19 Una charla y un cumpleaños

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Olivia llega al restaurante de la mano de su mami Juli acomodándose sus lentes de sol rosado en forma de corazón, con Pauline de la otra mano de Juliana, divisan una mesa en el fondo con Tricia y Mike.

—Hola, perdón por llegar tarde pero no encontrábamos los lentes de Oli —saluda Pauline a la pareja.

—Hola mamá —saluda a Tricia.

—Mike un gusto conocerte al fin —le estrecha la mano y sonríe apenas.

Juliana puede ver el parecido padre e hija, Pauline tiene la misma naríz y tono de piel que su padre. El hombre está bien afeitado y aunque es algo robusto y tiene algunas canas está bastante nervioso, la última vez que vió a la hija de Tricia las cosas no acabaron bien, aunque ahora es diferente.

—¿Eres mi aguela? —le dice mirando a Tricia — ¿Y mi aguelo?

—Sí, amor son tus abuelos —le dice Juliana mirándola y mirando a ambos.

—Aguelos los invito a mi cumpleaños, tienen que llevar un segalo cada uno.

Mike se ríe ante las ocurrencias de Olivia, la verdad es que Pauline era igual o peor que su hija cuando era chica, se aprovechaba mucho del aspecto tierno que tenía con esos ojitos verdes, nadie o muy poca gente podía negarse a sus peticiones.

—Bueno los hemos reunido aquí para darles una noticia y al fin conocernos formalmente —ambos las miran sabiendo lo que viene, las vieron llegar de las manos y no en el sentido fraternal—. Juliana y yo decidimos comenzar una relación finalmente... juntas... entre nosotras.

—Son maridas —agrega Oli, se acomoda los lentes y le da una mordida a su sandwich— y mis mamás —mira a ambos abuelos bajando sus lentes de juguete, para que nadie se atreva a decir lo contrariom

—No hables con la boca llena —la reta Pauline.

—Quedó claro —dice Mike— y mientras sean felices las apoyaremos.

Ambas sueltan un suspiro relajado, la verdad es que venían con fundamentos muy claros para defender su postura y su relación, que recién empieza.

—Bienvenida a la familia Pauline y Oli —Tricia le pellizca el cachete a la niña.

—Gracias aguela —Olivia le estira la mano para que Tricia la tome y eso derrite a todos en la mesa—. Me gustan los unicornios, los muñecos y las tablets.

—¡Olivia! Al menos espera conocerlos un poco para pedir cosas —la reta Pauline.

—Mami, va a ser mi cumplaños y la aguela tiene que saber que me gusta.

Mike piensa que definitivamente eso lo sacó a Pauline y ella lo sacó a su madre. La charla en la mesa de a poco encuentra su camino de conversación, Juliana como arquitecta habla con Mike sobre casas y construcciones, hasta charlan sobre los materiales con los que se construyeron edificios antiguos y del museo que ahora está exhibiendo restos de una excavación dónde encontraron lo que quedaba de una civilización antigua. Por su lado Tricia y Pauline hablan de la maternidad, de lo duro que son los tres años y Tricia le da unos tips como psicóloga a su nuera.

Ambos cuatro se llevan bien y han logrado congeniar, los miedos de ambos se disipan en la charla amena. Queda un largo camino por recorrer, pero al menos los segundos pasos luego de los primeros que fue una presentación fallida, por así decirlo, pintan ir bastante bien.

Juliana y Tricia comparten una mirada, su madre de alivio y Juliana con un poco más de amor y entendimiento para su madre.

—¡Llegó el tío favorito! —Olivia corre a abrazarlo— toma te compré el vestido fuimos a ver que te gustaba y los zapatos a juego, también unos lentes nuevos porque se te rompieron los otros ¿Tus mamás no saben que yo rompí el microondas no?

—No tío, hicimos una Pinki promise con el dedito.

—Okay enana del mal —le susurra al oído— con esto estamos a mano —Se separan y se sonríen, Olivia vuelve a jugar—. No puedo creer que esa renacuaja me extorsionara para no hablar.

Tricia ofreció su casa y amplio patio para festejar el cumpleaños, Julia quería hacerlo en un restaurante chic del centro reservandolo entero para el cumpleaños, pero era demasiado para una niña de tres años. Los niños saltan en el castillo inflable, los adultos conversan, Tricia abraza a Mike dándole una lata de gaseosa mientras asa las hamburguesas a la parrilla, Juliana los ve y ya no siente coraje, sino que está feliz por su madre.

—¿Te ayudo con las ensaladas? —le dice a su madre en la cocina y ella le sonríe asintiendo. Se coloca a su lado y pone su cabeza en su hombro— me alegra verte feliz mamá.

Desde que charlaron las cosas, Juliana ha sido capaz de recibir afecto y poder darlo, este hecho trascendental ha relajado a todos los que la rodeaban a ambas.

—Tambien me alegro verte feliz con Pauline y Olivia hija, es todo lo que un padre quiere para su hijo.

—Ahora lo sé, esa niña me tiene a tras perder y la madre, ni te cuento —ambas ríen— ¿Te parece si nos juntamos a comer un día fijo en la semana todos juntos, con las tías también?

—Me encantaría.

Pauline se acerca y besa a su novia en la mejilla abrazándola y a su suegra le toca el hombro de manera afectuosa, le alegra ver que se llevan por fin bien y que Juliana busca acercarse a su madre.

—¿Vamos a cantar el feliz cumpleaños?

—Vamos —Juliana le toma la mano y ella voltea a ver a su madre— mamá ¿vienes? No puede faltar la abuela.

Tricia sonríe y va detrás de ellas. Al salir ve una foto de su difunto James colgada en la pared.

—Al fin nos llevamos bien mi amor —la toca y sale al patio.

Olivia en la punta de la mesa con ambas mujeres a su lado canta el feliz cumpleaños, y luego les pide a toda la familia sacarse una foto con ella, eso incluye abuelos, tías abuelas y el tío Luke.

—¿Que pediste de deseo? —le pregunta Luke.

—Un hermanito.

Responde haciendo que Pauline se atragante con su hamburguesa tosiendo, Julia se caga de risa, Victoria le da un codazo y Juliana la ayuda pasándole un vaso de agua. Julia habló con Olivia a escondidas y le preguntó que quería de regalo, la niña le dijo que quería un peluche de unicornio como el de la niña de mi villano favorito, pero que fuera grande del tamaño de Julia, un puff de unicornio, una mochila de unicornio y un monopatín rosado de unicornio, ah también un peluche de unicornio bebé, que seria el hijo del peluche de unicornio grande —lógicamente— para que ella pueda llevar a todos lados y Julia cumplió la lista a rajatabla, hacia mucho que no tenía una niña para malcriar y le encanta ir a comprar juguetes.

—Te dije que te controlaras Moore —le dice su esposa—, otra vez te excediste con los regalos.

—De que sirve que seamos las tías ricachonas si no pudo llevarle las mañanas a mi sobrina.

—Sobrina nieta.

—Lo dejemos en sobrina, me siento demasiado joven para ser tía abuela.

Victoria sonríe y la besa negando con la cabeza, la verdad es que ama demasiado a esta mujer. Llegan a la noche a casa con Olivia agotada dormida en el asiento de atrás y con Luke pisándole los talones, tuvo que ayudarlas a traer las cosas ya que el peluche enorme ocupaba demasiado lugar en el auto. Acuestan a la niña en su cama y luego de subir todo se despiden de Luke.

—Salió todo bien.

—Mejor que bien ¿Viste lo feliz que estaba? —se acerca y besa a Juliana colocando ambos brazos sobre sus hombros— gracias por todo esto.

—Juliana suspira y la mira a los ojos— Gracias a ti, jamás pensé que encontraría una familia, el amor con una hija —sonríe— en la misma persona, menos pensé que llegaría a llevarme tan bien con mi madre. Te amo Pauline.

—Te amo mi amor.

Ambas se meten a bañar juntas y se acuestan luego de un día agotador. Juliana voltea para ver a su novia dormir, todavía le parece algo irreal tener a Pauline durmiendo su lado, que sea su novia y que la ame de vuelta como ella la ama. Acaricia su rostro, toma su mano y besa su dedo anular, algún día va a poner una sortija de bodas en ese dedo. Se acurruca junto a ella, que la abraza dormida y descansa por fin.

Un amor puerta a puertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora