Capítulo 4 - ¿Lo soy?

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Franky le dejó en la puerta de casa, había sido un día muy largo, el torneo, la fiesta y el camino de vuelta a casa le había dejado agotado, suerte que al día siguiente no había clase. Iba directo a su habitación cuando vio la luz de la cocina y se acercó a ver quién había despierto, resultó ser su madre, que estaba leyendo algo mientras se tomaba un té.

- Hola, cariño. ¿Lo habéis pasado bien? – preguntó mientras se quitaba las gafas para prestarle atención.

- El cabeza de musgo ha ganado el torneo y hemos ido a celebrarlo. – se acercó a ella para darle un beso en la mejilla y puso la tetera a hervir agua.

- ¡Oh, me alegro mucho por él! Seguro que estarás muy orgulloso de tu amigo. – rio, aunque Sanji le llamase así, sabía que lo consideraba su mejor amigo.

- Sí... - sonrió - ¿estás trabajando todavía? Es tarde, deberías irte a dormir.

- Solo estaba repasando estos documentos, iba a dejarlo ya, aunque ahora que has llegado tú me apetece charlar un rato contigo.

- ¿Sobre qué? – preguntó mientras ponía la infusión en el agua.

- Tus hermanos me han contado que te has enterado de lo de Ichiji.

- ¿Qué? ¿Tú lo sabías? – se sorprendió - ¿Y cuando te lo han dicho?

- Jeje, me lo han contado esta tarde mientras estabas en el torneo. Se alegran mucho de que te lo hayas tomado tan bien que incluso vas a prepararle donas a su novio.

- Eso no es nada... - se encogió de hombros sentándose frente a ella.

- Eso significa mucho para tu hermano. – estiró su mano para alcanzar la de su hijo y dedicarle una sonrisa orgullosa.

- Yo... - bajó la mirada para ver el contacto – confieso que ha sido toda una sorpresa y que al principio lo había rechazado por completo.

- Dices "al principio", ¿ahora que piensas?

- Pues... después de ver a Ichiji tan emocionado por su noviazgo con Katakuri... no puedo ignorar lo feliz que se siente, lo feliz que le hace estar con él sin importar que sea un chico.

- ¿Ha sido difícil de aceptar?

- No, la verdad es que no. – admitió relajando sus hombros.

- Pareces aliviado. – acarició la palma de su mano – Es normal que tuvieras dudas, para ti es algo nuevo el aceptar que dos chicos puedan quererse, pero ya has visto que, mientras se quieran y se respeten, puede funcionar igual que una relación heterosexual.

- Sí... he sido un poco idiota al pensar lo contrario, pero es que de verdad me ha sorprendido, ¿a ti no?

- Cielo, soy vuestra madre. – sonrió abiertamente – Os conozco más de lo que creéis, aunque tratéis de ocultarme cosas a mi o a vosotros mismos.

- ¿Qué quieres decir con eso?

- Jejeje, nada. Cada uno de vosotros lleváis vuestro propio ritmo, ya lo entenderás llegado el momento.

- ... - desvió la mirada, porque encontrarse con la azul de su madre en ese momento le daba vergüenza... y no quería admitir nada más - ¿a ti te parece bien que esté con un chico?

- Chico o chica, eso no importa mientras la persona tenga buen corazón y quiera cuidaros y respetaros.

- H-Hablaba de Ichiji. – se sonrojó.

El cocinero que lo tenía todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora