Dos relaciones están terminando hoy, bueno quizás más de dos, no nos vamos a poner exclusivas, pero la diferencia o coincidencia de estás dos entre las otras miles, es solo una esquina de diferencia en la misma manzana. Juliana cansada de su novio le armaba las maletas para sacarlo de su apartamento, si algo había aprendido de su mamá Tricia, es a poner límites y no permitir que nadie los trasgreda y Jacob, llevaba un tiempo cruzando la línea
—Juli por favor déjame explicarte.
—¿Qué? Lo mensajes que te encontré, los besos que te ví dándote con Laura —una mujer pasa descalza corriendo hacía la puerta— ¿Al menos te acuerdas cómo se llama esa chica? Se acabó —dictaminó seria— ¡yo ya estoy harta de aguantar tus infidelidades!
—Por favor no puedes hacerme esto, mi padre murió.
—¿Tú estabas enterrando la pena en otro hueco, para hacer el duelo?
—No tengo a dónde ir.
—Eres un niño grande lo resolveras —sigue metiendo su ropa en una bolsa y par de sus cosas en una caja. Él intenta tomarla por la fuerza para que no siga empacando— sueltame y vístete que te se ha encogido, y te aseguro que eso no es por el frío, miserable.
—¡Basta Juliana, escúchame! —ella lo mira y mete su ropa interior en la caja— esto no es mi culpa.
—Claro, que tu gusanito sea inquieto y tu poca contención hormonal, es mi culpa —él comenzó a vestirse, ella tomó su llavero y sacó la llave del apartamento— toma —le dió la caja en cuánto la terminó de llenar— lo que quede te lo mando a dónde te acomodes —le da una palmada en la mejilla.
—Este también es mi apartamento, nos lo regalaron a ambos...
—Ella frena indignada y el traga despacio— Me lo regalaron mis tías Julia y Victoria a mí, es mío y aquí eras un miserable huésped, que ahora he desalojado —saluda atrás de él a alguien—. Hola hermanito, gracias por venir, tengo problemas con la plaga —ve ahora a su ex frente a ella— ¿Me das una mano?
—Claro Juli —le pone una mano con fuerza en el hombro a su ex-cuñado— sacándolo afuera y recuerda Jacob, que si se te ocurre hacerle algo a mi hermanita, no querrás que yo o nuestras tías se enteren, menos aún mi madre —un escalofrío recorre su espalda al nombrar a su suegra, Tricia es una fiera con sus hijos.
El chico toma su caja con una mano para subirla a la motoneta destartalada, y la caja se la abre dejando caer todas sus cosas a la vereda. Los hermanos se meten al apartamento.
—Al fin te deshaces se la plaga —le dice Luke— Julia y Vicky van a estar felices, ni te digo mamá.
—Lo sé, no puedo creer que habiéndo tenido un modelo como papá de hombre, elija tan mal.
—Quizas el amor no está en la vereda de enfrente —ella sube una ceja—. Vamos Juliana que no es tan malo mira nuestras tías.
Ella se acerca a mirar por la ventana, apoyada en el marco mientras sonríe al ver a Jacob sufrir llevándose sus cosas. Toma la foto pegada en la nevera, salen ellos cuatro un 4 de Julio, el último antes de que su padre falleciera.
—Tambien lo extraño. Hace mucho que no hablas con mamá, ella me vive preguntando por ti ¿Cuánto tiempo más van a seguir distanciadas?
—Nunca me ha sido fácil hablar con ella, pero desde lo de papá, hace 5 años que llevarnos bien, simplemente es imposible. Aunque no lo creas me gustaría tener otro tipo de relación con mamá, una más cercana.
—Nunca es tarde.
—Sí, bueno ¿Quién tiene hambre? Porque yo si. Vamos por algo de comer.
En la otra esquina de la misma manzana, una mujer también está pasando por una ruptura en su relación, aunque claro no lo sabía con seguridad hasta que llegó al departamento. La suerte nunca había sido su mejor aliada, de hecho pensó que el destino y sobre todo Dios, la odiaba. Intentó entrar a su apartamento pero la llave no giraba, intenta nuevamente, porque la cerradura tiene una mañana y al tercer intento se rinde y le llama a su novio.
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Un amor puerta a puerta
RomanceLas coincidencias no existen, no para ellas. El destino ha planeado este encuentro desde hace demasiado tiempo y justo ahora no va a echarse atrás, ellas deben estar juntas. El mismo día que Juliana deja a su novio, a Pauline la deja su novio de la...