Sueñas y de vuelta en casa

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Capítulo 1

Dos niños de la misma edad se encontraban jugando, como siempre lo hacían, está vez el juego era perseguir una mariposa,competían por cual de los dos llegaría a ella primero. De pronto la niña se cae, se raspó las rodillas y siente mucho dolor.

-No tienes por qué ponerte triste, ya estoy aquí contigo -dijo el pequeño de cabellera rubia mientras abrazaba a niña, la cual se encontraba abrazando sus piernas y con su cabello cubriendole la cara.

-Es que me dolió mucho -dijo entre sollozos la pequeña mientras miraba sus rodillas raspadas a través de su pelo.

El niño con mucho cuidado corrió el pelo de su cara lentamente, dejando ver la cara de la niña con los cachetes colorados y la nariz roja. En cuanto la niña lo miró le dedicó una gran sonrisa, provocando que la pequeña le devolviera una media sonrisa.

-Todo estará bien, deja que te cure para volver a casa -dijo él y acto seguido le colocó un par de cuitas en cada rodilla. -Yo siempre estaré para protegerte, mi linda amiga.

-Gracias -dijo la niña y abrazó a su amigo con mucha fuerza.

De repente despertó sobresaltado y empapado en sudor. Otra vez había soñado con esa chica, había pasado mucho tiempo desde la última  vez que había soñado con ella, pero hace una semana los sueños habían vuelto. ¿Por qué ahora? ¿A caso era porque debía volver a San Diego?

-Que estupidez -dijo Bradley Bradshaw levantándose de la cama, miró el reloj, 4 a.m., otra vez sus sueños con ella no lo dejaban dormir.
Se levantó dispuesto a desayunar algo para salir a correr. Tal vez así podría despejar su mente y podría viajar tranquilo a California.

...

Era un hermoso día en Suiza, podría quedarse leyendo en su día libre o viendo alguna película, pero no, tenía que empacar para tomar un vuelo hasta Estados Unidos, San Diego, para ser más específicos.

Leila Mitchell, una de las mejores pilotos del mundo (cosa que la enorgullecía de sobremanera) había sido solicitada en Top Gun para una misión, por lo que aquella mañana se encontraba peinando su largo cabello negro mientras pensaba en quién había sido solicitado además de ella, pero había algo que tenía muy en claro, extrañaba muchísimo a su pequeña familia, hacia varios años se habia ido de San Diego, solo habia vuelto para el funeral de su madre, Laura Mitchell, un año después de irse del país, y también para el de Carol Bradshaw, aunque no fue muy bien recibida aquella vez.

...

Por fin el avión había aterrizado, y maldijo a Iceman por haberle metido tanto miedo de volar en un avión que no fuera pilotado por ella. Mientras caminaba a la salida del aeropuerto se sorprendió de ver a quien la llevaría a su destino, Pete Mitchell alias Maverick, pero para Leila, su amado padre y cómplice de sus locuras, pues se volvió una de las mejores pilotos gracias a él.

Salió corriendo como una niña pequeña hasta llegar a él.

- Hola Mav- dijo de manera alegre mientras lo abrazaba.

- Hola pequeña Blue - respondió aquel hombre llamándola por su apodo, o la mitad de él mejor dicho.

- ¿Cómo se encuentra él? ¿Tiene que ver con tu regreso, no es así? - le pregunto Leila, refiriéndose a Tom, su segundo padre, con la esperanza de tener buenas noticias.

La cara de Pete se ensombreció un poco pero lo disimulo con una media sonrisa.

-No he ido a verlo, pero supongo que está bien -a Leila no la convenció del todo su respuesta, pero tenía muchísimo miedo de lo que pudiera ver, aunque sabía que era un miedo que debía enfrentar lo más antes posible.

-Me quedaré en casa de Iceman, no pienso alquilar un apartamento teniendo su cómoda casa con desayuno incluido todos los días- dijo ella con una sonrisa de oreja a oreja imaginando los deliciosos desayunos de Sarah, quien era como su madre.
Mav solo le respondió con una risa leve mientras habría la puerta del auto haciendo que Leila entrara.

El viaje fue entretenido, tenían que ponerse al día, su padre le contó como casi muere por superar las g 10 y como Tom le había salvado el trasero, otra vez, pero sin contarle a Leila por qué se quedaría en California.

Tan pronto como Leila bajó sus cosas, Pete se fue sin despedirse, al parecer no era la única con miedo de ver como se encontraba el viejo Iceman.

Entro a su hogar, olía igual que siempre, jazmines y también perfumante, una casa reluciente, en la entrada, la mitad de las fotos eran de ella y la otra mitad de Maverick y su padre. Podía notar claramente que lo único que había sacado de su padre era el amor por volar y el color de pelo, pues todo el resto era de su madre, Mav era alto y de complexión fuerte y ella ni un poco, sus ojos eran negros mientras que los de Tom eran verdes.

De pronto encontró a Sarah, salía de la cocina.

-Hola cariño, llegaste justo a tiempo, te prepare un pastel de chocolate - dijo mientras la abrazaba.

- Hola Sarah, me da gusto verte, siempre sabes como hacerme feliz - río la pelinegra.

-Antes de comer, ¿puedo ver como esta papá? -ya era una costumbre llamarlo así.

-Si, mi cielo, pero debes saber que incluso hablar le resulta difícil a veces -dijo Sarah mientras sus ojos se cristalizaban. A Leila le rompió el corazón escuchar eso, sabía que debía ser fuerte, que Tom no estaba pasando nada bien por su cancer de garganta, pero tenía miedo, mucho miedo.

Subió las escaleras lentamente, con cada paso que daba trataba de buscar una excusa para verlo en otro momento, pero su mente estaba en blanco, amaba a Iceman, había soportado cosas horribles durante sus misiones, pero tener que ver a su padre, sabiendo que no le quedaba mucho tiempo, sería la peor de las torturas.

Al fin tocó la puerta, ya no había marcha atrás, tomó un respiro y entró.

Allí estaba su padre, un poco abrigado, sentado frente a la computadora, le sonrió ampliamente, aunque con un poco de esfuerzo, miró la computadora y comenzó a escribir.

Me alegra verte otra vez, mi preciosa y malcriada hija.

-¿Preciosa? Obviamente, ¿y malcriada? Eso fue tu culpa y de mav.

Jajaja nunca cambias.

Leila sonrió.

¿Estás lista para tu misión?

-Nací lista, soy hija de Maverick y también de Iceman.

Se que triunfarás, estoy muy orgulloso de tí, y lo sabes, pero por favor, ten cuidado, te prohíbo sacarme protagonismo y morir antes que yo.

Leila se carcajeó al pensar que podría sacarle protagonismo a Tom muriendo primero.

-Tú sabes de qué se trata la misión ¿no es así? Por eso te ves preocupado.

Pues si, pero es confidencial, no puedes enterarte antes que tus otros compañeros.

-Tienes toda la razón, ¿Cómo te encuentras, papá?

Ahora que regresaste, mucho mejor.

-Hablo en serio papá, no te pongas cursi conmigo.

Estoy bien, tranquila hija, ahora ve, desempaca, come un poco de ese delicioso pastel y luego vete al Hard Deck

-¿Fue una orden? - dijo Leila bromeando

Si, ahora ve.

...........

Fue un capítulo corto, a medida que pase la historia irán enterándose del pasado de nuestra protagonista.

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💙

El Momento Perfecto -Bradley Bradshaw Donde viven las historias. Descúbrelo ahora