CAPÍTULO 16

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Para mi mala suerte -malísima- ya las vacaciones de verano habían terminado, así que me encontraba de nuevo preparándome para regresar a la universidad. Me colgué la mochila en un hombro y tomé mi cámara para salir rápido, como era costumbre siembre que iba a clases ya se me estaba haciendo tarde.

Cuando llegué al aula afortunadamente mi clase aún no comenzaba, así que tomé asiento hasta atrás y esperé que llegara el profesor mientras terminaba de editar algunas fotos.

Hoy estaba particularmente más emocionada porque antes de irnos a vacaciones nos habían informado sobre una exposición de fotos que tendría lugar en dos semanas aquí en la ciudad, y elegirían al estudiante con el portafolio más destacado para presentarse. Si lo ganaba, podría ser literalmente la oportunidad de mi vida, de darme a conocer y quizás empezar a hacerme un lugar en todo este mundo de la fotografía.

Cuando le había contado a Felipe anoche se había puesto demasiado feliz por mí, me había asegurado que con mis fotos era más que seguro que me darían el premio a mí, yo no estaba tan segura, pero prefería no darle muchas vueltas, por más que me estuviera muriendo de los nervios.

El profesor entró al aula unos cinco minutos más tarde y por su sonrisa podía suponer que ya tenía el nombre del afortunado.

-Buenos días a todos.

Todos respondieron al saludo y se quedaron en silencio de inmediato, expectantes a lo que estaba por decir.

-Muy bien chicos, como se les informó a finales del curso pasado, uno de ustedes, el más destacado en su portafolio final, tendrá el privilegio de presentar sus fotografías en la exposición que como bien saben tendrá lugar dentro de unas dos semanas y además, contará con la presencia de una de las fotógrafas más destacadas del país, Zara Fernández.

En ese momento mi corazón se volvió loco, si antes quería ese premio ahora lo deseaba el doble.

-Bueno, la persona que tendrá el privilegio de poder asistir es... Victoria Rivas.

Todos a mí al rededor me aplaudieron contentos mientras yo intentaba aún procesar las palabras que había dicho el profesor. Yo había ganado, tendría el privilegio de poder presentarme en esa exposición entre un montón de gente importante y encima podría conocer a una de las fotógrafas más destacadas del país. ¿Estoy soñando? Creo que necesito pellizcarme.

-Felicidades Victoria, la universidad te hará llegar a tu correo todo lo que necesitas saber para poder presentarte, ¿Bueno? Ahora todos, atentos a la clase por favor.

En cuánto mis clases acabaron y llegué a casa lo primero que hice fue ir al apartamento de Felipe, quien me abrió literalmente en cuestión de segundos.

- ¿Y bien? -Preguntó emocionado.

Me quedé en silencio por unos segundos solo para meterle un poco de drama al asunto.

- ¡ME LO DIERON A MI!

- ¡ESO! - Se acercó rápido a mí para darme un brazo y llenarme la cara de besos. - Solo por eso te has ganado que hoy te prepare la cena.

-Pero si eso ya me lo hacías igual. -Le dije para molestarlo.

-No me dañes el detalle boluda.

Me rodeó los hombros con un brazo aun riéndose y me hizo pasar.

[...]

- ¿A ti te gustó?

-Es buenísima.

-Eres muy rarita cuando te lo propones.

Le solté un manotazo a Felipe quien se encontraba acostado a mi lado en la cama mientras terminábamos de ver una película. Se había estado quejando todo el rato porque había escogido yo y puse "10 things i hate about you" y según él le había parecido una total pérdida de tiempo.

- ¿Sabes que por opiniones como esas te pueden funar en Twitter?

Él me miró con una ceja enarcada.

- ¿Y quién va a saber que yo dije eso?

Me encogí de hombros, divertida.

-Solo digo que no creo que te convenga tenerme en tu contra.

- ¿Ah sí?

-Si.

- ¿Me estás amenazando entonces?

-Mmm... puede.

Él comenzó a reírse para luego acercarse a mí y darme un abrazo que casi termina por ahogarme.

-Eh eh, me vas a matar. -Le dije riéndome mientras hacía que me soltara.

-Es tu castigo por querer funarme.

-Yo nunca te funaria, pelotudo.

Estaba por agregar algo más cuando mi teléfono empezó a vibrar en la mesita de noche, cuando lo cogí y vi quien era mi felicidad se esfumó por completo, era mi padre.

Me lo pensé por un momento, pero al final decidí no atender su llamada, apagué el teléfono y lo dejé boca abajo de nuevo en la mesita.

- ¿Todo bien? - Me preguntó Felipe al ver cómo cambié de humor tan repentinamente.

-Sí, nada importante.

- ¿Quién era?

Suspiré y dudé por un momento antes de responderle.

-Mi padre.

Él cambio su expresión enseguida a una más seria.

- ¿Qué crees que quiera a esta hora?

-Molestar, que más podría querer de mí. -Dije encogiéndome de hombros.

Él se quedó en silencio por un momento antes de hablar nuevamente.

- ¿Quieres hablar sobre eso?

Me lo pensé, ¿Qué si quería? Como no te haces una idea, había estado cargando un peso en la espalda y un nudo en la garganta todo este tiempo mientras intentaba seguir adelante, y lo admito, a veces me preocupaba cuánto tiempo más podría soportar si seguía así.

-No lo sé, es complicado y una larga historia. -Dije finalmente en voz baja.

-Tengo tiempo de sobra. -Respondió él sentándose frente a mí.

Lo miré por un segundo y no pude evitar sonreír, es que no podía ser tan perfecto.

-Digamos que... mi padre no es el mejor ejemplo de lo que un padre debería ser supongo. Yo... bueno, mi madre y él siempre discutían, muchas veces esas peleas terminaban en golpes, ella nunca fue realmente capaz de irse de su lado, supongo que le quería demasiado y esperaba que en algún momento cambiara. El otro día cuando regresé a casa para el funeral de mamá se emborrachó, de nuevo, me confundió con ella, y fue cuando me atacó. -Tomé aire antes de continuar. - Creo que por eso reaccione así cuando te ofreciste a escucharme el otro día, no... no estaba acostumbrada a eso.

Él se acercó a mí con cuidado y me envolvió en un abrazo, probablemente el abrazo con más cariño que he sentido jamás.

-Conmigo no tienes que preocuparte de que te haga daño, conmigo estás a salvo, quiero que lo sepas.

Y esas palabras fueron suficientes para que unas cuantas lágrimas comenzarán a caer por mi rostro. Él se separó de mí y me las limpió para luego dejarme un beso en la frente.

-Te quiero.

Levante la mirada para verlo a los ojos, y en cuanto lo hice supe que lo decía enserio.

-Yo también te quiero.

ANTES DE TI | FELIPE OTAÑO [PAUSADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora