|Nuevo monarca|

444 31 6
                                    

Así pasaron los años, 20 para ser exactos. Stolas sería el nuevo monarca de los Ars Goethia. Las 26 legiones del infierno y los astros, serían de su control absoluto.

Lamentablemente, a sus 18 años lo comprometieron con la duquesa Stella. Era una mujer muy cruel y egoísta. Era caprichosa y le encantaba gastar dinero, sobre todo gritarle a los empleados y fingir que le gustaba Stolas.

Pero gracias a ese matrimonio arreglado, tenía a su mas grande bendición en aquel entonces. Al año, nació su hija Octavia, tenía 8 años. Era su sol entre tan inmensa oscuridad. 


***


Era diciembre nuevamente. Y hoy, gente del todo el infierno se estaba reuniendo para tan importante evento. Stolas finalmente se convertiría en el nuevo monarca de los Ars Goethia. El legado de su familia continuaría. 

Aunque él hubiese esperado ese día desde niño, no quería convertirse en un monarca, para nada. Pero no tenía elección.

Su padre, finalmente había renunciado al cargo de rey hasta que Stolas estuviese completamente listo. No confiaba mucho en él pero era su único hijo, así que no le importaba del todo.


***


-¡Papi!- dijo Octavia , su hija corriendo hacia él. -¡Hola mi muchuelita!- dijo Stolas cargando a su hija con una sonrisa.

-Papi... ¿estás triste?- preguntó su hija curiosa. Stolas la miró y le dio una cálida sonrisa. -No cariño... solo estoy nervioso... es todo- le respondió su padre. Este estaba vestido con un traje elegante con el cuál lo posesionarían como monarca.

-No debes estar nervioso- dijo su hija con una sonrisa. Segundos después, Stella, la esposa de Stolas ingresó por la puerta con una sonrisa.

-Hola amor... hola mi vida- dijo Stella con una sonrisa. -¡Hola mami!- dijo Octavia para correr y abrazar a su madre. 

-Mi dulce pan de manzana... ve a tu cuarto... las empleadas te ayudan a verte más linda de lo que eres... ¿si?- dijo Stella llevándola hasta la salida. -¡Seré la niña mas linda del infierno!- dijo Octavia mientras salía feliz hacia su habitación.

Así Stolas y Stella se quedaron en la habitación. Stella dio un suspiro pesado y cerró la puerta con seguro. 

-No quiero que dejes ir esta maldita oportunidad... ¿me oíste?- dijo Stella con tono de furia.
-¿Qué?- preguntó Stolas algo extrañado.

-Que no quiero que hagas tus molestos berrinches de mierda... te comportarás como una Ars Goethia... no como una perra- dijo su esposa para ir al espejo y verse. Stolas la vio confundido y ella suspiró nuevamente.

Se acercó a él y le dio una fuerte cachetada. -¡De esto hablo! ¡De tus comportamientos de mierda!- dijo para ir al espejo y verse nuevamente. -No me tientes a llamar a mi hermano- dijo con una risa para agarrar su abanico y salir de la habitación.

Stolas se quedó sorprendido. Sabía las intenciones de Stella, pero no con claridad. 

Trató de amarla durante años, pero nunca funcionó. Por eso, trataba de poner buena cara ante el reino y su hija, para que todos piensen que tenía una vida perfecta.

Fue hacia el espejo y se maquilló aquel moretón que Stella le había dejado. Hasta que entró alguien por la puerta. Su padre.

-Stolas- dijo Paimon ingresando a la habitación. Stolas se giró y se inclinó ante él. -Hola... padre- dijo en un tono triste.

Un novio para navidad -Stolitz-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora