|Trabajo de caridad|

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Era la mañana del 27 de diciembre, y Blitz estaba en su oficina, reclinado en su silla mientras revisaba unos papeles. Los recuerdos de la cena con Stolas la noche anterior lo hacían sonreír como un idiota enamorado. 

La velada había sido increíble, tal como lo había imaginado. Un banquete, velas parpadeando suavemente en la oscuridad, y Stolas hablando con esa voz hipnotizante que siempre conseguía atraparlo. Blitz no lo admitiría fácilmente, pero esas cenas secretas eran lo más parecido a la felicidad que había sentido en mucho tiempo.

De repente, el sonido agudo del comunicador lo sacó de sus pensamientos. Lo tomó y escuchó la voz de Moxxie al otro lado.

—Blitz, tenemos un cliente aquí abajo. Es una señora mayor, y bueno... parece que tiene una historia complicada. Millie está con ella.

Blitz suspiró, dejando los papeles sobre la mesa. "Justo cuando estaba disfrutando del recuerdo de anoche..." pensó, mientras se levantaba y caminaba hacia la puerta.

—Voy para allá —dijo en voz alta, desconectando el comunicador y saliendo de su oficina.

Cuando llegó a la sala de espera, se encontró con Millie ayudando a una anciana que apenas podía mantenerse en pie sin el bastón. La mujer era pequeña, arrugada y vestía ropas humildes que parecían haber visto mejores días. Tenía una mirada cansada pero determinada.

—Señora... —Blitz comenzó, acercándose con su habitual tono irreverente—. ¿En qué podemos ayudarla? Si necesita a alguien eliminado, podemos manejar eso. Hacemos descuentos por volumen.

La anciana levantó la vista y sonrió débilmente.

—No es eso, querido. No busco la muerte de nadie. Al contrario, necesito salvar vidas.

Blitz parpadeó, desconcertado.

—¿Salvar vidas? Este no es el tipo de empresa para eso, señora. Aquí nos encargamos de... bueno, ya sabe. —Blitz hizo un gesto simulando disparar una pistola con sus dedos.

Millie intervino con una sonrisa cálida.

—Ella cuida niños en un orfanato, Blitz. No tiene dinero, y el lugar está en pésimas condiciones. Vino a pedirnos ayuda de alguna manera... especial.

—Sí —dijo la anciana con voz temblorosa—. No busco caridad, pero he oído que ustedes tienen... maneras poco convencionales de ayudar a la gente. Mi orfanato no tiene fondos, los niños no tienen qué comer ni dónde dormir adecuadamente. Si pudieran... robar algo valioso y convertirlo en dinero para donarlo, estaríamos eternamente agradecidos. Y sé que ustedes son buenos en eso.

Blitz cruzó los brazos, intrigado y un poco molesto al mismo tiempo.

—Espera, ¿quieres que robemos para ti? —preguntó con una ceja levantada—. ¿Y qué te hace pensar que lo haríamos gratis?

La anciana bajó la cabeza.

—No puedo ofrecerles dinero. Pero... el orfanato es conocido en varias partes del infierno. Si corriera la voz de lo que han hecho por los niños, su empresa podría obtener... una reputación positiva. Mucha gente podría interesarse en sus servicios.

Blitz miró a Moxxie, quien ya estaba con una mirada pensativa, y luego a Millie, que parecía conmovida.

—¿Robo? —murmuró Blitz, rascándose la barbilla—. No sería la primera vez, pero... ¿de dónde diablos vamos a sacar algo valioso en tan poco tiempo?

La anciana alzó el rostro, con una expresión casi suplicante.

—He oído rumores... de que ya han robado antes en lugares poderosos. Y que podrían hacerlo de nuevo. Hay una fiesta de Año Nuevo en un lugar que muchos consideran intocable, pero sé que ustedes son capaces de entrar.

Blitz sintió cómo el peso de la situación empezaba a caer sobre sus hombros. No podía ignorar a una anciana ni mucho menos a un grupo de niños huérfanos, pero había un problema evidente. Se dio la vuelta, apartándose de la mirada suplicante de la anciana.

—No hay muchos lugares donde podamos entrar sin ser vistos —dijo con tono serio—. Y si lo que estás insinuando es lo que pienso, el único lugar que podría funcionar... es el castillo de Stolas.

El silencio cayó sobre la habitación. Moxxie, Millie y la anciana miraban a Blitz, esperando una respuesta.

—Blitz —dijo Millie en voz baja, rompiendo la tensión—. ¿Qué tanto puede ser? Ya hemos estado ahí antes, y parece que estará vacío en la fiesta de Año Nuevo. Si logramos entrar sin hacer ruido, podríamos salir con algo valioso y ayudar a esos niños. ¡Hagámoslo, será pan comido!

Blitz apretó los puños y miró al suelo.

—No es tan fácil —respondió entre dientes—. No quiero meterme con Stolas. Después de lo de anoc-... Después de haber casi sido capturado —se interrumpió, recordando la cena perfecta que habían tenido y la mentira que les ocultaba sobre el príncipe. 

La idea de traicionar a Stolas, aunque fuera para una buena causa, lo llenaba de dudas.

La anciana se levantó lentamente, apoyada en su bastón, y caminó hacia la puerta.

—Lo entiendo, querido —dijo en voz baja—. Si no pueden ayudarme, buscaré otra manera. Pero, por favor, piensen en los niños. Son su única esperanza.

Cuando la puerta se cerró detrás de ella, Blitz dejó escapar un suspiro pesado. Moxxie se acercó con un semblante preocupado.

—Blitz, no tienes que hacer esto si no quieres —dijo con seriedad—. Pero también sabemos que este tipo de oportunidad podría mejorar mucho nuestra imagen. El orfanato podría ser la clave para que más gente confíe en nosotros... aunque no sea precisamente lo que hacemos normalmente.

—Además —intervino Millie—, sabemos que el castillo de Stolas estará vacío en la fiesta de Año Nuevo. Nadie vigilará nada, y tenemos experiencia. No será como la última vez.

Blitz se frotó la frente, sintiendo una mezcla de frustración y preocupación.

—Es que... ¡Maldita sea! —exclamó, golpeando la mesa—. No quiero meter a Stol-... ¡al monarca en... problemas!. Pero no podemos dejar que esos niños se queden sin ayuda. Es... complicado.

Moxxie puso una mano en el hombro de Blitz.

—Lo haremos bien esta vez, Blitz. Robaremos lo suficiente para ayudar al orfanato y nos iremos. No dejaremos huellas.

Blitz los miró a ambos, su equipo confiable, y finalmente asintió con resignación.

—Está bien, lo haremos. Pero si Stolas se entera... será el infierno para mí.

Millie sonrió y le dio un suave golpe en la espalda.

—Será un trabajo limpio, Blitz. Vamos a ayudar a esos niños y a mantenerte fuera de problemas... bueno, de más problemas.

Blitz soltó una risa amarga mientras salía de la oficina.

—Mierda...


***


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⏰ Última actualización: 6 days ago ⏰

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Un novio para navidad -Stolitz-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora