capítulo 37.

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A la vista del primer hospital la camioneta se detuvo, Adam actuó de inmediato y nuevamente él se encargó de cargar a Gabriella.

Lily tenía su fusil, Esperanza también estaba armada. Adam sabía que Gabriella seguía con vida, pero ya no estaba consciente y no quería permitir que las tres mujeres notaran eso. Ellas tres amaban a Gabi, le debían mucho y él no quería desanimarlas más, eso solo empeoraría todo.

Los dos guardias en la entrada del hospital se paralizaron. Llega una camioneta de la cual se bajan tres mujeres y dos de ellas te apuntan con un arma y luego aparecen otras camionetas con más hombres armados.

—Háganse a un lado y se arrodillan —no basto más para que Lily lograra sacarlos del camino a ambos.

La desesperación la consumía, no podía ni siquiera pensar en la idea de perder a su amada.

El tiempo parecía ir más lento para Lily y los gritos de las personas solo la agobiaban más.

—Lo lamento por interrumpir sus servicios —dijo apuntándole a la recepcionista del lugar —, quiero a todos los especialistas aquí ahora... No me importa que estén haciendo, convertiré este hospital en una morgue si se atreven a no obedecer.

—Está bien —le va a dar un paro cardíaco a la pobre.

—¡Pero rápido! —Lily no tenía paciencia y muchas personas podrían terminar pagando por ello.

Las personas intentaron escapar hasta cierto punto, hasta el punto en el que se dieron cuenta de que cualquiera que ponía un solo pie fuera del hospital terminaría muerto. Los pasillos se estaban llenando de sangre y cada rincón del hospital de miedo.

Las pobres almas que trabajaban en ese hospital tenían claro una cosa: la vida de todos en el hospital dependía de lo que sucediera con Gabriella. Salvarla a ella es salvarlos a todos.

El lugar ahora estaba muy rodeado, la organización cambiaba drásticamente si algún miembro de la santa salía herido. Nada importaba más, cualquier asunto por muy importante que fuera, pasaba a ser algo secundario.

Los médicos por el bien de todos debieron abandonar todo lo que estaban haciendo y concentrarse en Gabriella, pero no es fácil trabajar mientras tres mujeres te apuntan con fusiles.

—Señora, vamos a hacer todo lo necesario, pero por favor, dejen de apuntarnos, por favor bajen las armas —suplicó uno de los médicos del lugar.

—Bien, bajen sus armas —ordenó Lily, y no tardaron en obedecer.

Lily sintió una parte de ella morir cuando finalmente notó que Gabriella había cerrado ya sus ojos, no estaba consciente. Sujetó su mano y le suplicó, le habló con la esperanza de una respuesta.

Las personas que terminan en el mundo de Gabriella son solo esas a quienes ella misma mató, estaría a punto de descubrir algo bastante aterrador con respecto a este mundo, el suyo y Lily. Todo cambiará a partir de ese momento.

La sala del hospital estaba cargada de tensión y desesperación. Lily se aferraba con fuerza a Gabriella, negándose a soltarla mientras los médicos intentaban llevársela.

—¡Por favor, Lily! —suplicaba Esperanza — Necesitan espacio para ayudarla.

Lily se resistía con todas sus fuerzas, con lágrimas en sus ojos y el corazón desgarrado por el miedo.

—¡No, no puedo dejarla! —exclamó Lily con voz entrecortada — ¡Gabriella, no me dejes!

Esperanza intentaba separar a Lily de Gabriella, abrazándola con fuerza y tratando de contener su angustia.

Sangre Y Poder 2 (chicaxchica) ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora