6.

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— Buenos días — saludó uno de sus compañeros en cuanto la rosada cruzó las puertas del ascensor.

— Buenos días — sonrió amable, siguiendo su camino hacia la oficina en el fondo.

Sin embargo, detuvo lentamente su paso al notar cómo una eriza albina, con curvas seductoras y melena abundante, tocaba la puerta de aquella oficina y entraba segundos después. Frunció el ceño al no reconocerla y una inmensa curiosidad la invadió.

— ¿Quién es? — murmuró. Esto fue escuchado por la coneja, que había estado cerca mientras revisaba unos papeles.

— Me parece que es la señorita Lady — habló posicionándose a su lado y mirando en la misma dirección que ella —. Es la nueva recepcionista en la comisaría, es la primera vez que viene directo a la agencia.

— ¿Ah sí? — la miró sorprendida, luego regresó su vista a la puerta —. Pero, ¿qué querrá de Sonic?

— Probablemente sea algo laboral — contestó sin mucho interés.

— No creo, ya me hubieran pasado esa información — se cruzó de brazos —. Es extraño.

— Un poco, sí. Aunque no debemos crearnos ideas erróneas, seguramente se trata de algo importante como para requerir verlo en persona.

— Voy a entrar.

— ¿Qué!? No, sabes cómo se pone Sonic cuando lo interrumpen en medio de una reunión — la tomó del brazo preocupada.

— Eso no es una reunión, además no sabemos de qué están hablando — se zafó de su agarre e inició a caminar nuevamente —. Te veo al rato, Cream — la ojos miel la miró desde la distancia con una expresión de angustia en su rostro.

Cuando llegó a la puerta, iba a tocar de no haber sido porque escuchó una risa femenina del otro lado, las voces se escuchaban con claridad por el delgado grosor de aquella puerta, así que podía oírlo todo.

— ¿Pasó algo con el caso de Scourge? — Escuchó la voz del cobalto.

— No. — Contestó ella.

— Si no es una de las opciones que le di, entonces ¿por qué viniste? — Sonic cuestionó.

— Por ti. — Amy abrió sus ojos al oír aquello. — Seré directa, desde la última vez que visitaste la comisaría y te vi, no he podido dejar de pensar en lo atractivo y formidable que eres... — Su voz era suave y seductora, lo que irritó a la rosada. — La razón por la que vine es para invitarte a salir... tal vez con suerte pase algo más.

Amy no pudo contenerse más y abrió la puerta de forma brusca, casi de inmediato ambos la miraron con sorpresa, pero luego la expresión de la albina cambió para mirarla de forma fulminante, la contraria también frunció su ceño al verla.

— Amy, ¿qué haces aquí? — Sonic la miró un tanto inquieto.

Ella relajó su entrecejo y sonrió tranquilamente, mientras se acercaba a paso lento hacia él.

— ¿No puedo visitar a mi novio? — Contestó con una sonrisa de oreja a oreja. El cobalto la miró confundido y asombrado, pero ella lo tomó suavemente del rostro y lo besó con suavidad y ternura a la vez.

El erizo, sorprendido al principio por el repentino gesto de la rosada, se quedó estático por un instante. Sin embargo, pronto correspondió al beso, envolviendo a Amy con sus brazos y moviendo sus labios sobre los de ella.

Después de unos momentos que parecieron eternos, se separaron lentamente, sin apartar la mirada de los ojos del otro. Aunque Amy corto aquella conexión cuando desvió su vista hacia la albina con una sonrisa victoriosa en el rostro. Por el contrario, la eriza los miraba con indignación, su rostro reflejaba claramente su molestia. Su postura rígida y sus labios apretados mostraban su incomodidad y enojó.

𝑇𝑢𝑠 𝑙𝑎𝑏𝑖𝑜𝑠 - 𝑠𝑜𝑛𝑎𝑚𝑦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora