ante la presencia imponente de Gabriella. Sus piernas temblaban como hojas en el viento, incapaz de articular palabra frente a la mujer que alguna vez fue su colega y ahora regresaba como un espectro del pasado.

—Comprendo que mi regreso pueda generar conflicto y confusión, pero no es motivo para el pánico —se dirigió Gabriella a la multitud expectante —. Hoy no mataré a nadie, en unos días, probablemente sí.

—¿Qué pretendes? —preguntó Adam interrumpiéndola —. Se supone que habías muerto hace años y ahora de repente apareces para secuestrar a mi esposa e hija.

—Esperaba un saludo más  cálido, ¿sabes?

—Lo que quiero es que me digas dónde están mi esposa e hija y qué pretendes hacer.

Sangre Y Poder 2 (chicaxchica) ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora