Extra 2 (Un papá olvidadizo y un trato beneficioso)

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Ubicado antes del final de la historia

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Ubicado antes del final de la historia.

—Honnie.— Dijo Felix moviendo a su esposo, en un intento por despertarlo.
—Cariño despierta, se te hará tarde.—

El mayor del matrimonio se removió en su lugar, y soltando un quejido, abrió los ojos de manera perezosa.

—¿Qué pasa? ¿Qué hora es?— Cuestionó con voz adormilada.

—Es hora de que te levantes, recuerda que te toca llevar a Minnie a la escuela.— Respondió el menor de ambos, dejando un pequeño beso sobre la frente de su pareja, antes de bajar de la cama. —Te espero abajo.— Dijo, para después salir de su habitación.

Minho no tuvo más remedio qué pararse de su cómoda cama.

Normalmente Felix era quien llevaba a los niños a la escuela e iba por ellos, si no lo hacía el, Jisung se encargaba de ello (A petición del mismo, pues quería convivir con sus hijos), o en algunos casos, la abuela Lee recogía a sus nietos.

Pero ese día le tocaba a Minho ir por Seungmin, pues su esposo tenía que hacer un pedido de pastelillos para un evento, y estaría ocupado; Jisung tampoco podía, ya qué ni siquiera estaba en el país, debido a su trabajo, y su madre ayudaría a su esposo con los pastelillos. Ahora, seguro se preguntaran porque solo iría por Seungmin, fácil, sus hijos mayores no estaban en casa, ya que se encontraban en un campamento.

El moreno salió del baño, se arregló de manera rápida y bajó al primer piso.

—Buenos días familia.— Saludó a los presentes, al entrar en la cocina.

—Buenos días papi.— Seungmin regresó el saludo.

Revolvió cariñosamente el pelo del menor y tomó asiento en su lugar correspondiente.

—Cariño, recuerda que debes ir por Seung, sale a la una y tienes que estar a las doce cincuenta por muy tarde.— Recordó Felix, al dejar un plato con el desayuno frente a su esposo.

—Ya lo se amor, no lo olvidaré, lo prometo.—

—Bien, no quiero que me llamen, diciendo que mi esposo olvidó a nuestro hijo en la escuela.—

El desayuno transcurrió tranquilo, la familia comía en silencio, salvo por uno que otro balbuceo qué daba el pequeño Jeongin.

Al cabo de unos minutos, el mayor de todos, ya estaba listo para irse.

—Cariño.— Llamó Felix a su esposo, justo cuando este estaba por salir de la casa.

—¿Si amor?— Preguntó Minho, dándose la vuelta, para ver a su pareja.

—¿No olvidas algo?— Dijo el menor.

El alto hizo memoria, y según el no olvidaba nada.

—¡Cierto!— Exclamó dándose un pequeño golpe en la frente, antes de acercarse al contrario y dejar un beso en sus labios. —Ahora si, me tengo que ir.—

Un padre a toda madre [Minlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora