|Mañana de Navidad|

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Los primeros rayos del sol se filtraban por las rendijas de las cortinas, iluminando la habitación con una suave luz dorada. Stolas se removió entre las sábanas, aún adormilado, y sus ojos se encontraron con los de Blitz, quien lo observaba con una sonrisa traviesa.

Un rubor cálido se extendió por las mejillas de Stolas al recordar la noche anterior. Una noche llena de pasión y deseo, donde sus cuerpos se habían unido en un baile ardiente bajo la luz de la luna. 

Se sentó en la cama, apoyándose en la cabecera, y sus ojos se encontraron con los de Blitz, llenos de una intensidad que lo dejó sin aliento.

-Buenos días... ¿Acaso es un ángel que ven mis ojos~?- susurró Blitzø, con una voz ronca y sensual que erizó la piel de Stolas.

-Buenos días, querido- respondió Stolas, con una sonrisa tímida.

Se miraron por un largo momento, perdidos en el aura de intimidad que los rodeaba. El silencio solo se rompía por el sonido de su respiración y el suave canto de los pájaros que se posaban en la ventana.

Lentamente, Blitz se extendió y tomó la mano de Stolas, entrelazando sus dedos con los de él. Un escalofrío de placer recorrió el cuerpo de Stolas al sentir el cálido contacto de su amado.

-¿Cómo te sientes?- preguntó Blitz, con una mirada llena de ternura.

-Pues... creo que no me podrá parar... ni sentar- dijo el búho sonrojado.

Blitz se inclinó hacia delante y le dio un beso suave en los labios. Un beso lleno de amor y complicidad.

-Admítelo... te gustó- dijo Blitz abrazando a Stolas de su cintura mientras lo miraba directamente a los ojos.

Stolas sonrió y alzó los hombros fingiendo que no.

-¡Admítelo!- dijo Blitz trepándose encima de él para comenzar una guerra de besos y cosquillas.

-¡JA JA JA! ¡Blitzy! PARAAA- pidió Stolas siendo callado por un beso romántico.

-¿Entonces?- preguntó Blitz agarrando del mentón al otro.

-Pues... nunca me he sentido... tan... completo... me siento... vivo- dijo Stolas con la mirada perdida pero esta fue interrumpida ya que Blitz lo abrazó.

Se quedaron abrazados en la cama por un rato más, disfrutando de la calidez del momento y la compañía del otro. La mañana de Navidad no podía haber comenzado mejor.

Luego de un rato, se levantaron de la cama y se dirigieron al baño para asearse. Mientras Stolas se duchaba, Blitz, como un buen novio, preparó el desayuno. Un aroma delicioso a café y chocolate llenó la casa, así levantando a Octavia y Loona.

-¡Buenos días!- saludaron ambas chicas mientras Octavia guiaba a Loona a la cocina.

-¡Buenos días mis niñas! ¿Quién quiere chocolate caliente y galletas?- preguntó Blitz con un plato con galletas en su mano.

-¡YO! ¡YO!- pidieron ambas niñas junto a unas sonrisas. Blitz les sirvió a ambas sus desayunos.

-Saben... ustedes han sido unas niñas buenas... creo que después de que desayunen y se duchen... habrá una gran sorpresa debajo del árbol- dijo Blitz cruzado de brazos mientras les daba una sonrisa a las niñas.

Las niñas lo miraron con cara de asombro. -¡¿Enserio?!- preguntó Octavia emocionada.

-Si... pero no se van a estar atragantando con la comida por ir rápido a ver la sorpresa... Coman con calma que todo lo bueno tarda en llegar- dijo el imp poniendo mas galletas a los platos de las niñas.

Un novio para navidad -Stolitz-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora