Lucas nos llevó al ginecólogo, quien nos trato muy bien, era un hombre muy agradable.
Luego al salir del ginecólogo, el nos llevó de regresó a casa.
Andrea y yo nos sentamos con cansancio en el sofá, estábamos cansadas estar iyendo y viniendo.
—tengo sueño Hasna —hiso un puchero y apoyo su cabeza en mi hombro.
—ve a dormir un poco —le sonreí ella asintió suspirando y se levanto del sofa y camino hacia el cuarto.
Solté un suspiro, estaba cansada también, pero no quería dormir de esta manera haci que me acerque ala habitación de Lucas y toque dos veces.
El al aver llegado a casa se encerró en su cuarto ya que tenía que terminar un trabajo, y pido que no lo molestaramos,y aquí está yo.
Escuche como dijo pase, abri la puerta con lentitud sintiéndome nerviosa, el levantó la mirada de su portátil para mirarme.
—¿que sucede? —pregunto sin llegar a ser brusco.
—quería decirte que necesito ropa para dar un pequeña siesta, lo que pasa esque esta ropa me molesta. —hable sin mirarlo, me sentía avergonzada y mis mejillas estaba rojas.
—esta bien se te prestó algo de mi ropa —pregunto levantándose de su cama y caminado hacía su clóset.
¿Usar ropa de el? Esa idea me facinaba, mordi mi labio levemente y asenti.
—si esta bien, si no te molesta —el se acercó a mi y me estiró una camiseta de el y un pantalón de dormir.
—talvez mañana vamos a comprarles ropa a las dos —sonrió volviendo a su lugar, yo asenti sonrojada y corrí hasta mi habitación a ponerme lo que el me dio.
Me había vestido, pero el pantalón me quedo tan grande que solo me termine poniendo el pantalón.
Tome el pantalón y lo doble, camine hacia la habitación de lucas, sintiéndome nerviosa.
Toque dos veces mordiendo mi labio, me daba muchos nervios, abri la puerta al escuchar el pase.
Me adentro a la habitación y el dejó de mirar su portatil para mirame, su mirada recorrió todo mi cuerpo y mis mejillas se calentaron.
—no me quedo su pantalón —dije nerviosa acercandome para dárselo.
El lo tomó dejando su portátil a un lado y me sonrió.
—eso puedo ver —asintió tomando el pantalón.
Rápidamente se lo entregue y me di la vuelta para irme a donde Andrea para dormir un rato, pero su mano me detuvo.
—quédate —susurro, me di la vuelta y lo mire.
Asenti tragando saliva, me senté a su lado sintiéndome aún nerviosa, el tomo de nuevo su portátil para seguir trabajando.
Estaba que me moría de los nervios por estar a su lado, jugaba con mis dedos, el estaba tan concentrado en su trabajo que no se dio cuenta.
Quería besarlo, miraba como se mordía de vez en cuando su labio y eso me estaba volviendo loca.
Pase mi lengua por mis labios de lo nerviosa que estaba, trague saliva, quería darme fuerza para besarlo peor no podía.
—¿quieres preguntarme algo? —pregunto quitando su mirada del portátil.
—n-no ¿porque? —pregunte nerviosa.
—me miras mucho, supongo que quieres preguntarme o decirme algo —dijo con obviedad, aparte la mirada y suspiro.
—no es nada —susurre, no quería pasar vergüenza.
Sentí como el tono mi brazo y me atrajo hasta el quedando en su regazo, no me había dado cuenta en que momento dejó el portátil a un lado.
—no me mientas —hablo con vos sensual, eso iso que me sintiera caliente, se miraba tan sexy.
Me quedé callada no sabía que decirle, el tomo mi cuello sin llegar a ser brusco y me acerco a el.
—se que quieres hacer —susurro en mis labios y sonrió. —quieres que te folle —sonrió con picardia y mi rostro se puso rojo.
Luego y me beso, uniendo nuestros labios, era un beso desesperado y se sentía genial, pase mis brazos por su cuello y el tomo mi cintura acercandome más a el.
Nos separamos por falta de aire y me miro directamente a los ojos.
—¿estoy en lo cierto? —mordió mi labio inferior —venistes a que te coja sin descanso —apretó mi muslo pasando su lengua por mis labios —por eso venistes de esta manera a mi habitación, sabías que caería en tu cuerpo —sonrió mirándome con intensidad.
No hable, estaba tan excitada que las palabras ni me salían, mordi mi labio, quería que de verdad me follara sin descanso.
Senti como sus ojos negros me miraban con intensidad, sintiéndome pequeña a su lado.
—dime, ¿quieres que te folle? —pregunto acercandome más a el.
Yo solamente pude asentir y el no espero más tiempo y me arrojó a la cama y se puso ensima mio.
—te follare tan duro que olvidarás hasta tu nombre —su voz era ronca y sensual eso iso que me diera un escalosfrio y me comenzo a besar.
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El prostíbulo
Short StoryHasna es una chica que vive en un infierno desde los dieciséis años, pero su vida da un giro inesperado cuando encuentra a su salvador, quien será su monedita de oro para llevar acabo su venganza