Nada puede salir mal, ¿o si?

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Capítulo 7

Hoy apenas se levantó, Leila salió directo a la playa luego de recibir el mensaje de su padre, el entrenamiento sería ahí, ¿los haría tragar arena y ver quién resiste más? Seguro ganaría Hangman, por su inmensa bocota que no le gustaba cerrar.
¿Que estaba planeando ese viejo? Pensaba Leila mientras caminaba.

Antes de llegar se encontró a Rooster, quien levantó ambas manos a la altura de su cara, en son de paz, por su gesto Leila entendió que hoy tratarían de no pelear, tratarían al menos. Fueron caminando hasta la playa sin decir nada.
Quedaba muy bien el dicho de "calladito te ves más bonito", hasta que Roos rompió el silencio.

Igual se sigue viendo lindo pensó Leila y luego se golpeó mentalmente por eso, no sabía porque pensaba esas cosas.

-Tienes un buen gancho izquierdo.

-Nos faltó el respeto a ambos, no tenía ningún derecho a hacerlo, y sabía que tú no podías hacer más que empujarlo -dijo Leila, sabía que si Rooster lo golpeaba, no pararía hasta verlo desmayado, y posiblemente lo sacarían del equipo.

-Tienes razón -ambos se miraron y se sonrieron por un segundo, por ese segundo no se sintieron tan rivales. A Rooster le empezó a latir fuerte el corazón,  al igual que a Leila, que hermosa sonrisa, pensaron ambos.

Luego siguieron su camino en silencio, cosa que alivió a los dos, no querían iniciar otra pelea.

Fútbol de combate, ofensiva y defensiva al mismo tiempo, ese era el entrenamiento hoy.

Más que entrenamiento, jornada de integración pensó Angel.

Y que agradecida que estaba de todas formas, hacía tanto calor que no tenía ganas de estar con su uniforme, ahora usaba unos shorts cortos y un top deportivo, al igual que Phoenix y con una coleta alta.

Era realmente divertido, no paraba de sudar pero de todas formas era mejor que estar volando en este día, además amba competir, y más si lo tenía que hacer contra Rooster, quería verlo perder.

-Te haré comer arena, Blue Angel -dijo Rooster acercándose un poco a Leila mientras jugaba con la pelota en sus manos.

-Eso quisieras, Rooster -dijo la nombrada acercándose más, con sus manos en jarra, mientras lo miraba desafiante, otra vez podían sentir la respiración del otro.

Ambos estaban cerca, sonriendo con superioridad, ese momento se sintió como una eternidad para ambos, una que no cambiarían por nada, ninguno echaría para atrás ahora, se habían declarado la guerra. Aunque varios, entre ellos Phoenix y Penny los miraban con picardía, según ellas parecía que solo buscaban excusas para cortar la distancia entre ellos. Por otro lado Maverick miraba a Bradshaw con celos, no quería que se llevara a su pequeña de su lado.

Y a maverick se le vino un recuerdo a la mente...

Flashback

Entró a la cocina de la casa de Carol y encontró a un Bradley de 10 años sentado en la mesada, mirando serio un punto fijo en la pared.

-Hola niño ¿que te ocurre? -dijo el hombre mirando al chico y sentándose a su lado, noto que el chico miraba una foto de él junto a su hija cuando eran más pequeños.

Leila, Carol y Laura no se encontraban en la casa, habían ido de compras juntas.

Bradley volteó su cara hacia otro lado con las mejillas un poco rojas.

-Si te cuento, ¿me prometes que no te enojaras? -dijo Bradley con mucha vergüenza.

-Pues no te sabría decir si no me cuentas, pero no creo que tu hayas hecho algo tan terrible, Bradley, eres un buen chico, solo tu madre se enoja contigo y es por no tender tu cama -bromeó Pete pero vió que el chico seguía un poco serio -intentaré no enojarme -dijo al fin.

El Momento Perfecto -Bradley Bradshaw Donde viven las historias. Descúbrelo ahora