Conversaciones Falsas

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Rubí iba entrando en la gran casa de Richy, donde le esperaba la Sra. Marilyn en el gran salón, junto a su hijo. Este estaba cansado, y se notaba que se quería ir de allí en ese momento. 

- Rubí querida, estamos muy agradecidos de tenerte aquí nuevamente. Tu presencia siempre nos ilumina. - decía la señora acercándose a ella para hablarle y abrazarla. 

- Y yo me siento totalmente bienvenida aquí. Adoro estar en este lugar con su familia sobre todo con Richy. - Respondió la joven mirando al chico con una cara maliciosa. 

- Eso es perfecto querida. Él está deseando estar contigo estos días. Iré a pedir que os preparen algo de té y postres. - dijo la señora yéndose del salón. 

En cuanto se fue, Richy, se dio la vuelta para irse. Pero antes de poder dar otro paso, notó como Rubí le detenía agarrando su brazo. 

- ¿ A dónde vas Richy bonito?  Tienes que quedarte aquí conmigo. 

- Rubí, sabes bien que no me gustas en lo absoluto. Suéltame antes de que te arrepientas de estar aquí.

L a chica lo miró enfadada y apretó su brazo aumentando su fuerza poco a poco.

- Escucha, me da igual que quieras ir a a ver a los estúpidos de tus noviecitos o a tu sirvienta espía. Por si no te has enterado aún, nosotros estamos com - pro - me - ti - dos. Ya deberías pensar en separarte de ellos.

- Rubí, no tengo ni idea de como es que, tú, te has enterado de eso, pero que sepas que no tienes ningún tipo de decisión aquí. Si quiero estar con ellos, lo haré. 

En ese momento tuvieron que detener la conversación porque  había vuelto la señora con el té y los postres. 

- ¿Qué sucede? ¿Richy te está estaba molestando? Querida, dime si lo hace para darle su castigo. - le decía la mujer a la vez que le daba una mirada asesina al chico.

- Oh, no señora. Solo hablábamos sobre algunos cambios que me gustaría hacer una vez que él y  yo estemos juntos.

- Comprendo, y espero que comentes algo de esos cambios. A mi hijo le encantaran, ¿ verdad Richard? 

- ¡No! ¡Y ya no quiero seguir con la reunión! - gritó él mientras se iba enfadado a su habitación con los gritos de su madre detrás de él. 

- Oh... Seguro se sentía mal. Le iré a ver mañana.- dijo Rubí mientras sonreía.

Richy llegó furioso a su habitación, donde le esperaba Sally, que preparaba sus cosas para la huida que tendría lugar pronto.

- ¡Odio tener estas malditas reuniones  con Rubí! No hacemos más que tener tontas conversaciones, sobre nuestro matrimonio cerca de mi madre. 

- Señorito cálmese. No queda mucho para irnos de aquí. Además ya avisé a Bill y Caleb, los cuales no estaban muy felices de haber conocido a Rubí. Es una chica que de verdad es celosa. 

- Dímelo a mi... - dijo el chico algo cansado mientras se tumbaba en su cama. - Sally, ¿crees que podemos hacerlo? Me refiero a huir. 

- Estoy segura de que sí. Además nos tenéis a mi y al señor Andrew como apoyo. 

- Comienzo a creer que sientes algo por el doctor. Me parecería curioso ver que mi mejor amiga se enamora del padre de mi novio. 

- ¡Señorito! - chilló ella mientras se ponía roja. 

- Solo bromeo Sally. Pero podría hablar con Caleb...

- ¡Señorito basta! 

Ella siguió pidiéndole que se detuviera mientras él se reía y se disculpaba con ella. 

El trío poliamorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora