08: Salida familiar.

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El partido contra Croacia estaba a la vuelta de la esquina y, realmente, los chicos no se creían que ya habían llegado a Semifinales. Por sus cabezas solo pasaba ganar la Copa y alzarla con orgullo para todos los argentinos.

Debido a sus grandes esfuerzos y el arduo trabajo, Scaloni les permitió tener un día libre para que disfrutaran de Qatar con sus familias.

Así que, acá tenemos a Leandro y Enzo quiénes, por las leyes que tenía ese país, no podían verse como una pareja frente al público, paseando con Victoria delante de ellos. Les molestaba bastante no poder expresar su cariño como lo harían en cualquier otra parte del mundo, pero debían adaptarse a las reglas de ese lugar.

— Mami, apulate o vamos a llegal talde — Dijo la pequeña, mientras tomaba la mano de Enzo para que caminara más rápido.

— Está bien, Vi, el parque no se va a ir.

Habían decidido pasar su día libre en un parque que encontraron en Google que, supuestamente, era una gran atracción en Qatar. No se equivocaban, ya que el lugar era inmenso, con un toque veneciano en su decoración y lleno de juegos para niños de todas las edades.

Al entrar en el lugar se encontraron con qué había bastante gente, pero no la suficiente como para sentirse agobiados. Los dos jugadores tuvieron que disfrazarse para no ser reconocidos y si bien Victoria no tenía que hacerlo, la niña igualmente quiso jugar a los disfraces con sus padres.

— Quielo subil a la lueda gigante — Pidió la menor, señalando la noria.

— Esa cosa es re pete, Vicky, subamos a la montaña rusa — Le dijo Leandro.

— Ese me da miedo, papi.

— No seas maricona — Inmediatamente, Enzo le dió un codazo a su pareja, quien lo miró sin comprender — ¿Qué?

— Vamos a subir a todos los juegos que vos quieras, Vi, mami te va a acompañar — Fernández ignoró la pregunta del Alfa y acarició las mejillas de su cachorra.

— ¡Sí! — La niña chilla feliz, antes de tomar, nuevamente, la mano del Omega — Vamos a la lueda, mami, papido, papido.

Estuvieron gran parte del día subiéndose a los juegos para niños pequeños, cosa que Leandro detestaba, ya que ninguno era divertido en sí. Comieron algunos dulces y se sacaron varias fotos para tener de recuerdo.

Cuando llegó la hora de irse, cierto pequeñín estaba enojado.

— La puta madre, no me pude subir a la montaña rusa, estoy re enojado — Paredes se quejó, cruzándose de brazos y haciendo un puchero.

— ¿Y por qué no te subiste solo, tarado? — Enzo le preguntó, quién tenía a upa a una Victoria somnolienta.

— No me gusta subirme solo, voy a quedar re tonto — Fernández rodó los ojos y suspiró.

— El lugar está abierto hasta tarde, si querés dejamos a Vicky con el Dibu y venimos los dos solos… ¿Querés?

— Sí — El Alfa respondió feliz, antes de agarrar a su pareja del brazo y empezar a arrastrarlo — Dale, Enzi, apúrate .

— Esperá, boludo, que me voy a caer.

A veces, Leandro parecía más un nene que su propia hija. Solo bastó con dejar a Victoria, que casi arrastraba de nuevo a Enzo hasta el parque; en dónde, contento, se subió a la dichosa montaña rusa y otras atracciones más.

Un crío en la Scaloneta - Enzo & Leandro [Adaptación]   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora