Capítulo 8 - El Cumpleaños de Sora

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Cuando Sanji volvió a abrir los ojos se dio cuenta de que no estaba en la universidad, estaba en su habitación. ¿Qué había pasado? Juraría que estaba hablando con Zoro y Luffy... sin recordar de que hablaban. Intentó hacer memoria, todo era confuso hasta que se rindió y decidió levantarse de la cama. Fue directo a la cocina tras asearse y vestirse descubriendo que todos habían terminado de desayunar.

- Oh mierda, me he dormido. – corrió al cajón donde estaba el thermo para llenarlo de café.

- ¿A qué tanta prisa, hermano? – preguntó Reiju al verlo tan agitado – Hasta la tarde no iremos a la casa de la playa.

- ¿Eh? – se quedó parado a punto de verter el café – Aun falta para el fin de semana, tenemos que ir a clase.

- Jajaja, tío. Has estado en las nubes estos días, pero no sabía que tanto. – se burló Niji – Ya es sábado.

- Imposible, ayer... - miró el calendario de la pared donde efectivamente estaban los días tachados como si ya hubiesen pasado.

- Ayer te pillaste una buena en el bar al que fuimos a tomar unas cañas con Katakuri y Zoro. – respondió Ichiji sacando su Den Den Mushi para mostrarle las fotos – Mira.

- ... - echó un vistazo, estaban en el perfil de su red social donde tenía comentarios y corazones de otras personas comentando sobre ellos y sus hermanos.

- ¿Tienes resaca? No es plan de que vayas así al cumpleaños de mamá. – intervino Reiju de nuevo.

- No, no, estoy bien. – dejó el thermo en su sitio y se puso el café en su taza favorita mientras intentaba hacer memoria.

- Yo no sé para qué te metes en la competición de beber entre Kata y Zeta, estaba claro que ibas a perder. – se mofó Yonji - ¿Tú los has visto? Eres un tirillas comparado con ellos.

- Si hicieran un sándwich contigo te reventarían.

- ¡Joder, Niji! – pusieron mala cara Ichiji y Sanji a la vez mientras gruñían con desagrado.

- Podríais hacer intercambio de pareja más adelante si os va la marcha. – continuó feliz el de pelo azul al verlos asqueados por sus ideas - ¿Un trenecito?

- Con semejantes locomotoras reventaban las vías, ¡jajajaja! – se partió de risa Yonji.

- Suficiente, estaré en mi habitación hasta que tengamos que irnos. – huyó Ichiji para dejar de escuchar ordinarieces.

- ¿Por qué sueltas tales barbaridades, hermano? – le echó una mirada fulminante el rubio quedándose solo al frente.

- Porque es divertido sacaros los colores, obvio. – respondió Niji.

- De todas formas, está claro que le gustas mucho a Zoro, no te cambiaría por Ichiji. – añadió Reiju.

- ¿Q-Qué? – se sonrojó.

- ¿Se supone que era secreto? – preguntó Yonji – le comiste la boca delante nuestra en el bar, Señor Discrección.

- Ay, Dios...

- Eso dijo él. – rieron y dijeron a la vez el de pelo verde y azul.

- Dejadlo ya. Me muero de vergüenza...

- A mí me gusta más Zeta para ti que Nami. Con él eres tú mismo, no andas de puntillas con todo lo que haces o dices para agradarle. Le soltases toda clase de insultos y patadas y él siguió a tu lado poniéndote ojitos de enamorado en cuanto no le mirabas.

El cocinero que lo tenía todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora