" Gato extraño. "

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Satoru Gojo era conocido por ser un modelo de una categoría reconocida, por supuesto, también por su "mal" carácter, esto debido a que su personalidad no era nada fácil de aguantar para muchas personas; Exceptuando claro, a este tipo de personas que querían actos románticos o acercamientos sexuales con el albino.

Pero también era conocido porque era muy de ciudad, era un chico que dependía de toda manera de aparatos electrónicos, igualmente, de sus autos, comidas instantáneas, discotecas y, mujeres. Ese tipo de cosas, no soportaría estar en un lugar... ¿Cómo decirlo?, en un pueblo o rodeado de campo, pues no sabe ni cocinar, ¿Cómo sobreviviría a eso?, apenas y podía darle comida a su gato negro y la misma era instantánea... Ahora cree saber porqué está tan grande y pesado el gato negro.

Dejando eso de lado, no sabía que hacía en su cama dando vueltas una y otra vez, no era sorpresa para nadie que estaba acostumbrado al ruido de la ciudad. Pero sorprendentemente últimamente se siente tan cansado que no puede pegar el ojo de ninguna manera y, debía hacer algo, pues su carrera de modelaje podía verse perjudicial si no dormía correctamente y bajaba de peso o sus ojos comenzaban a tener esas bolsas abajo de sus hermosos ojos. Ni siquiera supo como logró para perderse en sus pensamientos y, escuchar la alarma al lado de su cama sonando como loca indicando que ya era hora de levantarse. Gojo dió un pequeño gruñido, con sus manos pasando por sus ojos soltando un suspiro largo mientras se quejaba en voz alta.

── Dios, por favor no. ── Dijo, haciéndo referencia a tener que pararse de la cama y enfrentar todo el día de hoy que se le venía encima. Joder, ya denle un descanso al pobre hombre.

El gato negro de gran tamaño que, ya casi ni parecía un gato sino un puma, enojado por ser despertado, golpeó con su pata al despertador, logrando que el mismo caiga de la mesita de noche y, el despertador se estampe contra el frío suelo, causando una risita por parte de Satoru, quién también se llevó un pequeño golpe de la pata de su gato por reírse y, no haber hecho nada para apagar la máquina él mismo; Se quejó un poco mientras veía como su gato se bajaba de la cama con la cola alzada y, orgulloso de sus acciones, salía de la habitación. Satoru supo que debía hacer exactamente lo mismo, sin embargo, se quejó un poco más en su cama.

Luego de unos minutos que se le hicieron súper rápidos, se puso de pie, colocándose sus pantuflas de unicornio y se estiraba, causando que sus huesos hagan un ruido un poco extraño, pero poco o nada le preocupaba, no había dormido nada y, se sentía como un zombie. Decidió que debía bañarse y cepillarse los dientes para despertarse por completo. Así lo hizo, quedando bastante limpio, aún así, Satoru sentía que la gente se percataría de su falta de sueño. Se observó en el espejo y, se sonrió a sí mismo, guiñándose un ojo mientras pasaba una mano por su cabello.

── Con falta de sueño y sin ganas de nada, pero aún me sigo viendo increíble. ── Alimentó su ego aún más, saliendo del baño en busca de tapar su cuerpo blanquecino. Escogió una ropa ancha y liberal, pues estaban en verano y el calor estaba que los hacía sopa a todos.

No desayunó, pues se le habían acabado las comidas instantáneas y, no sabía ni hacerse un huevo, que entrara en la cocina debía ser algo ilegal. Aunque no era sano irse sin comer nada, de camino compraría algo de comer. Por otro lado, sí o sí le dió comida a su gato, quién tampoco parecía interesado, pues seguía enojado con él, entonces lo ignoró y se fué a dañar los sofá. Gojo hizo mala cara ante la indiferencia de su gato y salió de casa. Al lugar al que tenía que ir no era muy lejos, simplemente tenía que reunirse con su mánager; Utahime Iori.

── Te ves de la mierda, Satoru. ── ¡Qué amabilidad!, Gojo se sintió conmovido con su increíble preocupación. Nótese el sarcasmo.

── ¡Hola, Utahime!, sí, yo estoy bien, ¿Y tú?, qué bien, me alegra, ¿Ya desayunaste?, yo también. ── Mencionó sarcástico, pues lo primero que quería oir de otra persona apenas salía de casa no era eso. Organizó sus gafas de sol, mientras se cruzaba de brazos con una expresión molesta en el rostro.

𝖠𝗆𝗂𝗀𝗈𝗌, ¿𝖸 𝖺𝗅𝗀𝗈 𝗆𝖺́𝗌? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora