Finalmente lo habían logrado, ganaron la tercera, pudieron ver a Messi alzar la Copa antes de su retiro. Las lágrimas eran visibles en muchos rostros, ya sean de jugadores como de la gente, después de tantos años pudieron llevar tal alegría al pueblo argentino.
La hinchada argentina era un caos, los propios jugadores estaban descontrolados. Todo el esfuerzo que habían puesto en este Mundial dió sus frutos, logrando que ellos salieran campeones.
El estadio cantaba « Muchachos » a todo pulmón, mientras saltaban como locos junto a la Selección. La familia de cada jugador fue corriendo a abrazarlos y festejar juntos, ellos también sufrieron cada partido y, al igual que la gente, tampoco perdieron la fe.
— ¡Papi! ¡Mami!
Victoria corrió hasta sus padres y los abrazó a ambos, como pudo, con sus pequeños bracitos; la niña tenía los ojitos llorosos cuando levantó la cabeza para mirarlos. Quizás no estuvo en mundiales anteriores y no sufrió lo que el resto de argentinos mayores que ella, sí; pero el sentimiento se contagiaba sin importar la edad que tuviese.
— ¡Mi amor! — Enzo no dudó en abrazarla con todas sus fuerzas, y Leandro los abrazó a ambos, mientras lloraba de felicidad.
— ¡Ganamos! ¡Ganamos! — Decía la pequeña eufórica, con la alegría a mil.
— Sí, Vicky, ganamos — Respondió el Omega con una sonrisa, antes de volver a estrecharla entre sus brazos.
A Leandro y Enzo les hubiese encantado poder besarse en aquel momento en el que Montiel pateó el penal que los coronó como campeones; pero, claramente, no podían por lo que debían dejar eso para su intimidad.
Lo que sí podían era festejar junto a su hija y a su país.
En la entrega de premios, cuando anunciaron el nombre de Enzo, seguido de que fue el mejor jugador más joven del Mundial, Victoria lo ovacionó como nunca.
— ¡Ese es mi mami! — Gritó a todo pulmón para, luego, aplaudir ruidosamente.
Cómo era de esperarse, la pequeña también festejó cómo loca las premiaciones de Messi y Dibu, y cuando comenzó a abuchear a Mbappé, Enzo tuvo que callarla para evitar futuros rumores estúpidos.
Luego, vino la entrega de medallas y la Copa para el seleccionado argentino; en ese momento Victoria se quedó junto a Scaloni.
Messi alzó la Copa y los fuegos artificiales estallaron a sus espaldas, coronándolo campeón no solo a él, sino a la Argentina entera. Fue simplemente un hermoso espectáculo, nadie sería capaz de olvidar aquel momento.
Después siguieron las fotos, en dónde cada uno se turnaba la Copa para poder tener un recuerdo con ella, acompañado de sus familiares.
— Disculpa, Anto, ¿podrías sacarnos una foto? — Enzo le preguntó a la mujer de Messi, a lo que ella asintió sin problemas.
Leandro alzó a Victoria y rodeó con su mano libre la cintura de Enzo, la copa la sostenía la pequeña, una vez que los tres estaban acomodados, sonrieron y Antonella sacó la foto.
— Salieron hermosos — Dijo la Alfa, devolviéndole el celular a Fernández.
El Omega vió la foto y sonrió. Ya sabía cuál sería su nuevo fondo de pantalla.
— Muchas glacias, señolita Antonella — La pequeña agradeció y la Alfa no pudo evitar sonreír, mientras le pellizcaba suavemente una mejilla.
— De nada, corazón.
Luego, la mujer se fue con su esposo e hijos, dejando a solas a la familia.
🔸🔸🔸🔸🔸🔸
Cuando llegaron a la Argentina, fue vivir una emoción completamente diferente a la de ganar la Copa, ver a todos los hinchas esperándolos en el aeropuerto y, luego, acompañándolos en su recorrido por Buenos Aires, fue simplemente emblemático.Tanta gente que les estaba haciendo el aguante, que confió en ellos y que los alentaban en cada uno de sus partidos. Sin ellos no podrían haber hecho gran parte de lo hicieron, porque todo ese amor que les daban, los hizo más fuertes mentalmente.
Pero todo llegaba a su fin y ahora sus caminos se dividían hasta nuevo aviso; debían volver a sus rutinas de antes.
— Te voy a extlañal mucho, Libu — Victoria lloraba, mientras abrazaba con fuerza al arquero.
— No llores, peque, sabes que cuando quieras, podés ir a visitarme — Emiliano la consolaba, mientras sobaba la espalda de la menor. Martínez estaba haciendo un gran esfuerzo para no llorar también, pero sus ojos llorosos lo delataban.
A todos les partía el alma ver esa escena, ya que sabían cuánto se habían encariñado esos dos. Prácticamente eran inseparables, desde que subieron al avión hasta ahora no se alejaron ni un poco; nada más cuando tenían que ir a dormir.
— No me olvides, ¿si? — Le dijo la pequeña, mientras se secaba las lágrimas con sus manitos.
— Nunca, enana, siempre te voy a llevar en el corazón.
— ¿Plometido? — Victoria alzó su meñique, mirando al mayor.
— Prometido — El Dibu juntó sus dedos, sellando de esa forma su promesa.
Después, Enzo y Leandro se fueron, llevándose con ellos a una Vicky deprimida, quién estaba con su cabecita recostada en el hombro del Omega.
— No estés triste, Vicky, ya vas a volver a ver al Dibu — Fernández trataba de consolarla, mientras le abrochaba el cinturón de seguridad.
— ¿Cuándo?
— Cuando él esté libre, yo le pregunto si podés ir y te aviso, ¿está bien? — La niña asintió — Ahora dormí un poco, cuando lleguemos a casa, te despierto.
— Bueno, mami.
Una vez que salieron del predio de la AFA, se encaminaron hasta su hogar en San Martín, ya que allí era en dónde estaba su casa cuando venían de visita a Buenos Aires.
— Lo logramos, amor, pudimos hacer que Messi levantara la Copa — Leandro dijo contento, tomando la mano de su pareja y besándola, sin apartar la mirada del camino.
— Sí, amor, todavía no caigo — Enzo sonrió — Lo que más me gustó es que pudimos compartir todo este viaje con Victoria.
— Seeh, estoy seguro que esa enana no se va a olvidar nunca de esto — A Paredes también se le formó una sonrisita en el rostro — Sobre todo, no se va a olvidar del Dibu.
— Ay, cállate, una vergüenza me dió pedirle su número, estando la mujer ahí delante mío; ¿mirá si piensa que le voy a robar al esposo?
— ¿Cómo podría pensar así de vos sí sos un amor, Enzi? Además de que ya estás marcado, sería medio estúpido de tu parte al meterte con otro Alfa — Enzo golpeó el hombro de su pareja — ¿Qué?
— Ya quiero llegar a casa, estoy cansadísimo.
— Yo que vos duermo un poco ahora, porque cuando lleguemos a casa tampoco vas a poder descansar.
— ¿Por qué? — Leandro le dió una rápida mirada, al mismo tiempo que apretaba el muslo del Omega y éste, inmediatamente, se volvió rojo al entender las palabras de su Alfa — Sos un tarado.
— Tengo que reclamar mi premio por ser campeón del mundo, ¿o no?
— Cállate y seguí manejando.
Una inmensa alegría y un recuerdo que quedará en la memoria de todos los argentinos. Eso fue lo que se llevaban Leandro y Enzo de este Mundial.
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Un crío en la Scaloneta - Enzo & Leandro [Adaptación]
Random★ A child in the Scaloneta - EnzoLean ★ ❝ Dónde Enzo y Leandro no saben con quién dejar a su hija, así que deciden llevarla a Qatar con ellos.❞ 🔴 Historia Omegaverse. 🔴 Ship: Enzo Fernández & Leandro Paredes. 🔸Enzo - Omega. 🔸Leandro - Alfa...