Eres Mia, Pequeña (Dramione)

epílogo

Casi cuatro años pasaron desde la boda. Durante un tiempo ambos jovenes se dedicaron a disfrutar de la vida juntos, de pasear y crecer como pareja.
El último año de Matrimonio, ambos erradicaron en la mansión Malfoy en Inglaterra, la misma en la que Draco creció, llegaron a vivir a esta cuando los padres del rubio se fueron a Francia, y cuando ellos decidieron volver de Austria.

Ella se sentó en la biblioteca de su nueva mansión, Hermione disfrutaba de estar ahí, ese era su lugar favorito en esa casa tan grande que ahora le pertenecía a ella. A pesar de estar siempre sola durante el día, Hermione no se sentía así, pues los elfos domesticos la acompañan sentandose a su lado durante horas, algunos a tejer, otros a dibujar y otros simplemente a descansar.

Draco como cada dia, exactamente a las 7 de la tarde entró por la puerta de la biblioteca, se sentó en el mismo lugar de siempre y durante quince minutos miró a su esposa leer tranquila, sonriente mientras su gran barriga de casi ocho meses de embarazo se mueve con locura al sentir como Crookshanks se acostaba a dormir sobre la barriga.

Si había algo que Draco amaba últimamente era ver el vientre de su bella esposa crecer. Sabía que los pequeños gemelos que esperaban, Casiopea y Scorpius Malfoy, que crecían allí dentro lo tenían embelesado, ¿y cómo no? Era la prueba disoluta de que Hermione era suya, de que su amor era aun mas fuerte que antes, y solo podía maravillarse por la idea de tener a sus hijos en sus brazos pronto.

Más veces de la que admitiría a cualquiera, se arrodillaba frente a su esposa, acariciaba su vientre, y le hablaba a sus hijitos de esto o aquello. Si se sentía particularmente emotivo, incluso le cantaría alguna canción de cuna o les contaría un cuento. Y Hermione lo observaba todo en silenció, con sus ojos brillantes, rebosantes de amor y dicha porque Draco Malfoy era todo lo que una mujer podía pedir en un esposo y más.

El esta vez no saludo a su esposa, quien aun ignoraba que el ya se encontraba en casa. Se arrodillo directamente y beso la barriga de su esposa, sintiendo aún más fuerte las patadas.

- hola papá - dice la castaña - ¿Llegaste a jugar? - el le sonrie - estaban esperandote, durmieron toda la tarde, y creo que saben que a esta hora llegas.

- claro que lo saben - se levanta y besa sus labios - estas hermosa hoy.

- eso me lo dices todos los días - el se sonríe y besa su cuello.

- todos los días estas hermosa y apetecible - susurra y ella lo abraza sonriente.

Un dolor en el vientre la hizo apretar con fuerza las manos de Draco. El la abrazo y ella suspiró al sentir que el dolor estaba pasando rápidamente.

- creo que son contracciones - dice Hermione - pero aun falta mucho.

- ven, vamos a descansar - le sonrie el rubio - estas cansada.

- cansada de que, solo me siento a leer aqui todo el dia - ella se ríe

- pues estas cargando dos bebés, mi vida. Es normal que estes cansada, aun así llamaré a la partera, a tus padres y los mios porsiacaso. - ella asiente.

Draco la ayudo a sentarse en la cama de ambos, el beso sus labios y se fue unos minutos para llamar a sus padres, suegros y a la mujer que acompañará en el parto a su esposa para que la revise y no arriesgarse que algo le pase a sus hijos, o peor aún a su amada esposa.

Casi cuatro horas mas tarde, James, Lily, Narcisa, Lucius, Harry, Pansy, Sirius y Lupín miran al rubio pasearse por todos lados nervioso. El solo se detenia a mirar la hora, llevaban una hora dentro, y no sabía que estaba sucediendo, solo sabía que sentia los quejidos de dolor de su esposa y a rato gritos.

Un llanto agudo lo hizo detenerse, le siguió unos minutos mas tarde otro llanto aun más agudo que el primero, la mirada de sus suegros y sus padres se detuvo en el rubio que estaba paralizado y luego se rieron al ver como entro con desesperó a penas la partera lo dejó ingresar.
A penas entró, se encontró a la castaña sosteniendo a sus dos pequeños en su pecho, mientras ella con sus dedos acariciaba sus pequeñas cabezas, el se acercó nervioso y miró a su esposa.

- ¿estas bien pequeña? - ella asiente y el besa su mejilla- te amo mi amor.

- y yo a ti amor - le sonrie ella - mira papá, el es Scorp y ella es Casiopea. - el se sienta a su lado y la abraza, mientras su mano libre acaricia el rostro de sus pequeños.

- son hermosos - se ríe y los carga a los dos - ¿verdad que son perfectos? - ella asiente sonriente.

Casi una hora mas tarde mediante una poción que le dió la partera, el cuerpo de la castaña volvió a su normalidad. Ellos salieron jubto a los pequeños que dormian en la carriola, a penas dejaron esta para que ellos los vean, fueron arrebatados y cargados enseguida por Lucius y James, Lucius llevándose a Scorpius y Casiopea siendo llevada por James.

- son iguales a Draco - dice James con diversión.

- si, son Malfoy - dice Lucius con orgullo mirando al pequeño quien estaba abriendo sus ojos por primera vez dejando ver sus ojos de color Gris.

Draco abrazo a su esposa, quien se acurrucó en su pecho. Por primera vez desde que conoce a James, no le ha dicho que no toque a su esposa, está tan concentrado en la pequeña Cassy que ignora la presencia de ambos.

- bien, nos vamos al fin nacieron, debieron nacer hace dos meses. - dice James y Hermione lo mira con burla

- papá, nacieron un mes antes - dice la castaña.

- exacto, tardaron - dice el hombre - la traigo el fin de semana que viene para que la vean.

- si, yo también traere al pequeño Scorpius la semana que viene querido - Draco frunce el ceño.

- dejen a mis hijos aquí - dice serio - nadie se los llevará de aqui. - ellos miran a los chicos y luego a sus esposas quienes les hacen señas de que dejen a los bebés.

- ¿debemos dejarlos? - dice James y Hermione asiente - somos sus abuelos, tenemos derechos.

- acaban de nacer - dice Draco - queremos disfrutarlos nosotros.

Los hombres a regañadientes dejaron a los pequeños en el mismo lugar de donde los sacaron. Luego de felicitar y abrazar a sus hijos, y cenar todos juntos con toda la atención en las carriolas. El matrimonio quedo solo, Draco miró a su esposa acostar a los gemelos y la abrazo por la espalda, para mirarlos sonrientes.

- no pense que fueran a nacer hoy - dice ella - esto es tu culpa.

- ¿mia? ¿por que? - el se sonríe.

- cuando te fuiste por la mañana les dijiste que querias verles las caras - el besa su cuello - y que ya tenian que salir.

- es que ya quería conocerlos. - se sonríe - y tenerte entre mis brazos asi, nuevamente.

- lo se y yo queria estar asi- besa sus labios. - y son perfectos nuestro pequeños dragones.

- son perfectos como su madre - le susurra Draco.

Ellos disfrutaron de ver a sus hijos dormir, estaban maravillados, embelesados de los hermosos y perfectos que eran.
Draco beso la cabeza de su esposa, quien se acurrucó en su pecho al sentir los grandes brazos de su esposo arropandola, Hermione estaba feliz. Al fin tenia a sus gemelos, al fin estaba nuevamente entre los brazos de su esposo, mirando con dulzura los frutos de su amor.