Capítulo 10

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Bárbara

Llevaba ya cinco meses viviendo en Ganesville, todo había pasado demasiado rápido y al fin sentía que mi vida tenía un poco más de sentido. Evidentemente, seguía trabajando para los Miller, pero desde hacía tres meses habían empezado a prescindir de mis servicios cada vez más, apenas me llamaban y me escribían emails. Su relación con París seguía igual, ella apenas les veía y ellos seguían manteniendo las distancias, yo, sin embargo había afianzado la relación con ella como nunca antes lo había hecho con nadie, París era ahora parte de mi familia, porque la sentía como tal. Pasábamos muchísimo tiempo juntas y por suerte, compartíamos muchos gustos, por lo que nuestra convivencia era demasiado fácil y nuestra amistad también. Tras pensar mucho sobre si publicar o no su artículo, al final desistí y lo publiqué, no en cualquier periódico sino en el diario donde trabajábamos, había decidido pasar de las normas de Katie y de los Miller, no obstante, eso hizo enfadar a Katie y me acabó despidiendo, con la aprobación de los Miller quienes me echaron la bronca del siglo. Me importó relativamente poco, pero al menos mantenía cerca a París que era lo que verdaderamente nos interesaba a todos. El artículo llegó a muchos otros periódicos como habíamos querido desde el principio, lo que hizo que en muchas zonas se crease una alerta para este tipo de casos. Sin embargo, no fue suficiente, durante los cuatro meses siguientes París me iba mandando las múltiples denuncias de secuestros en hospitales ubicados en distintas zonas de Estados Unidos y Europa, no eran tantos como los años anteriores, pero aún así seguían siendo muchos. También recibimos algunas amenazas anónimas que no logré desencriptar, el que lo hiciese tenía a alguien demasiado bueno detrás de todo, aún así sí que logramos saber que todos esos secuestros estaban conectados y nos llevaban a la misma persona, que de momento, seguíamos sin saber quien era. Entre los cuatro pensamos que sería bueno parar un tiempo y observar desde la sombra cada uno de los movimientos, de ese modo, si alguien nos vigilaba, pensarían que habíamos bajado la guardia. Cuando los Miller dejaron de insistirme me di cuenta de que tal vez sí que estaban conectados con todos estos secuestros, pero aún así había algo que no me encajaba del todo, no obstante, me mantuve en la distancia a la espera de cualquier movimiento sospechoso.

En cuanto a mi relación con Elisa al principio todo iba bastante bien, nos llevábamos genial, encajábamos a la perfección y con ella todo era demasiado fácil. Desafortunadamente, todo lo que parece fácil, acaba convirtiéndose en difícil. Elisa tenía un carácter demasiado fuerte para mi gusto y se enfadaba constantemente, al principio solo eran pequeñas rabietas, pero conforme fue avanzando la relación se convertía en un torbellino imposible de frenar. Me había pedido que cuando se graduasen me fuera a vivir con ella, pero teniendo en cuenta mis circunstancias no lo veía claro. Esta noche había quedado con ella, íbamos a salir a cenar y si surgía el tema hablaríamos sobre ello, aunque yo intentaba evitarlo a toda costa, no obstante cuando fui a recogerla a su residencia me hizo pasar a su habitación y volvió a hacerme la dichosa pregunta mientras terminaba de arreglarse.

–¿Y bien? ¿Has pensado lo que te dije la semana pasada? He estado mirando un par de apartamentos o incluso podríamos quedarnos en el tuyo, pero necesito que me des una respuesta.

–Volveré a España, Elisa– le respondí de repente. Ella se quedo callada y yo continúe. Tengo allí a mi familia y como ya te comenté mi madre tiene una enfermedad que cada vez va a peor, necesita a su hija y yo la necesito a ella. No sé cuanto tiempo podré tenerla conmigo y quiero disfrutar de su presencia, porque amo estar con ella– le dije asomándome a la ventana de su habitación. El invierno estaba en su máximo esplendor, y aún así no hacía demasiado frio.

–Te entiendo Brittany, pero aún así pensaba que si tu madre fallecía, volverías aquí– me respondió haciendo pucheros y acercándose a mi.

–Te recuerdo que tengo un padre. Sé que tú no lo ves nada claro, pero tú tienes a tu familia contigo. ¿Acaso te vendrías a España y los dejarías aquí solo por mí? Porque es justo lo que me estás pidiendo– le dije un poco enfadada. Elisa estaba siendo egoísta y no me gustaba que siempre barriera para su lado.

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⏰ Última actualización: Mar 04 ⏰

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