Lo Siento.

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Ahora sí, vamos en serio…

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Ahora sí, vamos en serio…

Mariana esperaba pacientemente con sus ojos vendados, ya que Abril le había prometido una sorpresa y no importaba que sea, Mariana se emocionaba con cualquier cosa.

Abril sabía que esto llenaría de plena felicidad a Mariana porque era algo que había anhelado durante muchísimo tiempo.

Mariana esperó sentada en con los ojos vendados y toda la emoción del mundo, mientras Abril preparaba la sorpresa que le tenía preparada. Finalmente, Abril se acercó a Mariana y le retira la venda de los ojos, revelando la preciosa guitarra que había anhelado durante años.

Mariana se queda sin palabras por un momento, pero finalmente pregunta emocionada: “¿Es para mí?”.

Abril asiente con una sonrisa y Mariana no puede contener la emoción, levantándose de la silla para abrazarla.

—Me hace feliz —expresó Mariana, era la primera vez en mucho tiempo que recibía un regalo.

Comenzó a observar cada detalle de la guitarra, admirando su belleza y perfección. Con lágrimas en los ojos, Mariana toma la guitarra en sus manos y con una voz temblorosa expresa: “Es tan perfecta, gracias de nuevo. ¡No puedo creer que sea para mí!”.

—Por supuesto que es para ti —para que acompañes esa bella voz.

—Está decorada, no pensé que tuvieras algún conocimiento sobre eso.

—No, y no lo tengo —dijo sentándose a su lado—. De hecho, alguien me ayudó.

—Entonces, creo que también deberíamos agradecer a esa persona.

Pasear por los pasillos de esa casa era como adentrarse en visiones donde se revelaban las distintas realidades de sus habitantes. Cada individuo hablaba desde su perspectiva única, tejida con retazos del pasado, recuerdos y experiencias personales. A pesar de coexistir en un mismo espacio físico, sus mundos internos eran como capas superpuestas, mostrando versiones divergentes de la misma realidad compartida.

—Es que —expresó Madeline—, todavía no puedo creer que papá se haya ido, así tan de repente.

Madeline estaba recostada sobre las piernas de su madre, estaban viviendo su propia realidad la cual se alimentaba de experiencias y recuerdos dolorosos, pero eso era algo que las dos debían cambiar para que el resto de su vida pueda ser plena.

—Lo sé, cariño —respondió Esperanza con voz compasiva—. También siento un dolor inmenso —sonrió con melancolía—. Pero recuerda, tu padre siempre querría vernos felices, a pesar de todo.

—Sí, lo sé… creo que él seguro nos recordaría eso. Nos diría —sonrió—… sigan adelante para encontrar su paz.

—Entonces, hagámoslo juntas. Estaremos la una para la otra por el resto de la eternidad. Tenemos muchísimo tiempo para sanar, superar el dolor y encontrar nuestra propia felicidad, por él y por nosotras mimas.

Sangre Y Poder 2 (chicaxchica) ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora