CAPÍTULO 11

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- ¿Este es el chico del que tanto me hablabas cariño? - Preguntó mi madre mientras miraba una foto de Felipe que había tomado de la cómoda de mi habitación.

-Se llama Felipe mamá. - Le dije sonriendo mientras me ponía de pie a su lado.

-Hace tiempo no veía esa sonrisa en tu rostro. - Dejó la foto de nuevo en su lugar y se giró hacia mí. - Lo siento, Victoria.

- ¿Por qué? - Le pregunté, confundida.

- Porque no te cuide como debí haberlo hecho. - Ella se acercó a mi y tomó mi cara entre sus manos. - No podía irme sin antes pedirte perdón.

- ¿Mamá que... - Pero no pude terminar de hablar cuando mi madre ya no estaba más frente a mí, de la nada me encontraba en la sala de mi casa, estaba parada frente a mis padres quienes discutían y se gritaban el uno al otro, intenté hablar, meterme en medio para que se detuvieran, pero parecía ser invisible para ellos, no me veían, ni me escuchaban, no les importaba cuanto gritara, no se detenían.

Cerré los ojos con fuerza deseando despertar de esta pesadilla pronto.

Silencio.

Cuando abrí los ojos de nuevo estaba en mi habitación, mi padre estaba frente a mi y tuve que hacer un esfuerzo por entender lo que me estaba diciendo.

-... de verdad que no entiendo como puedes pensar que a ese chico le gustas Victoria, por favor, ¡Mírate! ¿Te parece que va a llegar a querer estar con alguien tan jodido como tú? Mírate en un espejo por un momento y dime lo que ves.

Estaba perpleja, no entendía porque me decía todo eso, pero sus palabras eran como si me clavaran mil puñales en el pecho, solo quería que se callara.

- ¡Vamos, hazlo! - Me grito acercándose a mí y tomándome por el brazo bruscamente, me arrastró hasta quedar frente al espejo y me quede completamente paralizada al ver mi reflejo.

Mi ropa estaba toda manchada de sangre, tenia los nudillos morados y la cara golpeada, cuando me gire para ver a mi padre traía mi sangre en sus manos, el me miró y se acercó a mi oído para hablarme.

-Mírate, nunca serás más que esto.

- ¡No, para! - Me desperté exaltada y con la respiración agitada, estaba sudando y me tomo unos segundos para recuperarme y darme cuenta en dónde estaba.

- ¡¿Qué pasa?! - Felipe a mi lado se había despertado también de repente y se había incorporado rápido antes de acercarse a mí.

-Lo siento. - Me pase las manos por la cara intentando reaccionar un poco. - Estoy bien, solo fue un mal sueño. Voy por un poco de agua.

Salí de la cama y me dirigí a la cocina, me serví un poco de agua y la tomé para intentar calmarme un poco. Ese sueño de mierda me había dejado la mente hecha un lio, fue como si me cayera un balde de agua fría luego de estar acostumbrándome al calor.

-Victoria.

Di un respingo y me giré para encontrarme de frente a Felipe.

- ¿Qué pasa? - Me preguntó.

Arrugué las cejas, confundida.

-Sé que algo pasa, que no salieras de tu apartamento por casi una semana luego de regresar de tu casa, el golpe que tenias cuando viniste, me dijiste que fue tu padre y ahora esto. -Se acercó a mi y apoyo las manos en la barra. - Escucha, se que no tienes porque contarme nada a mí, pero realmente no creo que tampoco vayas a hablarlo con alguien más.

ANTES DE TI | FELIPE OTAÑO [PAUSADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora