Viajero del tiempo

31 8 0
                                    

Narra Isis

Después de la escena de Ra, me dirigí a mi habitación, estaba tan molesta por su actitud, que sentía que mi cabeza iba a explotar.

—¿Que le pasa a ese idiota?, estup...

De repente, escuché la voz de una mujer.

—Wow, si que se dan la vida buena en el palacio, ¡Tanto Oro!, podría acostumbrarme —desconocida

Vi a una chica observando los detalles de una columna.

Tss, está chica, nunca la había visto, creo que confunde la pintura con Oro, que gracioso —pensé.

Solté una risita y la chica volteo a verme curiosa.

—Yo, solo, ¡estoy curioseando!, ya me iba... —respondió la chica, para luego desaparecer.

Que extraña chica, me distrajo tanto, que casi olvidé que estaba molesta.

Llegué a mi habitación y me encerré, estaba preocupada por Visir, espero que ese tirano no le haga nada malo, lo torture o algo. Si le hace algo, yo, no se que voy a hacer, no podría con el dolor y la culpa.

—De nuevo me castiga, y no hice nada malo.

—Espera un momento, ¿Por qué actuó así?, ¿Estaba celoso?, No, el y yo, noo...

—Creo que estoy pensando de más, no puede ser, el tiene a Aisha, además solo estamos convenientemente ayudándonos.

—¡Carajo!, quería salir a la cuidad y ahora tendré que quedarme aquí, si salgo Visir podría ser castigado por mi culpa.

—Estúpido Faraón. ¡Estoy harta de todo esto!

Me recosté sobre mi cama, dando vueltas al asunto, atormentandome  yo sola, por la actitud de Rá y las inconsistencias de no encontrar nada de Isis o algo sobre el ojo de Rá, me inquietaba la chica que había visto hace un momento, y sobre todo me molestaba mucho la tal Aisha, esa víbora, esperaba no tener que encontrarla más.

—¿Cuánto tiempo estaré aquí?, no puedo con el aburrimiento. ¡Tengo que buscar algo que hacer!.

Estuve horas dándole vueltas al asunto, a ratitos me dormía y volvía a despertar cuando sin dame cuenta, Ra entraba a mi habitación.

—¿Que haces aquí? —respondí molesta

—¿Que has hecho con Visir?

Ra me lanzó una mirada de desprecio cuando hice mi segunda pregunta. Sentia como sus grandes ojos verdes me Fulminaron.

—¿Te gusta?, ¿O por qué te importa tanto?—Preguntó molesto

—No me gusta, ya te lo he dicho, solo lo aprecio por qué me ayuda y es bueno con...

—Entonces, ¿Yo te gustó? También estoy ayudándote —Pregunto serio mientras se acercaba a mi.

Me levanté de la cama para quedar sentada en un costado, mientras el espera mi respuesta.

—No se por qué preguntas eso, no tiene sentido, solo nos estamos ayudando.

—Responde. —Gritó.

—No, no me gustas. Eres, grosero, mandón, ególatra, caprichoso y yo tengo nov.....

No pude terminar de responder, cuando sentí, sus labios sobre los míos. Lo tome de los hombros y lo eche hacia atrás.

Lo mire un momento y vi sus hermosos ojos  cerca de mi, su nariz afilada y su cabello lacio que caia en mi rostro, sentí como mi corazón se aceleraba y entonces me di cuenta, de que este hombre no me gustaba, me encantaba de una forma extraña. Me molestaba su actitud, pero lo deseaba.

Propiedad del Faraón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora