𖹭 . 𝖼𝗎𝖺𝗍𝗋𝗈

903 98 11
                                    

Al salir de su hogar, el cielo estaba de un celeste muy intenso, lo que quizás podía significar que sí tendría clase de deporte. Ese idiota hombre del clima, jamás acertaba con sus predicciones climáticas. Sólo pegó la vuelta, dejó su chaqueta y paraguas, alegrándose de llevar las manos vacías.

-¡Sonso!- Sunghoon corría a toda velocidad para abrazarle, pues era un cariñoso de primera, siempre haciéndole cariño como si fuera un bebé.

-Si vuelves a llamarme así, todos tus huesos serán rotos.- Sentenció para aceptar su abrazo.

-Buenos días también. Puedo apreciar que estás de mal humor...-

-Ese tonto hombre de la radio dijo que hoy llovería. ¡Mi cuerpo y cerebro ya estaba preparado mentalmente para que pasemos esa hora hablando con el profesor. No es justo!- Expresando su enojo al fin, se calmó más.-De seguro todo lo que dice son mentiras, hasta deben inventar esas noticias de robos o peleas, para atraer a los chismosos- Se cruzó de brazos para tomar asiento en la parada de autobuses.

-Yo podría ser uno de esos chismosos, más respeto, chico- Luego de esa frase rieron y siguieron conversando hasta que el autobús llegó, al subir Sunghoon preguntó- ¿Algo de vida o muerte para hoy?-

-No mucho, terminaremos el tema que vimos de álgebra, luego nada. También, tristemente tendremos deporte y creo que también una charla de una empresa o algo así dijo el profesor Bang. -Enumera con sus dedos- Dijo que es vocacional. Es como la tercera del mes-.

-Cierto. Me gustaría saber qué empresa es. La vez pasada fue una de energías renovables ¿no?. Esa llamó mucho mi atención.- Las charlas generalmente les daban ideas de lo que podrían estudiar, más allá de promocionar la empresa, siempre le es útil tanto a Sunghoon como a Sunoo, quienes aún no deciden qué estudiar. Su colegio tiene orientación en Administración de Empresas y algo de contabilidad.

Al dar casi tres pasos dentro de la escuela, Sunoo recibió un empujón algo fuerte, quiso molestarse y responder a ello, pero no lo haría. Ha soportado casi una semana, no lo echará a perder el último día de la semana. Sólo soportaría unos días hasta que el director se olvide de su advertencia. Siempre lo hacía.

-Hola, Sun ¿cómo estás para hoy, amigo?- Eric hizo aparición con su estúpido rostro frente a Sunoo- No olvides que es semana de Baloncesto, ¡ya quiero jugar contigo!-Exclamó y comenzó a reír.

-No me jodas, Eric. Y ruega para que tus heridas hayan sanado dentro de unas semanas-Señalando con su dedo índice, dio pasos hasta acercarse a Eric.- Porque el que jugará con el otro seré yo.

-Me divertiré hasta entonces, cosita- Quiso palmear su hombro, pero Sunoo fue más rápido y se quitó, asesinándolo con la mirada.

Si le preguntan a Sunoo por algún deseo, sin dudas diría que quiere enterrar vivo a Eric. Lo detesta. Ni siquiera entiende por qué sólo está molestándolo a él, cuando tienen a treinta y cinco compañeros más. Pero no le importa en absoluto la respuesta, sólo le importa controlarse porque no quiere enfadar a su madre.

Su mal humor no le ayudó en nada cuando, durante el desayuno, Eric decidió lanzarle un avión de papel, el cual cayó justo en su plato de arroz. Quiso tirar todo al carajo y darle una lección, pero entonces un ángel le regaló más arroz, junto con una sonrisa. Claramente Lee Heeseung era ese ángel. Pasar el resto del día soportando lo molesto que era, fue todo un desafío, eso le hizo pensar que se merecía un aumento en su mesada, o varios.

Lo que le hizo feliz de nuevo (secretamente se disculpó con el hombre de la radio), fue que el cielo se tornó de colores grises, anunciando que llovería en unas horas. Los truenos eran feroces y ruidosos, así que su profesor de deportes se acercó al aula y les avisó de la cancelación de sus clases. No todos estaban felices, pero a Sun no le importó no ser parte de ellos. Por un lado estaría libre de las molestias. Y por molestias se refería a sudar en público, usar un ridículo pantalón azul, hacer algun deporte que seguramente no le gustaría y, no ser el blanco de Sohn. Sip, hoy no era un día para deportes y el universo lo sabía. Llegaría temprano a casa si el disertante aceptaba adelantar la charla y pasaría la tarde viendo películas o charlando con Riki.

──    𝗌𝗎𝗇!!!   ୨୧   𝘀𝘂𝗻𝗸𝗶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora