Antes del amanecer, Sasuke ya estaba en pie, sumido en los preparativos finales para su inminente enfrentamiento con los ninjas renegados
La puerta se abrió con cautela, y la figura de Ino se recortó contra la luz tenue del corredor. "Sasuke," dijo, su voz firme "no puedes enfrentarte a ellos solo. Déjame ir contigo."
Sasuke ni siquiera se giró para enfrentarla, su atención fija en la tarea que tenía entre manos. "No," respondió, su tono cortante como el filo de un kunai. "Es demasiado peligroso. No es tu lucha."
Pero Ino dio un paso adelante, desafiante. "Es nuestra lucha. Hemos estado aquí juntos, trabajando por esta aldea. No voy a quedarme atrás mientras te arriesgas solo."
Hubo una pausa Sasuke finalmente se volteó, su mirada era una mezcla de frialdad y una chispa de algo más difícil de descifrar. "Si insistes en venir," comenzó, su voz baja y peligrosa, "deberás hacer exactamente lo que yo diga. No habrá lugar para errores, Ino."
La determinación de Ino no flaqueó ante su advertencia. "Haré lo que sea necesario," afirmó, encontrando la mirada implacable de Sasuke.
Sasuke sostuvo su mirada por un momento más antes de asentir, una señal taciturna de aceptación. "Entonces prepárate. Partimos en diez minutos."
La densidad del bosque que rodeaba el país de las olas parecía tragarse todo sonido, creando un manto de silencio que acompañaba a Sasuke e Ino en su avance cauteloso hacia el corazón de la montaña. La información recabada a lo largo de los dos meses que habían estado en el país de las olas los había llevado hasta este lugar, donde los ninjas renegados se ocultaban, aprovechando la inaccesibilidad del terreno y la espesura del bosque para mantener su guarida secreta.
A medida que se acercaban a la entrada de la cueva, apenas visible entre la maraña de vegetación y rocas, Sasuke se detuvo, señalando a Ino que hiciera lo mismo. El aire estaba cargado de tensión, cada sonido del bosque, desde el crujir de una rama hasta el distante canto de un pájaro, parecía amplificado en el silencio expectante que los envolvía.
Sasuke se giró hacia Ino, su expresión era una máscara de seriedad. "Escucha bien," comenzó, su voz baja pero clara en el silencio del bosque. "Voy a entrar solo. Necesito que te quedes aquí y te asegures de que ninguno de ellos escape."
Ino asintió, entendiendo la gravedad de su papel en el plan. "Entendido. Pero, ¿cómo sabré...?"
"Confía en mí," la interrumpió Sasuke, anticipando su pregunta. "Sabrás cuándo actuar. Solo mantente alerta y detén a cualquiera que intente huir."
Había una firmeza en su voz que no dejaba lugar a dudas, y aunque Ino sentía un nudo de preocupación en su estómago, confiaba en las habilidades de Sasuke y en la planificación que habían hecho. Asintió una vez más, esta vez con una determinación renovada reflejada en sus ojos.
Sasuke le ofreció una última mirada antes de girarse y desaparecer en la penumbra de la entrada de la cueva. Ino se quedó atrás, oculta entre las sombras y la vegetación, cada uno de sus sentidos agudizado al máximo, preparada para intervenir en el momento crucial.
Una hora había pasado desde que Sasuke desapareció en las sombras de la cueva, y cada minuto que pasaba aumentaba la inquietud en el corazón de Ino. La falta de señales o sonidos provenientes de la cueva solo servía para intensificar su preocupación. A pesar de la promesa de seguir el plan, la idea de que Sasuke pudiera necesitar su ayuda se convirtió en una preocupación constante que no podía ignorar.
Tomando una decisión impulsada tanto por la preocupación como por la determinación, Ino se movió silenciosamente hacia la entrada de la cueva, cada paso cauteloso, cada movimiento calculado para mantenerse oculta. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de cruzar el umbral de la cueva, el mundo estalló en un caos ensordecedor.
ESTÁS LEYENDO
UN NUEVO INICIO
Fanfictionla cuarta gran guerra a acabado y con ello se le abre una nueva posibilidad a Sasuke para iniciar una nueva vida