Luhan pensaba acerca de la petición de Sehun de mudase con él. Admitía que le intrigaba. ¿Habría hecho una elección correcta al decirle a Sehun que no?
No, era mejor conocerse primero. Se sentía confiado en esa decisión. Luhan empezó a acomodar la mercancía, abriendo las cajas y sacando el aceite de motor.
Los acomodó en los estantes tirando los más viejos hacia el frente.
Pateó las cajas vacías hacia el fondo y fue a tirarlas al contenedor de basura, Luhan las lanzó dentro, no podía demorarse, no había nadie en la tienda ahora. Cerró la puerta trasera y regresó a limpiar. Todo estaba hecho, solo le faltaba trapear.
Luhan pensó en Sehun, en su hermoso cabello plateado y sus ojos tan negros. La manera en que lo veía y protegía de los peligros.
Quizás estaba siendo un poco egoísta.
Haría cualquier cosa por emparejarse. Si fuera posible rehacerlo, Luhan decidió que quería que Sehun lo reclamara.
Ese mes había sido el más feliz de toda su vida. Sehun lo hacía reír, lo hacía sentirse amado y más que todo lo hacía sentirse a salvo. Él no se había dado cuenta de lo que se estaba perdiendo hasta que Sehun se lo mostró.
Aún tenía que imaginar cómo podría eso funcionar con su familia, pero odiaba cuando Sehun se iba por las noches y odiaba tener dos trabajos. Luhan aun quería trabajar, pero en la pequeña ciudad que Sehun le había descrito. Se oía cool. Él había vivido en esta ciudad toda su vida, nunca exploró fuera de sus límites. ¿Cómo sería vivir en una pequeña ciudad?
—Miren quién está aquí, el loco tatuado que no nos compró la cena. Veo que tu ojo sanó.
«Oh, joder». Eran los tres chicos del restaurante soul. Esto no podía estar sucediendo.
No ahora.
No cuando él había decidido dejar todo esto atrás. Tenía la peor suerte del mundo.
Luhan llevó las manos debajo de la registradora, presionando el botón verde de su teléfono celular. Vernon sería la última persona a quien llamaría, pero Sehun estaba patrullando y no sería capaz de ayudarlo.
Vernon estaba mucho más cerca.
Luhan rápidamente vio que estaba llamando. Sólo rezaba porque no lo enviara al correo de voz. Vernon era su única esperanza.
—Ahora nos debes una cena y una buena montada a tu culo. ¿Crees que fue lindo que enviaras a esos tipos tras nosotros?— El líder avanzó hacia Luhan, curvando sus labios en un gruñido.
¿Qué infiernos era el problema de este tipo?
¿Y por qué lo hacían a él el blanco de sus ataques?
Luhan estaba aterrado. Él no podía encargarse de uno, mucho menos de tres.
Esto iba a ser realmente malo.
Rezaba por no tener que necesitar de un hospital cuando terminaran con él. ¿Por qué no podía ser esa noche una de las noches en las que Sehun se quedaba en el estacionamiento? Su pareja se hubiera encargado de ellos incluso antes de que entraran a la tienda.
—Vamos, chicos. Démosle un poco de diversión al Señor yo- tengo-dos-hombres. Dado que puedes manejar dos, no tendrás problemas para manejar tres. Espero que estés estirado y lubricado. —El chico se rió, tomando su entrepierna para mostrarle a Luhan lo que quería decir.
Jaló a Luhan sobre el mostrador, tirando todo al suelo, mientras lo jalaba hacia la parte de atrás de la tienda. Luhan luchaba como un loco. Ellos estaban a punto de violarlo, y no había una maldita cosa que pudiera hacer.
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Manada Park #9
FantasyCalmadamente, Oh Sehun deja que Baekhyun, la pareja del Alfa, hable con él para que le ayude en un plan, pero esta vez, la aventura de Baekhyun lo guiará directo hacia su propia pareja. Xiao Luhan tiene dos trabajos para sobrevivir y tener una cit...