Capítulo 71.

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Advertencia: Este capítulo contiene escenas de tortura, que, aunque no son extremadamente explícitas, podrían resultar incómodas para algunas personas. Te recomiendo discreción al leerlo, especialmente si este tipo de contenido te incomoda. Si prefieres evitar estas escenas, te sugiero omitir este capítulo.

-Es que -dijo Gabriella agachándose para mirar fijamente a María-, no te puedo despojar de los dos ojos porque necesito que lo último que veas antes de morirte sea ella.

Pero, Gabriella quería infligirle ese tipo de dolor, así que con una bastaría.

Un intenso y desgarrador grito de dolor y agonía se escapa de lo más profundo del ser de María, resonando a través del bosque como un lamento ancestral que hiela hasta los huesos. Este fue incluso mucho peor que los anteriores.

Para este momento Abril, Mariana y Angelo habían regresado. También estaban Madeline y Esperanza, aunque todavía se veían demasiado heridas.

Las cuerdas vocales de María parecían romperse bajo la presión del sufrimiento insoportable de perder de una forma cruel uno de sus ojos, mientras una de sus manos cubría con fuerza el lugar en donde estaba su ojo, como si intentaran contener el dolor que amenaza con consumirla por completo.

Debido a la sangre, su rostro no eran tan fácil de reconocer. No tiene uno de sus ojos, ni sus dientes, sus uñas fueron arrancadas y no conformes con eso decidieron causarle dolor de otra forma.

Un segundo grito reflejó el abismo de su sufrimiento, como dos ventanas hacia un dolor insondable y eterno. Su cuerpo tiembla con la intensidad de la angustia, temblando como una hoja en medio de una tormenta despiadada.

-Terminaste sin uno de tus ojos -le dijo Lily, quien fue que llevó a cabo esa acción-. Hagámoslo parejo haciendo lo mismo con una de tus orejas.

Haciendo que finalmente María hiciera justo lo que Gabriella quería... María se desplomó en el suelo, sus rodillas cediendo ante el peso aplastante del dolor. Terminó de rodillas en el suelo, dejando escapar sollozos ahogados que se funden con el murmullo del viento, está de rodillas frente a la mujer a la que le hizo tanto daño.

El silencio del bosque se ve interrumpido solo por el susurro del viento entre los árboles, mientras el sol se filtra entre las hojas, creando un juego de luces y sombras sobre el claro donde se desarrolla la escena. María está de rodillas, con la mirada fija en el suelo, temblando ante la presión de Gabriella, quien la obliga a levantar la vista para encontrarse con los penetrantes ojos de Lily.

-Vamos, mírala -presionaba Gabriella teniendo finalmente a María justo a los pies de Lily-. Mírala con el ojo que te queda, vamos.

-¿Sin dientes? -cuestionó Angelo.

-No me importa si ni siquiera se le entiende, quiero que se doblegue.

María se estaba negando a levantar la mirada, no podía permitir que la mujer a la que le hizo tanto daño la tuviese doblegada a sus pies. Pero Gabriella conseguiría por las buenas o por las malas que la mirara.

-Ahora, pídele perdón -ordenó Gabriella con una voz firme cargada de odio-. Hazlo mirándola a los ojos, reconoce el daño que le has causado.

Lily, con una expresión serena que de alguna forma transmitía odio, espera pacientemente, con su corazón latiendo fuerte en su pecho, anhelando escuchar esas palabras que tanto tiempo había esperado mientras la ve de rodillas y cerca de la muerte.

-Vamos, empieza por mi madre -dijo Lily mirándola con superioridad.

María parece titubear, su mirada evita encontrarse con la de Lily, reflejando el miedo que la consume por primera vez. Pero no puede evitar que Gabriella la obligue a mirarla a los ojos.

Sangre Y Poder 2 (chicaxchica) ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora