𖹭 . 𝗎𝗇𝗈

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Cuando el auto de su madre aparcó en la acera de su casa, bajó a toda velocidad, huyendo a su habitación, pues debía evitar que sus padres pudieran regañarle demasiado. Pero cuando pasó por la cocina encorvado, de puntitas para que su padre no lo escuche, su pequeño gato comenzó a maullar alegre, dándole la bienvenida.

—¿Moomin?— Okay, lo admitía, a veces su gatito era tan ruidoso como él al emocionarse. Mala costumbre que debían corregir ambos— Oh, Sun, ¿te sientes bien? El director dijo que era urgente cuando llamó —Lo retiraron ni bien pasaron dos horas de escuela. Por involucrarse en una pelea. De nuevo.

—S-si, digo.— Se aclaró la garganta para continuar, mientras su padre comenzaba a divertirse al verlo despeinado y con la ropa sucia- Me duele el estómago, si. Ah-ah— se quejó, sosteniéndose donde le dolía— Creo que iré a mi habitación a recostarme, s-si— Cuando giró sobre sus pies para correr, su madre habló.

—¡Kim Sunoo, no huyas!— Encogiéndose, giró de nuevo y se topó con su madre en la entrada de su casa, de brazos cruzados, mirándolo tan enojada, que no tuvo que hablar para que Sunoo entendiera que debía sentarse y aceptar los regaños. Cuando su padre estaba saliendo hacia el jardín entre silbidos, su madre dijo:— Tú también te quedas. Debes reprenderlo, no puede ser que siempre sea la mala de la película y tú no asumas un sólo castigo a tu desastroso hijo.

—No me escapaba para no asumir. Sólo creí que Moomin querría salir.— Tomó asiento junto a su madre en el sillón frente a él y puso su mejor cara seria— Entonces, Seon... Woo— completó cuando su madre se cruzó de brazos. Lo cierto es que su padre era tan tierno y blando, que no recuerda una sola vez en su vida haber sido regañado por él— ¿Vas a explicar qué fue lo que pasó? Porque podemos ir de nuevo a la escuela y preguntarle a tu director...

—Ese maldito anciano del demon...-

—¡Sunoo!— Su madre alzó la voz— Basta de esta actitud grosera. No te voy a permitir otro insulto ni agresión ¿está claro?

Pensó en refutar y explicar su enojo, pero no había remedio— Si, mamá.— Entonces su padre lo instó a que le respondiera.— Larga corta historia, el imbé... Mi compañero empezó. Me dijo traga-libros y maricón por no querer pasarle mis apuntes. Como lo ignoré, realmente conté hasta diez tres veces ¡tres!, en el receso me golpeó con un balón en la cabeza. Entonces exploté. No voy a permitir que se me trate de esa forma cuando yo no molesto a nadie. Ni siquiera le hice mucho daño, por favor.— Se defendió.

—Sunoo. Vi al muchacho, tiene arañazos por todo el rostro, el labio roto y, no quiero preguntar, pero caminaba cojo.— Contradijo su madre.

—Hijo, sabes que ya no puedes, no debes, defenderte de ese modo ¿que pasa si te expulsan del colegio? sólo e faltan unos meses para egresarte. O peor aún, ¿si ese muchacho trae a sus amigos para devolverte los golpes? ¿qué harás?

—Les romperé el trasero a todos. No van a acosarme, no a mí.

—Suficiente. Estás suspendido por tres días, la próxima es un pase a otro colegio, lo que te hará perder el año por completo. 

—¡Mamá!, ¡Él jodió conmigo primero, no es justo!— Miró a su padre con súplica, pero él ya estaba siendo presionado por su madre. Definitivamente Sunoo tenía todos los genes de esa bendita mujer.

—Hijo, suficiente, debes entender...— dijo él, juntando algo de valor— Estas castigado, lo siento mucho.

—Genial, sí. Era de esperarse. Debí dejar que ese idiota me rompiera el rostro y me robara los apuntes que tanto me costaron. Sí— Se puso de pié para dar zancadas hacia su habitación. Pero su padre lo detuvo de nuevo, supo que su madre lo miraba expectante, pues él sabe bien lo que conlleva un castigo.

──    𝗌𝗎𝗇!!!   ୨୧   𝘀𝘂𝗻𝗸𝗶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora