El Vampiro Ancestral

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Kol Mikaelson, un vampiro de mil años, vagaba por las calles de Londres esa misma noche. Había dejado atrás a su familia, a sus hermanos y hermanas, después de una pelea amarga. No quería ser parte de su mundo de sangre y poder. Quería algo diferente.

Aparte de estar cansado que sus hermanos reprocharan su forma de ser, el quería ayudar en proteger a su sobrina, la hija de su medio hermano Klaus.

Cuando Kol llego a la cabaña de Kendra, el la conocía, eran viejos amigos, escuchó voces en su interior. Se detuvo y se asomó por la ventana.

Lo que vio lo dejó sin aliento. La mujer mayor sostenía a una niña en sus brazos, y en su mirada había tristeza y determinación.

Kol entró en la cabaña sin hacer ruido. Kendra lo miró sorprendida, pero no pareció asustada.

— Es bueno verte Kol — saludo la mujer.

—He venido a buscar respuestas— dijo Kol sin dejar de ver a la mujer.

Kendra sonrió.

— No encontrarás respuestas aquí, pero tal vez encuentres algo más —  Le contó la historia de Euphemia, de sus padres muertos y de su destino incierto.

Kol miró a la niña en los brazos de Kendra. Sus ojos verdes brillaban con una luz especial.

—La tomaré como mi hija— dijo—La protegeré con mi vida

—Tienes que hacer una adopción de sangre — dijo Kendra mirando al original el cual apartó la mirada de la pequeña bebé.

–¿Es seguro? — pregunto con miedo, el que quiera que su ahora hija estuviera en la mira de las brujas.

— Tu confía en mi Kol— el Original asintió por lo dicho por la mujer que fue como una madre para el.

Y así pronto Euphemia Liliane Potter encontró un nuevo hogar en los brazos de un vampiro ancestral.

Su vida estaba a punto de cambiar para siempre.

Kandra llevó a Kol a un antiguo cementerio, donde las lápidas susurraban secretos y las estrellas parecían alinearse en su favor. Euphemia estaba allí, con su cabello oscuro y sus ojos llenos de curiosidad. Kol sintió una conexión instantánea con ella, como si sus almas ya se conocieran.

El rito comenzó. Kandra trazó símbolos en el aire con su varita, mientras Kol y Euphemia se tomaban de las manos. La sangre de ambos se mezcló en un cáliz de plata, creando un vínculo eterno. Euphemia se convirtió en parte de la familia Mikaelson, y Kol prometió protegerla como si fuera su propia hija.

Con el rito completado, Euphemia Liliane Potter se convirtió en una Mikaelson de corazón y sangre.

Ahora todo va como fue escrito.

Sangre, Magia y Vínculos InmortalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora