En casa de herrero

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Esteban no era como ninguno de los otros presos, él no tomaba droga de ningún tipo, nunca lo había hecho, seguia al pie de la letra la premisa de "en casa de herrero, cuchillo de palo". Las drogas para él eran un negocio, no una adicción.

Sin embargo, desde que vivía en ese penal, tenía otro tipo de adicciones, una en particular que a veces parecía más fuerte que otras.

Se había casado joven y nunca se imaginó tener sexo con hombres, pero descubrió que era algo que le gustaba bastante.
sin embargo en sus peores pesadillas imaginó alguna vez que uno de esos hombres iba a convertirse en una adicción, además de un amor ahí adentro.

Él y Francisco tenían una relación fuerte, y aunque solía poner mucha resistencia a ese sentimiento, le era imposible no volver a él.

Atravesando el pabellón de los homosexuales llegó a Francisco por la espalda, aprovechando que estaban solos.
lo tomó con violencia por la cintura y le besó la nuca.

Fran jadeo de sorpresa y volteó a mirarlo, aún entre sus brazos

-¿que haces,desaparecido?

-no empieces-le pidió él besando su garganta

-no me venís a ver nunca, estás siempre re ocupado...-el reclamo de Fran se vio ahogado por un beso violento, combinado con mordidas desesperadas en sus labios que le provocaron dolor-¡ay gordis no seas bruto! me rompes la boca así

-el culo te voy a romper-le respondió él apretandole el culo con ambas manos

-¿quién te apura? dejame darte besitos-le dijo Fran subiendo sus manos hasta su cabeza, dandole besos por toda la cara-que tenso estás

-haceme masajes

Fran lo tomó de la mano, lo sentó en el sofá y se colocó detrás para apretar con sus pulgares en los hombros ajenos

-estás muy contracturado

-mientras vos estás acá pintandote las uñas yo laburo ahi afuera...

Francisco, aunque delicado, no se dejaba faltar el respeto jamás, y aunque todo el penal le tenía miedo a Esteban, él no.
le dio una cachetada fuerte que le dejó los dedos marcados.
Esteban lo miró con bronca sabiendo que por menos de eso,cualquier otro estaría muerto.

-no me hables así nunca más-le dijo serio-aparte no me pinto las uñas, ¿estás ciego?-preguntó volviendo a suavizar su voz, mostrandole las manos

Esteban se relajó sintiendo la cara caliente y los masajes continuaron.

-los negros estos no me sirven más, los voy a tener que limpiar

-y bueno amor, vos sabes lo que tenés que hacer

-¿sabes a quién me crucé en el cogedero con un pibito de los mios la otra vez?-mencionó divertido recordando a Matias y Enzo

-¿en dónde?-preguntó Fran casi histérico apretandole los hombros con violencia

-uh no me rompas las pelotas...

-¿en dónde, Esteban?

-sabes que tengo esposa...

Fran se sentó en sus piernas y volvió a pegarle, esta vez mucho más fuerte

-¡deja de pegarme,la concha de tu madre!-le gritó él tomandole los brazos

-me dijiste que no te la cogias más

-es mi esposa, Francisco

-¿y yo qué soy? ¿el puto que te coges para matar el tiempo?

¡Me matan, limón!: 𝐞𝐧𝐳𝐨 𝐱 𝐦𝐚𝐭𝐢𝐚𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora