Leo me había violado, pero lo que hacía diferente a todos lo que antes me habían violado, esque el lo iso sin protección.
—si sales viva de aquí, pues saldrás con un bastardo —me dijo en burla.
Estaba desnuda con la bata sucia por la tierra del lugar, estaba llena de tierra, me dolía mi parte intima y cuando toque con mis dedos sentí un líquido.
Con la poca luz mire que era sangre con su semen, me dio mucho asco y tenía ganas de llorar, no quería estar embarazada.
Cuando terminó de ponerse su ropa, pensé que saldría, pero me agarro del brazo y me levanto hacia arriba.
Me esposo en unas esposas que estaban colgando en la pared de concreto, las esposas era tan altas que tenía que estar de puntilla.
—aqui te quedaras hasta que aprendas —me dijo y iba a salir pero primero pregunte.
—¿y quien vigilara el prostíbulo mientras yo no estoy? —pregunte tratando de no sonar burlesca.
—traerán una nueva —y con eso se fue dejándome ahí.
Día 1
He estado aquí unas horas, tengo mucho frío estoy desnuda, y solo puedo pensar en si estoy embarazada, y si sentiré algún dolor, o tendré vómito.
Tengo hambre, y si mi bebé se puede morir por no comer.
Tenía sueño pero no podía dormir, estaba en una posición muy incómoda
luego cerré mis ojos y me quedé dormida.
Día 2
Me sentía cansada y mis brazos me dolían, senti como me orine ensima, sintiendo lo caliente en mis muslos internos.
Solte un sollozo me sentí sucia, en mis pies goteaba mis fluidos, tenía mucha hambre y tenía ganas de bajar mis manos.
Mi cuerpo me dolía, sentía mi cuerpo congelado por la mini ventana que estaba en la pared como traga luz.
Sentí mis ojos pesados y los cerré un momento y me quedé dormida.
DÍA 3
Mi cuerpo estaba más que cansado, sentía mi boca reseca y mi estómago se retorcia del hambre, solte un sollozo cuando sentí como se retorcia mi estómago.
Me dolía las piernas mi parte intima y no digamos mis pies ya que los mantenia en puntillas, me dolía la cabeza también.
Cerré mis ojos para dormir denuevo pero escuche como habrían la puerta bruscamente.
Abri los ojos y los cerre otra vez por la luz, lo abri de apoco y vi como Ángel me vio y tapó su nariz.
—apestas más que un muerto —dijo con asco, yo no le di importancia.
El me quito las esposas cayendo al suelo, cayendo en mis propios orines, el me miro con asco.
Me agarro del brazo y me jalo hacia mi cuarto y me tiro en el suelo.
—bañate ay un cliente que quiere verte —me adentre al baño con mis piernas temblorosas.
Termine de bañarme y me lave bien ya que me sentía muy sucia, luego lave mis dientes y sali y me puse una bata.
Camine hacia la habitación mi cara estaba demacrada y mis brazos un poco flacos y mis costillas se comenzaban a mirarme.
Al entrar sin esperar alguna orden y con mi cara neutra me quite la bata mostrando mi cuerpo desnudo y la marca de la mordida en mi costilla.
No mire quien estaba ahí, solo sentí como se me acerco y agarro mi cintura, mire hacia arriba y era el, aquel hombre guapo.
Me miraba con preocupación, y tocó con delicadeza la marca de la mordida, el no miraba mis partes íntimas, si no la mordida de mi cintura.
—¿que te paso? —me pregunto con preocupación.
—me mordieron —el soltó un suspiro de tristeza.
—lo sé pero ¿quien lo iso? —yo negué con la cabeza.
—no le diré nada más, porque por su culpa me castigaron —el abrió los ojos en sorpresa.
—¿por mi culpa? —yo asenti.
—si por su culpa, porque usted se fue y pidió el reembolso y pensaron que yo lo había aullentado —baje la mirada —no he comido ni bebido nada en tres dias —el me miro en shock.
—¿tres días? —me dijo aún en shock, yo asenti —lo lamento mucho, yo de verdad, no crei que los castigos fueran tan extremos— apoyo su frente en mi hombro y soltó un suspiro frustrado.
Me quedé en shock era la primera vez que me pedían perdón, eso me iso sentirme mal por a verlo acusado de esa manera
—no, está bien —levante mi mano lentamente y acaricie su cabello el solo soltó un suspiro de satisfacción.
—voy a sacarte de aquí —me tense, tenía que ser una broma .
—¿estas jugando no es haci? —rei con ironía, el negó con la cabeza y la levanto para mirarme.
—no claro que no —agarro mi rostro entre sus fuertes manos —por eso regrese, este lugar se irá ala ruina —lo mire a sus ojos negros —soy un militar —lo mire con los ojos bien abiertos.
—¿e-eres m-militar? —pregunte con miedo, el asintió —porfavor ayudeme, quiero salir de aquí —mis ojos comenzaron a soltar lágrimas, el las limpio.
—por eso vine linda, a salvarte —el me abrazo ignorando mi desnudez, yo solo llore en su pecho. —pero primero comeras algo.
Se alejó de mi y camino hacia su chaqueta y saco una barra de chocolate, se acercó a mi y me sonrió luego me extendió la barra de chocolate.
—se que no es mucho, y talvez te dañe el estómago, pero comelo almenos tendras algo en el estómago —asenti con mis mejillas sonrojadas.
Comi el chocolate y el me sonrió, al terminar de comerlo, chupe mis dedos con los restos, estaba muy rico, tenía mucho tiempo de no haber comido un chocolate.
El me miro fijamente y pasó su pulgar por mis labios, quitando el resto del chocolate, en ningún momento nos dejamos de ver, yo lo mire y llevo su pulgar a su boca.
Por primera vez sentí como mi parte intima se humedecia, y me sonroje al sentir mi humedad.
—creo que hay que aprovechar que pague —se acercó a mi y bajo sus manos a mi trasero y lo apretó —y se como hay que aprovecharlo —me tomo de la cintura y me acercó a el. —y yo se que lo disfrutarás.
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El prostíbulo
Cerita PendekHasna es una chica que vive en un infierno desde los dieciséis años, pero su vida da un giro inesperado cuando encuentra a su salvador, quien será su monedita de oro para llevar acabo su venganza