El barco de madera

69 25 3
                                    

Capítulo 4

Corro hacia el bosque y ahí estaba él, vestido con un gabán negro, una mirada intensa (hacía que cualquiera tuviese la mejor fantasía sexual) me le acercó, miré hasta su rostro, le tocó la cara, sentía como se erizaba mi piel, hacía que todo mi cuerpo sintiera frío, imaginaba como el bosque se transformaba en una cama, mi piel tocaba lentamente, su piel, él estaba frío y yo estaba caliente en todos mis sentidos, sus caricias, detenían el tiempo y las convertía en ansias. Me jala bruscamente, pega sus labios a los míos, muerde mi labio, perforando mi piel y una gota de sangre cae en su labio, sus ojos se abrieron, más duro me apretó, cerró sus ojos y yo los míos, me dijo al oído: "nadie te tendrá, si yo no te tengo" rápidamente, lo empujo, él se echa hacía atrás. Hubo, quizás unos segundos de por medio, pero fue eterno, jamás había sentido como me latía el corazón, más no quería romantizar este entorno.

Evitó cualquier contacto, era un ser callado (por lo que podía observar), pero cuando sus facciones hablaban, retumbaba todo a su alrededor. Caminamos varios minutos, estábamos callados, nos adentramos al bosque, el cielo estaba obscuro, habían luciérnagas, se posaban en nuestras manos, el camino comenzó hacerse más angosto, había un puente, cada paso movía las tablas que cubrían el camino hacia un barco de madera, a la medida que el barco se movía hacía nosotros, el contacto del agua, tornaba un color azul obscuro y reflejaba una luminosidad fluorescente. Nos sentamos en el medio de un lago, comenzó a contarme toda su vida, la manera en cómo llegó hasta aquí, yo estaba embrujada, atontada, en vuelta en su mirada. Le pregunto:

- ¿Por qué me vigilas a mi?, ¿Por qué yo?, ¿Quién eres?
Me responde:
-"Soy un ser inmortal que no tiene sentimientos, solo estoy aquí para protegerte"

Algo dentro de mi dudaba mucho, su mirada parecía sentir algún afecto hacia algo o alguien se veía en su rostro la amabilidad y sutilidad en la que me buscaba, hablaba, tocaba, sin tan siquiera besarme hacia temblar y palpitar mi cuerpo, me controlaba desde lo lejos, no sentía afecto hacia nadie, pero vino a cuidarme según él, sentía una responsabilidad muy grande hacia mi, pero sé, que no dirá nada, la atracción tan perpleja que conectaba nuestros mundos era obscura, era egoísta, por qué cuando él necesitaba saber de mi lo hacía él, era enfermiza en pequeños pedazos de amabilidad, no era un amor o quizás cariño como las novelas antes leídas, no era un amor como el de dos pájaros, mimándose, volando juntos a un atardecer, conquistando cada parte del cielo, un amor eterno, solo nosotros, era una conexión extraña, cómo este barco que esta a la deriva sin un guía, es una brújula sin aguja, este vínculo es un reloj de arena lleno de agua, aunque lo muevas o vires hacia otro ángulo, siempre se verá igual, por que no hay diferencia en tu transparencia... Así estaba yo.

Mientras me hablaba, mi mente se guiaba en un mundo lleno de misterios, el barco y yo teníamos algo en común, era el hecho de que estaba solo rodeado de agua, animales, insectos y yo estaba igual, rodeada de personas.

-¿Una metáfora? No sé...
¿Una similitud? No sé...

Ningún carácter literario, ninguna expresión metafórica, describe este recuerdo. ¿Qué es aburrido?, lo sé.

Él toma mi mano y su otra mano la coloca en la cara, dice unas palabras, pero no lo entiendo, no correspondí a lo que dijo, me suelto y camino hacia el puente, él está ahí, anclado... fueron unos segundos incómodos... jamás me respondió lo que le pregunté... entendí que esa respuesta fue una y muy dolorosa.

Llegó a la casa, ahí estaba, Aria y Cheslock, mirándome fijamente, me comienza a reclamar, no le presto atención, pero sí la escuchaba, retumbaba en mi cabeza todas esas palabras, era un eco profundo; Cheslock se acerca de a poco hacía donde mi, me brindaba confianza y seguridad, hablaba sobre su adolescencia en su época ¿Qué se supone que diga sobre eso? Creo que a mis 22 años he sabido reservar mis cosas y no creo que le confiese nada. Mami llega hasta dónde estamos, inclinó su pierna entre la Cheslock besándolo lentamente (se veía hipnotizada) me levanto y subo hasta el cuarto, veo una mujer con una bata de colores llamativos, colocando un tipo de polvo plateado a la cama, las campanas color cereza, rodeaban la cama en forma de círculo, grito:

-¿Quién eres? ¿Qué quieres?

Ella se voltea y sobre su bata tenía un collar de una cabra en forma de huesos, la miro detenidamente, ella se fue y sus ojos representaba la maldad, estaba flotando, su cara comenzó a desfigurarse, se va acercando lentamente, a dónde estoy, me dijo:

-Aún te faltan dos piezas.

Yo la miro y dentro de su ojos izquierdo (como el mío) una nube le corría, olía a azufre, a muerte, me toca y me dice:

-¡Fuera!

Me levanto en la antesala con un cofre color caoba, me sentía pesada, olía a polvo, me faltaba algo para abrirlo, un artefacto, pero no sabía en dónde estaba, no tenía la mente funcional. De momento suena mi teléfono y era Rimes, mi profesora de "literatura rápida" me habla sobre una visita urgente, quedo impactada, ignoro esa parte, por que para mi era innecesario. Escondo el cofre debajo del closet, tengo un jarrón de porcelana y la parte de abajo abre una parte despegable del jarrón. Bajo rápidamente y está Axel contándole a Cheslock mi comportamiento anterior.

Coloco mi pollina en la frente y salgo, hay un bajada en la entrada que conecta al amanecer, desde su inicio y terminación, mi mente está tratando de colocar todo en su lugar, comienzo a hablarme y decirme, cómo puedo encajar todas estas piezas desde nosotras viviendo en Inglaterra, Cheslock, Axel, la mujer de blanco, el barco de madera y Márcel, existe un vampiro y está aquí conmigo, no lo puedo ver ni tener cuando quiera, se conecta con una hora en específico, nos víncula una serie de sentimientos reprimidos hasta sentimientos sexuales, una aflicción, ni tan siquiera creo que él que lea esta historia quisiera seguir haciéndolo, por qué no tiene rumbo ni lógica, es vacía, no tiene interés, las cosas que suceden son inauditas, creo que para ser salvada, no necesito ser amada.

Solo es un recuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora