¡Me matan, limón!: 𝐞𝐧𝐳𝐨 𝐱 𝐦𝐚𝐭𝐢𝐚𝐬

Tipos pesados

Había entrado pocas veces a ese bar, prefería evitarlo, el café de ahí era levemente mejor que el del penal, además de exorbitantemente caro.

Estaba nervioso, no se acostumbraba a llevar a cabo la transacción pese a haberlo hecho ya algunas veces.

El tipo le pasó, sentado en frente suyo,un sobre con plata por debajo de la mesa; él le pasó la bolsa de droga del mismo modo y salió del bar.

Enzo no sabía como podía haberse metido en algo así de pesado, se había pasado la vida haciendo las cosas bien, podría haber llevado una mala vida, tal vez por herencia de su padre, pero no lo hizo, era un hombre decente que pasó años estudiando y luego años trabajando como profesor.

Sin embargo era ahora también un hombre enamorado, se había enamorado de Matías y ese sentimiento lo había metido ahora bajo las garras de tipos pesados.

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Entró al penal y se dirigió directo a la sala de visitas higiénicas donde Francisco lo esperaba.

Este contaba de forma minuciosa la plata y al terminar le sonrío generandole repulsión.

-al pibe tuyo ya lo soltaron, lo tenés que ver ahi, flaco, muy desmejorado...

-no hables de Matias

-¡ay como defiende a la novia!-le dijo burlón-yo no te entiendo a vos, teniendome a mi...

-a vos no te tocaría en mi vida, no sos ni la mitad de hombre que es Matias

Fran sonrío guardandose el sobre entre el pantalón y la ropa interior

-te doy un consejo-le dijo caminando hasta la puerta-no te enamores de un soldadito de Kuku, cuándo Kuku se aburre de ellos siempre tienen la mala suerte de sufrir un accidente

-ojalá se aburra de vos entonces

Fran le guiño un ojo, le tiró un beso y se fue.

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Al día siguiente Enzo esperaba a Matias en las salas y al verlo llegar sintió como su corazón se encogió un poco.
Francisco tenía razón, estaba muy flaco, muy desmejorado, y aunque sonreía al verlo no dejaba de tener la apariencia de un muerto vivo.

Lo detuvo antes de que pueda entrar y le hizo cerrar los ojos, tenía una sorpresa para él.

De la mano lo ayudó a entrar y al abrir los ojos Mati no daba crédito de lo que tenía en frente.

Enzo había armado una especie de picnic sobre la cama, con un mantel a cuadros, queso, fiambres, pan, algunas cosas dulces, gaseosa,y todo lo que se podía considerar cliché y que no le sacaron en la entrada.

había también, justo encima del mantel, un regalo envuelto en un papel brillante.

Mati se quedó parado sin saber que hacer, mientras él le tomaba la mano y le llevaba hasta donde habia preparado todo

-¿qué pasa? ¿no te gusta? sé que fue tu cumpleaños pero...

-me gusta, me gusta mucho...es muy romántico, al final sos terrible trolo

-creo que ese punto ya estaba claro

todo era maravilloso, realmente lo era, había estado en todos los detalles.

se sentaron y comieron juntos.
Pasaron su hora allí, comiendo mientras se contaban cosas, aunque ninguno de los dos se atrevió a hablar de los temas importantes.
Matías estaba muy perturbado por el asesinato del tipo al que le robaron.
Enzo lo estaba por estar traficando drogas.