💌 2. ¡Santas maldiciones, Cupido! 💌

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Quien diga que trabajar es gratificante, nunca ha tenido el trabajo de Cupido

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Quien diga que trabajar es gratificante, nunca ha tenido el trabajo de Cupido. Fede llega tropezando al departamento, con la mente nublada por el cansancio y dolor en su rodilla, lo que apenas le dejó llegar sin caerse demasiado.

Belial está molesto, y si el mensaje que le envió diciendo "tenemos que hablar" no fue suficiente advertencia de lo que se vendría, el tener una lista el doble de larga de enamorados para un solo día se lo confirma. Un escalofrío recorre su espalda de solo pensar en la "charla" que tendrá con ese demonio en unos días, esas reuniones suelen terminar con el contrato de Fede dos páginas más largo y con menos que perder en cada ocasión; aun así, no puede decirle que no.

Intentando apartar sus pensamientos de ese monstruo, logra arrastrase hasta el sillón y dejarse caer, hundiendo su rostro en el enorme y mullido cojín en forma de corazón que Rodo compró para molestarlo; en este momento realmente ama la mente de su pareja. Hablando del demonio...

—¡Rodo!—su grito es ahogado por el cojín —¡Ya llegué!

Permanece en silencio un momento esperando la respuesta entusiasta de Rodo, mientras su mente ya imagina una agradable cena casera y un baño caliente antes de dormir abrazados; sin embargo, pasado un minuto sin recibir respuesta, se ve obligado a levantarse, hasta quedar sentado. Hace una mueca notando lo adormecida que esta su pierna, ignora el dolor e intenta no pensar en ello mientras saca su teléfono del bolso de la chamarra.

Abre su app y espera paciente a que cargue el sistema de mensajes, realmente es increíble que Rodo pudiera equivocarse mandando un mensaje siendo que apenas tiene cinco contactos agregados y dos de ellos tienen en grande [No abrir] junto a su nombre. Suspira y abre el chat de Rodo, mirando con cariño la foto que el demonio le mando hace unas semanas de él descubriendo que la mermelada que le daban con el pollo frito era para los bísquets y no para el pollo.

"Rodo, ya llegué ¿Vas a tardar mucho?"

Pregunta, agregando varias caritas llorando y una abeja para hacer ver el mensaje más desesperado de lo que el mismo Fede siente; observa la pantalla unos segundos antes de que la burbuja con tres puntos le indique que Rodo esta respondiendo. Una sonrisa decepcionada se forma en sus labios al recibir varios mensajes mal escritos seguidos, disculpándose por no poder llegar con él esta noche.

"Lo siento, mucho trabajo para hoy. Te lo compensaré. Mande a alguien para llevarte la cena..." Es el último mensaje que Fede lee antes de arrojar su teléfono al sillón que está a su lado y vuelve a recostarse, esta vez, con la mirada fija en la pared de enfrente.

La idea de que Belial tiene algo que ver en esto le hace estremecerse y es lo último en lo que quiere pensar. Usando la poca energía que le queda, logra agitar sus alas lo suficiente para ponerse de pie y dirigirse volando a la cocina.

Podría esperar a que el repartidor de Rodo llegue pero, si va a estar echado en el sillón sintiéndose tan miserable como debe verse, ¿qué mejor que la comida más reconfortante que unos pocos pesos puede preparar? Sirve un poco de yogurt que encuentra en el refrigerador en una taza con estampados completamente inapropiados para cualquier edad, antes de buscar un envase con forma de estrella de donde sirve un par de cucharadas de leche en polvo en la taza, revolviendo todo. Se ríe un poco pensando que una sopa instantánea hubiera sido igual de útil y más normal, aun así toma una cuchara y se dirige al sillón antes de que sus alas decidan dejar de responderle.

S.O.S. Mensaje Incorrecto | #ONC2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora