10 Vórtice

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Tres días que Juliana no sale de su departamento, Pauline se pidió el día libre hoy, dejó a su hija en la guardería y volvió rápidamente a verla a ella. Golpea como los días anteriores y nadie atiende.

—No me iré hasta que abras —sigue golpeando.

—¿Qué pasa? —Juliana abre la puerta vestida en pijama, descalza y con el cabello alborotado— ¿Porque golpeas como loca? ¿Quieres que te desaloje? ¿Qué te dije de los ruidos fuertes?

—Permiso —Pauline entra— te he dado tres días, hace tres días que nos sales de aquí y...

Juliana la deja hablando sola y va acostarse de nuevo, se tapa hasta la cabeza y cierra los ojos. Pauline de acuesta encima del acolchado frente a ella, sacando las fotos dónde sale el mismo hombre en casi todas y supone que es su padre. Ella tiene muchas cosas de ambos, aunque el cabello si que lo sacó a él, castaño claro y lacio, a diferencia de su hermano que sacó los rulos de su madre.

—¿Cuándo fue la última vez que comiste?

—¿Tienes hambre? Creo que hay algo de comida en la heladera.

—¿Cuándo ha sido la última vez que te bañaste?

—No lo sé.

—No puedes seguir así esposa falsa —le estira una mano y ella la toma—. Podrías ir camino a una depresión —se acerca más a ella y pega su cuerpo lo suficiente para abrazarla.

—Soy un desastre, perdón —comienza a llorar—, es que todos me traicionaron.

—No todos, yo sigo aquí. No hicieron las cosas bien, pero quizás no sabían como decirte tampoco —la mira a los ojos acuosos y le limpia las lágrimas—. Levántate date un baño y vamos que preparo algo de comer, antes de que vaya a buscar a Oli a la guardería.

Juliana se levanta y le hace caso sin objetar, se baña y vuelve a cambiarse colocándose el mismo pijama, al ir por el secador ve a Pauline abriendo las ventanas ventilado la habitación y cambiando las sábanas, la de ojos verde frunce el ceño al verla con la misma ropa y se acerca a ellas parándose en frente.

—¿Tienes ropa interior puesta?

—¿Qué?

—Bragas y corpiño —Juliana asiente— bien —De un tirón se acerca le quita la camiseta del pijama dándonle una nueva muda de ropa— ¿Vas a hacer que te saque el pantalón también?

—No es necesario.

Queda en bragas y se lo entrega, toma las sábanas sucias y deja la cama destendida así no vuelve a acostarse. Lleva todo al lavarropa con ella tomada de la mano, mete todo a lavar y se pone a cortar las verduras para hacer la comida. Juliana la abraza cargando su peso en su espalda y ella se mueve así con ella atrás, sin importarle su contacto físico, cualquier cosa que haga es mejor que estar tirada en cama.

—¿Quieres hablar conmigo?

—Sé que mi madre merece armar su vida de nuevo, y aunque han sido cinco años desde la muerte de mi papá, siento es que es demasiado pronto. Me duele que me hayan ocultado que ella está con alguien, cuándo al parecer todos sabían y me sorprende que sea tu padre ¿Eso me haría oficialmente tía de Oli?

—Eres mi esposa falsa, no mi hermana. Luke ha venido a verte y estuvimos hablando. Sé que no manejaron las cosas de la mejor manera, y tu madre iba a contarte, pero tenía miedo de como te lo tomaras, no quería perderte Juli —voltea para traerla hacía adelante, colocándose frente a frente— ¿Quieres a mi hija?

—Sí, mucho.

—¿Te dolería si ella viniera ahora y de pronto ni siquiera te dirigiera la palabra?

Un amor puerta a puertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora